El acelerón pendiente de las motos eléctricas

Pese a que España va forjando un tejido industrial, algunos frenos tecnológicos y la falta de una apuesta clara de la UE dificultan el despegue definitivo

El inaplazable viaje de transformación hacia un modelo de movilidad eficiente

El 8,5% de las motos vendidas el año pasado en España fueron eléctricas y tal y como ocurre en el resto de Europa, esta tipología de vehículo está entrando por la vertiente urbana. En la moto de carretera, en cambio, su presencia todavía ... es muy residual. Según los datos facilitados por la Asociación Nacional de Empresas del Sector de Dos Ruedas (Anesdor), la moto eléctrica empezó a despegar en nuestro país en 2016 con poco volumen, sin superar las 10.000 unidades hasta el año 2019. «Tras un valle lógico en la pandemia, ha continuado creciendo hasta el año pasado, que se registraron 17.157 unidades. Algo más de 5.000 ciclomotores y 10.000 motocicletas. El resto fueron triciclos y cuadriciclos», explica su secretario general, José María Riaño. Madrid y Barcelona concentran el grueso del mercado que poco a poco se va extendiendo a otras grandes poblaciones.

Inicialmente las empresas de alquiler eran los principales clientes de este vehículo eléctrico, pero pronto se vieron superadas por las empresas de todo tipo, «que han encontrado en la moto el vehículo ideal para resolver el reparto de última milla que tanto crece. Actualmente los principales clientes, aproximadamente un 50% del mercado, son ventas a particulares, personas que buscan un transporte ágil, económico y eficiente», resalta Riaño. Reconoce que la red de cargadores eléctricos no es buena y aunque una parte de las motos tienen baterías extraíbles y son más independientes de la infraestructura, «sigue siendo necesaria una infraestructura en la vía pública, que no se está desarrollando al ritmo deseado». Además de apostar por una mejora en la autonomía, seguridad y durabilidad de la batería «también se viene trabajando en modelos 'racks' de intercambio de baterías. Intercambiables incluso entre motos de diferentes marcas. Una solución que permite disponer de recarga sin espera del cliente y también optimizar el momento en el que se recargan esas baterías en la red», explica Riaño.

Hay variedad de marcas y modelos, unos más accesibles y otras más premium, pero son principalmente motos urbanas mientras que en moto de carretera la oferta es más escasa. «La tecnología actual de las baterías no permite alcanzar las prestaciones de las motos convencionales. Se necesitaría alojar un peso y un volumen que la moto no admite. Necesitaremos tecnologías complementarias para satisfacer esa parte del mercado», resalta el secretario general de la patronal.

Competición

Precisamente de tecnología en el sector de la moto eléctrica entiende mucho Álvaro Noriega, profesor titular de Ingeniería Mecánica en la Universidad de Oviedo y coordinador del equipo Wolfast en Motostudent, una competición mundial en la que universitarios de todo el mundo diseñan, fabrican y desarrollan un prototipo de motocicleta de competición. En 2016 entró la categoría eléctrica que ahora centra la atención de la mayor parte de los participantes y muchos de ellos acaban trabajando en el departamento técnico de equipos de Fórmula 1. Noriega destaca la gran evolución que se ha vivido en este sector, duplicando la autonomía de los vehículos. Sin embargo, en su opinión, el alto precio de este vehículo en comparación con el modelo de combustión dificulta su penetración, una vez que prácticamente lo duplica. Además, la normativa europea para reducir las emisiones no incluye a las motos ya que «representan un pequeño porcentaje del parque móvil y no corre prisa que se electrifique». Por eso fuera del mercado del 'scooter', donde la diferencia del precio no es tan grande, el crecimiento es lento. «La tecnología avanza mucho, todo se queda antiguo y todo es muy costoso», comenta Noriega. Tampoco se puede poner toda la batería deseada porque el peso en la moto es muy importante, y no se debe exceder. Indica además la fuerte competencia en precio que existe con todo lo que viene de China aunque hay producción nacional, concentrada sobre todo en Cataluña.

Foto superior: grupo Wolfast UniOvi ha desarrollado la primera moto eléctrica de competición de Asturias, la MS6, tras tres años de investigación. Sobre estas líneas: izquierda, Velca fue fundada por cinco jóvenes españoles para impulsar una movilidad en las ciudades 0,0 (cero emisiones, cero ruidos), y derecha, la propuesta de Silence acelera hacia la competitividad con un modelo de suscripción que permite comprar la moto pagando un alquiler por el uso de la batería

En 2020 apareció en el mercado Velca, una marca nacional de producción de vehículos 100% eléctricos que este 2023 ha logrado posicionarse como la empresa con mayor número de matriculaciones de ciclomotores. En menos de tres años desde su creación, Velca ya cuenta con más de 11 modelos de motos, ciclomotores y bicicletas en el mercado y opera en el mercado español y portugués. «Hemos apostado mucho por generar conciencia y educación en torno a la moto eléctrica. Hemos querido aportar valor más allá de la venta del vehículo explicando a nuestros más de 70.000 seguidores en redes sociales cuáles son las ventajas y características de un vehículo eléctrico», cuenta Emilio Froján, CEO y cofundador de Velca. Sus motos eléctricas ya cuentan con autonomías de hasta 150 km y 90 km/hora y en 2023 van a lanzar un nuevo modelo con una autonomía cercana a los 200 km y una velocidad punta de 120 km/hora. «Será una moto ideal para quien viva a las afueras de las ciudades y quiera usar este vehículo 100% eléctrico para ir a trabajar al centro», resalta el CEO. Velca cuenta con modelos cuyo peso va desde los 56 kg a los 86 kg. «Incorporamos materiales ligeros para el montaje de forma que la moto para uso urbano sea lo más ágil posible». En cuanto a su batería, en todos sus vehículos es extraíble y se carga en cualquier enchufe doméstico.

Trabajan en cuatro centros de producción, dos de ellos alojados en China, otro en Polonia y uno en Madrid. «Queremos aspirar a una producción kilómetro cero para generar un mayor impacto industrial, social y medioambiental en España. Para esto tenemos un plan para trasladar el 100% de nuestras operaciones de producción a Galicia en los próximos cino años», revela Forján.

Suscripción

Las motos eléctricas Silence también son responsables del impulso de este vehículo en España. Su modelo para particulares, la S01, es líder del mercado desde su aparición hace cuatro años, según datos de Anesdor 2022. Además cuenta con una cuota de mercado del 18% en Europa. Según indica la compañía, estas motos son más económicas que las de gasolina, pues la modalidad de suscripción de Silence permite comprar la moto pagando un alquiler por el uso de la batería. «El precio baja un 40%, al que todavía tenemos que añadir la ayuda del Plan Moves de aplicación en todo el territorio nacional y que va desde los 1.100 hasta los 1.300», según Silence. Sus modelos cuentan con buena autonomía y su batería es también extraíble, que puede cargarse en cualquier lugar, en la calle, o en casa con un enchufe doméstico convencional.

En su caso han limitado voluntariamente la velocidad a 90 km/h (110km/h en el modelo Plus) y la autonomía, gracias a la potente batería, tiene una homologación de 136 km. Además, «gracias al sistema de intercambio de baterías, puedes sustituir la batería en 30 segundos por una completamente cargada». En 2022 han incrementado la producción un 40% y exportan el 80%, principalmente a Europa. Esperan que este año Francia se convierta en su primer mercado, por encima de España. Por ahora exportan a 27 países de Europa y cuentan con una red con más de 180 puntos de ventas.

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