«Los vuelos transoceánicos no están dentro de los planes de Easyjet»

-Easyjet ha vuelto a cosechar beneficios récord, por quinto año consecutivo. En una industria en constante mutación, ¿qué ha llevado a Easyjet a mantener esta estabilidad?

–Es seguir con una trayectoria, puesta sobre todo en marcha desde que Carolyn McCall fue nombrada consejera delegada, que consiste en mantener la filosofía de costes bajos, lo que nos permite operar con tarifas bajas, pero no comprometiendo el servicio, es decir, no vinculando el concepto «low cost» con un mal servicio. La combinación de todo ello, junto con el hecho de volar a aeropuertos principales, demuestra que la estrategia que se ha seguido es la adecuada. Este año ya estamos cerca de los 1.000 millones de beneficio antes de impuestos. Más allá de un año bueno es una trayectoria la que se está poniendo de relieve.

-Tras el atentando de París hemos visto cómo se resienten tanto las compañías aéreas como las turísticas en Bolsa. ¿Temen que esto afecte también a Easyjet?

-Al final la Bolsa es un juego de largo plazo. Estamos en niveles de precios de nuestra acción cuatro veces superiores a los que había hace cuatro años. A corto plazo siempre va a haber fluctuaciones, pero a largo plazo lo que acaba contando es la solidez de los resultados y el tener una estrategia clara.

–¿Y en sus previsiones de viajeros?

-En cuanto a Sharm al-Sheikh (la localidad egipcia desde donde partió el avión de la compañía aérea rusa siniestrado en la Península del Sinaí ) supone una parte muy pequeña de nuestra actividad, 0,5% de toda nuestra capacidad, por lo que el impacto será bastante limitado. En cuanto los actos terroristas de París, sí tendrán un impacto a corto plazo y, de hecho, lo están teniendo. Por eso hemos ofrecido de forma gratuita a todo el mundo que tenía billetes aéreos para París retrasar el vuelo e, incluso, cambiarlo. Ha habido otros casos similares, como el 11 de septiembre, que demuestran que cada vez más, el sector aéreo forma parte de la vida cotidiana de la gente y que la demanda siempre estará ahí.

-Sí, parece que es un sector acostumbrado a encajar crisis que se producen en diversos ámbitos, un sector que salta de crisis en crisis...

-Estamos sometidos a tantas cuestiones externas como son las condiciones meteorológicas, el precio del combustible u otros imprevistos... Uno de los mayores activos de Easyjet es, precisamente, disfrutar de una posición financiera fuerte que nos permite capear estas cuestiones sin que tenga una repercusión contable en nuestro negocio.

-El año pasado anunciaron la apertura de una base en Barcelona. ¿Tienen previsto recuperar la de Madrid, que cerraron en 2012?

-En cuanto a la apertura de bases, el ejercicio de 2016 ya está cerrado. Las nuevas bases son las que ya hemos anunciado: Barcelona y Venecia. Y ahora estamos planificando las que se podrían abrir en 2017, pero de momento no hay absolutamente nada.Estamos comenzando con el proceso de estudio.

–¿La situación política de Cataluña podría poner en riesgo la apertura de la base en El Prat?

–No, la base está decidida ya y la vamos a poner en marcha. En Barcelona ya contamos con tres millones de pasajeros. Es ya el aeropuerto de España al que volamos más, el aeropuerto que sin ser base tiene más tráfico. La apertura de la base es un paso natural en un sitio donde ya tenemos mucha presencia. De hecho, Barcelona fue, junto con Ámsterdam, el primer aeropuerto de fuera de Reino Unido en el que empezamos a volar, en el año 96. Es un paso natural y la situación política no influye.

–¿Qué nuevas rutas os interesaría abrir en España?

–Obviamente, muchos destinos en Baleares y Canarias, pero luego también entre dos destinos europeos, como la ruta entre Barcelona y Nápoles. El próximo día 25 presentaremos las nuevas rutas que comenzaremos a operar en verano de 2016.

–¿Os habéis planteado la posibilidad de realizar vuelos en código compartido con otras aerolíneas para operar en nuestro país?

–No. Nuestro modelo intenta ser lo más simple posible y al final realizar vuelos compartidos, vuelos de alimentación, es algo que complica el modelo. Por ello, no hemos visto un valor añadido en realizar algo así. En realidad, ya hemos complicado bastante el modelo, porque el sistema «low cost» creado por Southwest en EE.UU. a finales de los 70 y principios de los 80 se basaba en volar a aeropuerto secundarios, no se asignaban asientos... Por las demandas del mercado, ya hemos modificado el modelo original de bajo coste.

–Algunas compañías de «low cost» hablan de realizar vuelos de largo radio. ¿Os lo habéis planteado?

–No. Nosotros lo vemos más como una distracción frente a nuestro «core business» y vemos que, al final, aunque somos muy grandes en muchos mercados aún tenemos una cuota del 8% del mercado de corto y medio radio de Europa. Creemos que hay muchas oportunidades en el corto y medio radio de Europa que podemos aprovechar, sin necesidad de diversificar y distraernos con otras cosas que tienen una planificación muy distinta. Por tanto, no está en los planes del grupo.