De la Vega «vende» en Nueva York la política económica del Gobierno pese a las malas cifras del paro
No se mienta a la soga en casa del ahorcado, ni en Nueva York que el paro en España ya supera el 20 por ciento . En un encuentro con empresarios españoles este martes en la Gran Manzana, María Teresa Fernández de la Vega admitió ... que el desempleo es el mayor reto al que se enfrenta la economía española pero eludió precisar cifras que consideró “sobradamente conocidas”. Prefirió en cambio detallar otras que según ella animan al optimismo.
La vicepresidenta primera, ministra de la Presidencia y portavoz del ejecutivo de Zapatero desembarcó esta semana en Nueva York, donde el lunes se vio con el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, y el martes mantuvo un desayuno con empresarios españoles en Estados Unidos organizado por la Cámara de Comercio. Ante este selecto pero también preocupado auditorio De la Vega se esforzó en dejar bien alto el pabellón no ya de la economía de España sino de la política económica del gobierno que ella representa.
Quiso la mala suerte que la cita coincidiera con la estruendosa revelación –adelantada por ABC- de que la tasa de paro de la EPA supera el 20% por primera vez desde 1997, lo que equivale a 4.612.700 personas sin trabajo. Lejos de amilanarse por esto, la vicepresidenta pasó con naturalidad a otra cosa y a destacar cifras más favorables para la tesis de que lo peor ya ha pasado y la recuperación está al caer.
Insistió en que la contracción de la economía española durante el último año ha sido “sólo” del 3,6 por ciento cuando en el conjunto de la zona euro fue del 4 por ciento, siendo incluso del 4,9 por ciento en países como Alemania, Reino Unido e Italia. Señaló que el nivel de deuda pública de España sigue siendo 20 puntos menor que el de la media de la UE y que el pago de intereses por esta deuda “no llega al 2 por ciento de nuestro PIB”, cuando en la zona euro es del 3 por ciento.
La cruz del desempleo y el déficit
Antes de dejarse llevar por el triunfalismo, De la Vega reconoció que la economía española acarrea en este momento dos graves cruces: la del desempleo, cuyo desbocamiento atribuyó a “la alta temporalidad y el brusco ajuste de la construcción” y el creciente déficit, que también justificó por la necesidad de “mantener la cohesión e incentivar la recuperación” en tiempos de crisis.
Sin embargo la vicepresidenta llamó a pensar en las propias fortalezas antes que en las debilidades y arremetió diplomáticamente, pero con fiereza, contra “algunas agencias, que por cierto fallaron estrepitosamente a la hora de prever la crisis, y ahora intentan erigirse de nuevo en albaceas de la pureza económica y cuestionar los pilares sobre los que se sustenta nuestra economía”. Esto a De la Vega le produce “cierta dosis de perplejidad”, más cuando se fuerzan “semejanzas” –que no especificó, pero que parecían apuntar a comparaciones odiosas con la economía griega- “que no resisten el peso de la mínima objetividad e imparcialidad y sí la sospecha de la pura especulación”.
Hay que recordar que toda esta reflexión tenía lugar en el corazón de Manhattan, donde De la Vega se fajaba tanto por defender la marca de la economía española –a la que presentó como una potencia emergente de la tecnología punta y las energías renovables en el mercado norteamericano- como la aportación a esta marca de su gobierno. Lo presentó como punta de lanza del diálogo –con la oposición interna española y con el gobierno de Estados Unidos- para el relanzamiento económico.
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