Los pilotos de Iberia convocarán huelga en las vacaciones de Navidad

MADRID

Llega el mes de diciembre y con él regresan los conflictos en los aeropuertos españoles, ya considerados, por pleno derecho, parte de las tradiciones navideñas. Un año después del caos que provocó el plante de los controladores aéreos, la convocatoria de huelga por parte de los pilotos de Iberia amenaza con enturbiar las vacaciones a miles de viajeros. Aunque aún no se ha formalizado ni se conocen fechas concretas, el sindicato que reúne a este colectivo, el Sepla, aseguró ayer que irá a la huelga el mes que viene, independientemente de lo que decidan el resto de colectivos de la compañía aérea.

El pronunciamiento oficial queda a la espera de lo que determine el próximo lunes el comité de vuelo —que integra, además, a los auxiliares de cabina—, que podría agravar la ya de por sí frágil situación. Hasta la fecha, los pilotos y la constelación de sindicatos de vuelo (Stavla, Sitcpla y CTA) han ido de la mano a la hora de escenificar su desacuerdo con los planes de Iberia para detener la hemorragia que sufren las rutas de corto y medio radio, en constantes pérdidas debido a la feroz competencia de Ryanair y el resto de aerolíneas de bajo coste.

«Nosotros vamos a hacer huelga en diciembre y estamos esperando al resto de colectivos», desafió el jefe de la sección sindical del Sepla en Iberia, Justo Peral, en un encuentro con medios de comunicación. La normativa permite a los pilotos convocar huelga con un mínimo de 10 días de antelación (y solo a ellos, puesto que al resto de trabajadores se les exigen 15), por lo que tendrán vía libre para debilitar los servicios durante las principales festividades navideñas.

La elección de los días de movilizaciones no es fruto de un planteamiento despiadado ni trata de tomar «como rehenes» a los propios pasajeros, según el Sepla. La ley establece unos servicios mínimos del 95% para los pilotos. Por tanto, «si no se hace el paro en fechas importantes no sirve para nada», según la organización.

Peral llevaba desde hace meses amenazando con recurrir a las movilizaciones, pero la cita que mantuvieron con los representantes de la empresa el pasado lunes tuvo como efecto inmediato el enterramiento de la mesa negociadora.

Existía una divergencia que había hecho encallar definitivamente las conversaciones: la creación de la «low cost» Iberia Express. Las discusiones habían llegado a una especie de callejón sin salida. Los pilotos exigían paralizar la creación de la compañía, e IAG (la sociedad fruto de la fusión de Iberia y British Airways) respondía que no había posibilidad de dar marcha atrás.

Los pilotos temen que la constitución de la filial, que comenzará sus operaciones en abril de 2012, signifique un adelgazamiento encubierto de la plantilla y la progresiva conversión de Iberia en la «low cost» de IAG en el sur de Europa. Incluso, señalan que 400 de los 1.500 pilotos que integran la aerolínea española ya han pedido sus certificados de horas de vuelo para abandonar la empresa. Peral sintetizó estas discrepancias en una frase: «Nos vamos a ir a China porque nos negamos a volar en una “low cost” de British Airways».