África, laboratorio para la IA en condiciones adversas

Pese a este olvido, la tecnología ha continuado llegando al continente, adaptándose y planteando paradojas. Fue el caso de la telefonía móvil y la banca. Resultaba imposible, por razones de seguridad, desarrollar una red bancaria en los distintos países, sobre todo del África central. Sin embargo, sí era posible contar con servicios bancarios a través de una red virtual. Desde el teléfono móvil era posible realizar transferencias de dinero a lugares donde un furgón blindado no podía llegar con documentos o efectivo. Eso impulsó un uso intenso de aplicaciones financieras. No había mejor lugar que África para las llamadas 'fintech', app financieras. Se adaptaban perfectamente a las necesidades del ecosistema.

Algo parecido está sucediendo con la Inteligencia Artificial (IA). «A pesar de los desafíos que enfrenta África con acceso restringido a hardware, datos y talento, el continente ha logrado un progreso significativo en IA. Tiene más de 2.400 organizaciones de IA que operan en diversos sectores, incluidos la salud, el bienestar, el fitness, la agricultura, el derecho, la capacitación y los seguros. Esto incluye un ecosistema de nuevas empresas en rápido crecimiento», afirma la jefa para África de Nvidia, Fatima Tambajang, al sitio especializado 'Rest of the World'. Nvidia, una firma muy conocida por sus tarjetas gráficas y software para ordenadores, que creció al amparo de la demanda creada por los videojuegos, ha transformado su perfil hacia el hardware y software relacionado con la IA.

El consumo tecnológico ha estado relacionado con las 'fintech', pero la mayor operación de compraventa de una firma tecnológica en África fue la de una empresa de soluciones empresariales centrada en IA llamada InstaDeep, adquirida por 609 millones de euros. Varios países africanos tienen estrategias nacionales de IA y hay más de 30 comunidades expertas desde Sudán y Mali hasta mercados más establecidos como Sudáfrica y Túnez. Muchas universidades africanas ofrecen hoy títulos o especializaciones en IA.

Vuelve a darse la paradoja de que la IA permite saltarse las limitaciones o carencias de la conectividad física o la intermitencia de ciertos servicios públicos y plantea una vía para mejorar la eficiencia y la productividad. El sector de la salud presenta numerosos ejemplos. Una empresa nigeriana, Intron Health, ha desarrollado un chat de IA que es capaz de transcribir de voz a texto comprendiendo e identificando más de 200 acentos africanos. Esta herramienta ha ayudado a los médicos a multiplicar por seis la velocidad con que gestionan la documentación clínica.

La empresa egipcia Proteinea es otro caso de uso innovador de la IA. Al aprovechar los modelos de aprendizaje profundo y el rendimiento experimental inteligente, pueden desarrollar medicamentos bioterapéuticos mucho más rápido que por las vías convencionales.

«La historia ha demostrado que, con el tiempo, las nuevas tecnologías son el motor del crecimiento económico», explica Tambajang. «La IA aumentará muchos trabajos, creará aún más oportunidades, mejorará la productividad y mejorará nuestra calidad de vida».

De ninguna manera este es un panorama generalizado en el continente, pero sí es esperanzador. Un estudio de la Internet Society Foundation señaló en 2022 que el 18% de la población del planeta, unos 1.400 millones de personas, vivían en situación de pobreza digital (no puede acceder al menos a 1Gb al mes sin que represente más del 10% de sus gastos) y que la mitad estaba en África. Sólo hay que pensar en el enorme crecimiento que puede significar que se supere esta situación.

África, además, ha logrado recuperar un ritmo de crecimiento similar al observado antes de la pandemia más rápido que otras economías desarrolladas. Permanecen aún muchos desafíos, como el alto nivel de deuda pública y privada, y las importantes necesidades de financiación externa. Tras una recesión sin precedentes en 2020 (-1,3%), el crecimiento real para 2021 finalmente fue de un 4,3%.

La recuperación del precio de las materias primas ha favorecido a la mayoría de los países subsaharianos, pero no está claro en qué fase del ciclo nos encontramos. Si éste favorece a los países manufactureros, como parecía ocurrir a principios de este año, la prosperidad se notará más en los países del norte de África que en los del centro o sur. De momento, África sigue volando bajo el radar.