Las aerolíneas temen una escalada del precio del combustible por el conflicto Irán-Israel

Más allá de esos nubarrones, las aerolíneas exhiben músculo en su momento más dulce. Porque 2024 va camino de ser otro año récord para las compañías que operan en España tras un invierno histórico para el sector. Ya no se puede hablar de temporada baja. Entre noviembre y marzo del año pasado, más de 100 millones de pasajeros transitaron por los aeropuertos españoles, un 13,2% más que en 2022 (89,15 millones). Y el verano apunta a ser una fiesta. Entre abril y octubre se han programado 240 millones de asientos, un 13,5% más que en el periodo estival anterior, según las ALA, patronal que representa al 85% del tráfico aéreo en España (Iberia, Ryanair, Air Europa, etc).

Son números que parecen descolgarse del alto precio de los billetes de avión que los consumidores vienen denunciando en los últimos tiempos. El presidente de la patronal, Javier Gándara, cree, sin embargo, que estos siguen siendo competitivos: «Con el sistema de fijación dinámica no hay un precio único, existe uno por cada pasajero», ha defendido este martes en rueda de prensa, atribuyendo las tarifas desorbitadas a días concretos y reservas con poca antelación.

Gándara ha apuntado a que sí podría tener cierto impacto en la demanda algunos efectos relacionados con la inflación como los altos tipos de interés que encarecen las hipotecas y restan poder adquisitivo a las familias. También ha reconocido que algunas aerolíneas podrían tener difícil el cumplimiento de su programa de verano por los problemas para entregar aviones que está sufriendo el fabricante estadounidense Boeing. Aunque el presidente de ALA asegura que este impacto será muy limitado. «Las compañías afectadas han buscado planes de contigencia alquilando aviones con tripulación y reorganizando su programación hacia las rutas más rentables», ha detallado Gándara.

Las aerolíneas también miran a Francia y a las recurrentes huelgas a las que continúan haciendo seguimiento los controladores aéreos franceses. «Podrían provocar cancelaciones, retrasos y caídas en la puntualidad», ha advertido Gándara, que coloca a España como el país más afectado, después de Francia, por las protestas que el año pasado tuvieron un impacto millonaro en las aerolíneas europeas. En total se contabilizaron retrasos por un tiempo aproximado de 1,5 millones de minutos, cinco veces más que en 2022.

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Según ALA, entre febrero y mayo de 2023 se vieron afectados casi el 4% de los vuelos en España. y 85. 973 operaciones registraron algún tipo de retraso o sufrieron cancelaciones, provocando una demora promedio de 24 minutos en cada vuelo. En este sentido, ALA ha vuelto a recalcar hoy la necesidad de que Europa exija a Francia que blinde los vuelos que cruzan el espacio aéreo francés para proteger a los pasajeros, que son los más perjudicados por las huelgas del control aéreo en Francia, «y evitar las emisiones de CO2 adicionales que provoca esta situación».

Hay más peticiones encaminadas a la descarbonización. Las compañías aéreas siguen clamando por la apuesta del combustible sostenible (SAF), el desarrollo del Cielo Único Europeo y a la intermodalidad, frente a medidas contra el crecimiento de la aviación, como la supresión de vuelos cortos o un impuesto al queroseno de la aviación. Las aerolíneas creen que son medidas que «no sólo no descarbonizan», sino que «van a debilitar a la industria, al turismo y, por tanto, a España y a Europa, que perderán competitividad frente a América, Asia, el Golfo, etc».