Y Moltó miró a la cara al gobernador
El propio protagonista ha reconocido en su larga trayectoria política y financiera que aquel célebre interrogatorio le ha perseguido desde ese momento. La frase textual fue la siguiente: «¡Míreme a la cara, señor Rubio, de frente, me recuerda...» Corría el año 1994. Lo malo es ... que la vida da tantas vueltas que a veces la historia se repite, pero al revés. Ayer la escena fue precisamente en la sede del Banco de España. Allí las autoridades del banco emisor le comunicaron cara a cara la decisión de intervenir la entidad que preside desde 1999. Era a primera hora de la tarde del domingo cuando la bomba de relojería en que se había convertido en las últimas semanas Caja Castilla-La Mancha (CCM) saltaba por los aires, originando un cataclismo financiero y político.
Primero, porque supone la primera intervención de una caja y segundo, porque interrumpe un incierto proceso de fusión con Unicaja. Para muchos era una salida inevitable, pero lo que todos se preguntan es por qué se ha llegado a esta situación.
La progresiva politización de las cajas de ahorros es, sin duda, uno de sus mayores problemas. El control que los gobiernos de turno aplican sobre estas entidades introduce vicios derivados del nombramiento de responsables directamente ligados con el poder. Y Juan Pedro Hernández Moltó fue la persona elegida en su día por el entonces presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, para dirigir la nave, y cuya confianza se refrendó con el nuevo gobierno de José María Barreda.
La experiencia de este profesor universitario en este terreno, como la de otros, estaba por demostrar. Una de las decisiones de gestión más importantes bajo el mando de Moltó fue la creación en el año 2000 de «CCM Corporación» para potenciar los vínculos con los sectores productivos. Pero con la llegada del «boom» inmobiliario CCM decidió apostar fuerte por el único sector que le permitiría ganar tamaño de forma rápida, el ladrillo, en lugar de diversificar más sus inversiones.
De ahí su entrada en empresas como Metrovacesa, Colonial, Lábaro, Avantis o Rayet. Todo fue bien hasta que la «burbuja» estalló y las pérdidas empezaron a comerse anteriores beneficios.
En todo caso, las sospechas del Banco de España se centran en la concesión de más de 3.000 millones de euros en créditos catalogados como de dudoso cobro que en los últimos años han recibido unas 40 sociedades. Esta importante inyección de liquidez está siendo mirada con lupa por el banco emisor.
Pero desde el punto de vista político castellano-manchego lo que más polvareda ha levantado ha sido el caso del Aeropuerto de Ciudad Real, ligado a empresarios próximos al Gobierno autonómico y a su presidente.
Su promotor originario es uno de los empresarios que más créditos ha recibido, Domingo Díaz de Mera, gestor de un emporio empresarial con ramificaciones en sectores tan diversos como la energía eólica o fotovoltaica, el deporte (Balonmano Ciudad Real), medios de comunicación o proyectos inmobiliarios como el Reino de Don Quijote, que incluía levantar cerca del aeropuerto casinos, hoteles, viviendas y centros comerciales. Lo curioso es que muchos de estos negocios no han salido a flote.
Otros empresarios de la región que recibieron créditos millonarios son Ignacio Barco, para sus proyectos de Urbaja y Pago del Vicario en Ciudad Real, además de otros negocios de la familia; el Grupo Gedeco Avantis, que controla la familia Álvarez; el empresario guadalajareño Félix Abádanes, que controla el Grupo Rayet, o el editor de prensa y empresario Antonio Miguel Méndez Pozo. Curiosamente la mayoría de ellos son también propietarios de medios de comunicación no sólo en Castilla-La Mancha, sino en otras comunidades.
Al margen de estas operaciones, en los dos últimos años CCM ha sufrido de manera especial el azote de la falta de confianza de muchos ahorradores. Bien sea basados en rumores o bulos, lo cierto es que en ese tiempo los clientes han retirado de sus cuentas unos 2.000 millones de euros. Como ejemplo, en sólo dos días de enero de 2008 se retiraron varios cientos de millones.
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