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Unos 15.000 clientes de Volkswagen presentan una querella en Alemania

En Estados Unidos, las autoridades han obligado a la automovilística a recomprar los coches, mientras que en el país germano está bastando con una llamada a talleres

El Gobierno de Merkel da prioridad a los 800.000 empleos que dependen del sector automovilístico REUTERS

ROSALÍA SÁNCHEZ

Son más de 15.000 y todos ellos compraron un coche Volkswagen antes de saber que su motor había sido trucado para ocultar un exceso de emisiones de gases contaminantes. Hoy presentan una querella conjunta contra el fabricante alemán de automóviles exigiendo el mismo trato que están recibiendo los clientes afectados en EE.UU.. Allí las autoridades han obligado a Volkswagen a recomprar los automóviles , mientras que en Alemania está bastando con una llamada a talleres de la que los propietarios de los automóviles salen muy insatisfechos. “Quieren hacernos creer que con media hora de taller se arregla el problema, pero si fuera tan sencillo no habrían modificado fraudulentamente el software de los coches”, explica Helga Pagenkopf a las puertas del tribunal de Bruanschsweig ante el que a las doce en punto será presentada la denuncia. “La única diferencia entre nosotros y los compradores de coches estadounidenses es que a ellos los apoya su gobierno y a nosotros no, pero tenemos los mismos derechos”, añade su compañero de querella, Thomas Schefer.

La posición del gobierno alemán, respaldada directamente por la canciller Merkel, se resume en dos premisas: una crítica abierta al consorcio automovilístico por haber “dilapidado la confianza de consumidores y de autoridades, pero da prioridad a los 800.000 empleos que dependen del sector automovilístico y comenzarían a correr peligro si las empresas afectadas se ven en dificultades todavía mayores que las que ya enfrentan a causa del escándalo. Aproximadamente, la operación de recompra de los coches trucados ascendería a unos 360 millones de euros, en un momento en que estas empresas cargan con millonarias multas y sanciones en otros países, además de caras investigaciones para no quedarse atrás en la transición tecnológica a las energías limpias y al coche de autoconducción.

“Cualquier fabricante que engaña a los compradores, mucho más si se trata de un engaño tan deliberado como este, debe aceptar la devolución del producto y, más aún, debe responsabilizarse por los daños y perjuicios. En nuestra opinión ese principio del comercio no puede ponerse en duda”, afirma el abogado que dirige la presentación de la querella, Christopher Rother, que espera que muchos otros clientes europeos cuyos derechos están siendo también vulnerados se sumen a la demanda colectiva. A través de la plataforma en internet “myright.de”, invita a todos los compradores de coches Volkswagen afectados por el fraude a adherirse a la querella, prometiendo la obtención de indemnizaciones.

Según un portavoz de Volkswagen, esta querella no tiene sin embargo tanto futuro como presume el abogado. La empresa informa que los tribunales han respondido ya a unas 900 demandas de particulares presentadas de forma individual y que en el 70% de los casos han sido desestimadas, aunque hay todavía unos 7.000 casos abiertos. Rother subraya, en cambio, que la demanda presentada conjuntamente por más de 15.000 clientes tiene fuerza ante cualquier tribunal y que “todos juntos podrán defender mejor sus derechos que uno por uno”.

Las pruebas que acredita la demanda son indiscutibles. Un estudio de la Organización de Investigación Ambiental Estadounidense evaluó las brechas de emisiones y consumo de combustible entre los que Volkswagen afirmaba en los catálogos de compra y lo que en realidad sucedía durante la utilización delos automóviles y las desviaciones llegan al 42%. “Jamás en la historia se habían dado esas tremendas diferencias. En los peores casos registrados, hace una década, había brechas del 15% y fueron consideradas una barbaridad. Lo que vemos ahora es un descarado fraude”, dice el director general de esta organización en Europa, Peter Mock.

La iniciativa tiene lugar, además, en un momento políticamente delicado. El trato que el Estado alemán debe dar a ese fraude ha sido uno de los asuntos centrales de la reciente campaña electoral y sigue sobe la mesa en las negociaciones para formar gobierno que Merkel lleva a cabo con Los Verdes y con los liberales del FDP. Ambos partidos, por distintos motivos, tienen posiciones al respecto contrarias a las de la canciller Merkel y cabe la posibilidad de que sea ella quien tenga que ceder, lo que podría cambiar la posición del gobierno. Concretamente, el número dos del FDP y uno de los aspirantes al Ministerio de Economía, Wolfgang Kubicku, ha felicitado la presentación de esta demanda, tras dirigir personalmente, como abofado, la presentación de varias querellas contra directivos de Volkswagen.

En España, el denominado “dieselgate” ha llevado a la Audiencia Nacional a pronunciarse y ha pedido que sea un grupo de bufetes de abogados seleccionados por este tribunal quienes canalicen las demandas , evitando de esta manera las reclamaciones particulares. Así es como ha nacido la Agrupación de Afectados de Volkswagen en España. La acusación particular reúne, según la última información disponible, a más de 1.500 afectados, a pesar de que se estima que en toda España hay unos 60.000 que podrían tener derecho a la indemnización que se exigirá ante los tribunales.

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