Las aerolíneas alertan de que un impuesto a los billetes costaría 76.000 empleos y 2 millones de turistas

Solo el impuesto a los billetes de avión, iniciativa que se propuso en el Libro Blanco para la reforma tributaria y que supondría un recargo de 7,85 euros, tendría un impacto de 76.000 empleos, 2 millones de turistas menos y tres décimas del PIB.

Todavía más perjudicial sería el impuesto al queroseno, que restaría 169.000 empleos y seis décimas de PIB. Al igual que la obligación de uso de combustibles sostenibles y la restricción de derechos de emisión, que supone en la práctica eliminar los beneficios de sector en este mercado, esta iniciativa se debate en el seno de la Comisión Europea a través del paquete conocido como «Fit for 55».

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Pero no solo se vería afectado el sector aéreo. La aviación avisa de que estas cuatro medidas generarán una pérdida de 12.200 millones de gasto de turistas extranjeros que repercutirán en varios sectores. Los más perjudicados por este desplome serían el sector del alojamiento, que perdería 3.600 millones, y el de la alimentación, que se dejaría 3.200 millones.

El documento, llamado «Volando hacia un futuro sostenible. Un análisis del coste socioeconómico para España debido al solapamiento de medidas sobre el sector aéreo», ha sido presentado este lunes en la sede de CEOE por el presidente de la organización, Antonio Garamendi, y el presidente de la patronal aérea, Javier Gándara.

Un evento que ha contado con una gran representación del sector aéreo y en el que Garamendi ha recordado que el 80% de los viajeros internacionales llegan a España en avión. «Hay que tener prudencia y no poner en marcha medidas fiscales que pueden suponer un importante lastre para la competitividad del sector aéreo», ha explicado.

Del lado de las aerolíneas, Javier Gándara ha recordado que el sector tiene el compromiso de tener emisiones 0 en 2050. «Pero hay que distinguir muy bien las medidas que contribuyen y las que no y cuantificar los impactos intangibles». De igual forma, Gándara ha reconocido que la descarbonización en la aviación va a ser «más compleja» que en otros sectores.

A nivel geográfico, el socio responsable de Económics de Deloitte, Jesús Valero, ha explicado que uno de los aeropuertos más perjudicados por estas medidas sería el de Barcelona-El Prat, ya que es donde tienen una mayor presencia los vuelos de corto radio. Y estos serían los grandes damnificados por el paquete europeo de medidas en el sector.