Cuentas sin cuentos
El dilema entre inflación y crecimiento
Crecen las voces en el BCEpara adelantar la subida de tipos que permita controlar el descontrol de los precios. En medio de una guerra, sin embargo, esta medida puede llevar a la recesión
Cada vez son más las voces dentro del Banco Central Europeo que se inclinan por adelantar la subida de tipos de interés para atajar cifras de inflación desconocidas en Europa al menos en las últimas tres décadas. En países como Alemania es inconcebible que ... los precios crezcan a un ritmo del 7% anual, como lo están haciendo, mientras la autoridad monetaria sigue dando gratis el dinero, sobre todo si al otro lado del Océano la Reserva Federal ha empezado ya la carrera alcista del precio del dinero. Las presiones para que el BCE cumpla con su objetivo de controlar los precios aunque eso se traduzca en una desaceleración económica e, incluso, en una recesión, va en aumento y cada vez es más probable que esa subida de tipos llegue en verano , probablemente en julio, en lugar de esperar a finales del ejercicio como se preveía hace unos meses.
La situación actual, de crecimiento lento con inflaciones elevadas, es muy peligrosa, por lo que hay quien apunta que sería mejor subir cuanto antes los tipos y provocar incluso una recesión puntual, que mantenernos en estos niveles tan elevados de inflación durante mucho tiempo, provocando los temidos efectos de segunda ronda y las espirales inflacionistas . El problema es que los elevados precios no son consecuencia solo de un fuerte incremento de la demanda, sino que las últimas subidas se deben, fundamentalmente, a la escasez de oferta por la guerra en Ucrania , de modo que el impacto de frenar el consumo, y por tanto, la demanda, sobre el control de los precios será en todo caso más limitado que si no existiera esa escasez.
En todo caso la decisión no será inmediata. Los consejeros del BCE tienen todavía dos meses para analizar los datos que se van conociendo aunque mucho me temo que en lugar de frenarse el deterioro económico, las cifras pueden ir a peor . En España esta semana hemos conocido cifras de empleo, de inflación y de crecimiento, cifras todas ellas que han llevado al Gobierno a empeorar sus previsiones económicas para este ejercicio y para los inmediatamente posteriores.
El mercado de trabajo se ha comportado durante la pandemia bastante mejor que otras cifras macroeconómicas, como el propio crecimiento económico. Mientras el empleo, en su conjunto, ha recuperado ya niveles precovid, el PIB todavía no se ha recuperado ni lo hará durante este año . Sin embargo, las cifras del primer trimestre ya reflejan una desaceleración. Se han destruido en el primer trimestre 100.000 empleos y el paro ha crecido en 74.000 personas . Las patronales denuncian, además, que mientras tenemos 200.000 empleos públicos más que antes de la crisis, los del sector privado todavía no se han recuperado.
Peores, no obstante, son las cifras de crecimiento económico. El avance de un mínimo 0,3% del PIB en el primer trimestre, respecto al anterior, supondría en cifras anualizadas un crecimiento del 1,2%, lo que supone un práctico estancamiento y un frenazo en la recuperación. El INE explica que se debe fundamentalmente al retroceso del consumo (-3,7%) por la merma del poder adquisitivo de las familias ante una inflación desbocada.
La inflación, por su parte, se moderó ligeramente en abril, hasta el 8,4%, por el impacto de la rebaja de los 20 céntimos en los combustibles. Sin embargo hay un dato preocupante, y es que se ha disparado la inflación subyacente , la que excluye los elementos más volátiles, la energía y los alimentos frescos, lo que demuestra es que la subida de precios se ha extendido ya al conjunto de la economía y será más difícil la vuelta a una situación de estabilidad.