La Airef advierte del drenaje masivo de dinero público que forzará el envejecimiento de la población y el gasto en pensiones
El organismo proyecta un aumento de gasto sanitario hasta el 8,4% del PIB en 2050 y hasta el 1,7% en cuidados de larga duración
El invierno demográfico condena al sistema público de pensiones
Madrid
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Iniciar sesiónEl envejecimiento de la población llevará sin duda a tener que realizar cada vez más esfuerzos presupuestarios para pagar la abultada nómina mensual de los casi 10 millones de jubilados con los que cuenta España. Sin embargo, la 'factura' de la longevidad es ... mucho mayor y llega a aristas en las que es difícil calcular cuál será el impacto financiero para el Estado, contando aquí con los costes asociados a la sanidad y los cuidados, cada vez mayores, de la tercera edad. Con estos mimbres, desde la Airef advierten a futuros Gobiernos de la 'patata caliente' que supondrá gestionar los recursos públicos en un contexto en el que el envejecimiento obligará a destinar cantidades ingentes de recursos públicos, en detrimento de otras partidas.
La nómina de pensiones ya detrae cada mes cerca de 12.000 millones de euros para el abono de las jubilaciones. Unos 192.000 millones de euros en el conjunto del año. Se espera que para 2050 las medidas incorporadas por el Ejecutivo en la actual reforma de pensiones añadan a esta factura unos 36.000 millones de euros. Por lo que el reto está en lograr un equilibrio presupuestario en la Seguridad Social con una senda acusada de gasto que permanecerá intacta a no ser que futuros Gobierno adopten medidas de ajuste del gasto.
Desde la Airef, en vistas del poco margen de maniobra que permiten los preceptos de la Ley General de la Seguridad Social en materia de pensiones advierten de que el estado de las cuentas públicas se jugará en buena medida -a medio plazo- en lograr un mayor ritmo de crecimiento económico del esperado por el Gobierno y las principales instituciones de proyección económica. Es decir, ante la complejidad que incluye la normativa para ajustar el gasto en prestaciones y el escueto margen de ganancia de ingresos por la vía del alza de cotizaciones, una mejor salud del sistema dependerá de crecimiento económico en las próximas décadas.
Concretamente, la Autoridad Fiscal estima que tres décimas más de crecimiento a largo plazo reducirían el gasto en pensiones en 1,3 puntos y la deuda en 29 puntos en 2050 respecto al escenario base que maneja el organismo auditor, en el que se proyecta una deuda pública de casi el 150% del PIB para 2050 en ausencia de medidas.
«La dinámica de ingresos y gastos a políticas constantes evidencia que la inacción o la acción tardía tiene un coste elevado, de manera que el ratio de deuda podría alcanzar casi el 150% del PIB en el año 2050, ya que a las presiones del gasto inercial se añadiría precisamente el impacto del envejecimiento de la población», aseguraba es martes la presidenta de la Airef, Cristina Herrero, durante su intervención en un seminario sobre pensiones organizado por Fundación Mapfre y la Universidad Carlos III.
La presidenta de la AIReF avisaba de que el cambio demográfico impactará de manera notable sobre el gasto en pensiones, pero también sobre el gasto sanitario y en cuidados de larga duración. «Y nuestras estimaciones es que si no se hace nada o se actúa de manera tardía se puede producir una dinámica desfavorable de deuda que podría en riesgo la sostenibilidad de las finanzas públicas», añadió.
Concretamente, la Autoridad Fiscal estima que el gasto en pensiones empezará a acelerarse a partir de 2035 hasta alcanzar un máximo del 14,8% del PIB en 2049 para las pensiones del sistema de Seguridad Social. Este porcentaje se elevaría al 16,3% del PIB incluyendo también las pensiones no contributivas y las de clases pasivas del Estado. Estas proyecciones incluyen el impacto estimado de las reformas adoptadas en 2021 y 2023 que, de acuerdo con las estimaciones del organismo, elevarán el déficit del sistema en un 1,1% del PIB en 2050.
Por su parte, según la AIReF, el gasto sanitario aumentará en 1,3 puntos de PIB entre 2026 y 2050, llegando al 8,4% del PIB, mientras que el gasto en cuidados de larga duración, que actualmente está en el 0,9 del PIB, se duplicará en 2050, hasta alcanzar el 1,7% del PIB. Herrero insiste en que uno de los factores que tendrían un mayor impacto en la reducción del gasto y actuaría como palanca para afrontar el reto del envejecimiento es el crecimiento económico. En este sentido, ha destacado la potencialidad del plan de Recuperación y ha pedido hacer una «correcta» implementación y gestión del mismo.
Reducción de ingresos tributarios
Como se ha mencionado, el envejecimiento no sólo afecta al sistema de pensiones y a otras partidas de gasto, también a los ingresos públicos y al crecimiento de la economía. En concreto y pese al enfoque positivo que adopta la AIReF (flujo migratorio elevado, tasa de paro del 7% en 2050 con una mayor tasa de participación femenina en el empleo y de los trabajadores de más edad), el organismo señala que el descenso de la población en edad de trabajar a partir de los años 30 y el consiguiente aumento de la tasa de dependencia reducen la capacidad de crecimiento asociada al factor trabajo. Así, la AIReF proyecta un crecimiento medio del 1,3% entre 2022 y 2070.
Herrero también señala en este sentido que el envejecimiento de la población puede determinar cambios en la capacidad recaudatoria de la economía al alterar la composición de las rentas y de la riqueza, así como los patrones de consumo. Manteniendo comportamientos históricos, se estima que los recursos tributarios elevarán su peso sobre el PIB desde un 36% en 2026 hasta un 38,2% en 2050 por la progresividad del IRPF y las medidas de incremento de las cotizaciones sociales en los últimos meses.
De cara al futuro, Herrero aseguró que la AIReF quiere profundizar en su análisis al menos a través de otras dos dimensiones: la suficiencia del sistema de pensiones, fundamental para el propio sistema y para reformas complementarias relacionadas con el ahorro y su fiscalidad o el envejecimiento activo; y la equidad entre generaciones.
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La presidenta de la institución ha indicado que la AIReF seguirá actualizando sus previsiones a largo plazo, revisando todo su escenario demográfico, los supuestos económicos, el impacto de reformas y la incorporación de las nuevas dimensiones y retos. El objetivo de AIReF con estos análisis es concienciar de las presiones que se avecinan y la necesidad de articular una estrategia fiscal nacional con visión de futuro y participación de todos los agentes. Herrero recordó que en 2024 volverán previsiblemente las reglas fiscales y en pocos años se percibirá la presión del envejecimiento. Según la presidenta de la AIReF, resulta aconsejable un acuerdo país que aborde este reto de forma integral compatibilizando crecimiento y sostenibilidad.
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