El teletrabajo y el ahorro avivan un nuevo 'boom' inmobiliario
La demanda de chalés y de segundas residencias por el trabajo en remoto eleva las compras a cifras de burbuja
Ley de teletrabajo: ¿cuáles son mis derechos?
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Iniciar sesiónLos fantasmas de la crisis del ladrillo acechaban bajo el manto de la pandemia, pero paradójicamente, el sector inmobiliario ha encontrado su fortaleza en los daños colaterales que el Covid-19 ha perpetrado a nivel colectivo. La necesidad originada en los confinamientos de un mayor ... espacio de vivienda, el impulso del teletrabajo, el incremento del ahorro son algunas secuelas que han propiciado que las compraventas de inmuebles residenciales firmen su mejor mes de junio desde 2007 , tras haber alcanzado las 48.201 transacciones, cerrando así un primer semestre con más operaciones que en el mismo periodo de 2019. O lo que es igual, el mercado de la vivienda ya está en cotas superiores a los meses anteriores a la pandemia, firmando así una ‘v’ perfecta.
Así, mientras en los primeros seis meses de 2019 se consumaron 266.018 operaciones, en el primer semestre de este año la cifra se disparó en cerca de 2.000 compras más, llegando hasta las 267.715 firmas, según la Estadística de Transmisiones de Derechos de la Propiedad que publica todos los meses el Instituto Nacional de Estadística (INE). Un total que además supone la cifra más alta en un semestre desde que estallara la crisis de 2008.
«La causa fundamental de esta recuperación ha sido el gran crecimiento económico experimentado en el segundo trimestre. El descenso de la incertidumbre derivado del proceso de vacunación; la puesta en carga de la demanda embalsada que permaneció a la espera durante los meses de confinamiento y posteriores, así como el desplazamiento de la inversión al residencial por una política monetaria que mantiene tipos de interés muy bajos, son las principales causas de este incremento», explica a este periódico la directora de operaciones de Gesvalt, Mercedes de Miguel.
También señala la importancia del inversor en esta recuperación la secretaria del consejo general de Colegios Oficiales de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de España (Coapi), Lola Alcover. «Siempre que hay una situación de crisis que afecta a todos los sectores surge la figura del inversionista que aprovecha las oportunidades que les presenta el mercado en un momento donde muchos necesitan liquidez de manera urgente». Además, el ahorro de los españoles acumulado durante la pandemia, que según BBVA Research se sitúa cerca de los 68.000 millones de euros , anima a que las compras en el sector se efectúen. «Muchas familias se han animado a comprar inmuebles tras haber conseguido hacer acopio del ahorro necesario para abordarlo», abunda Alcover.
Viviendas unifamiliares
Pero es el ‘boom’ de la compra de chalés el factor añadido que ha reactivado el mercado al crear una necesidad antes no tan planteada en muchas familias españolas. Durante el primer estado de alarma, en marzo del año pasado, los confinamientos hicieron cobrar importancia a los metros de vivienda y a los espacios abiertos, características difíciles de encontrar tanto en pisos como en núcleos urbanos. En este sentido, el trasvase ya se hizo evidente durante el segundo semestre del año pasado cuando el número de compraventas de viviendas unifamiliares respecto al total superó el 20% hasta alcanzar máximos históricos en el último trimestre y situarse en el 22,5% según los datos del Colegio de Registradores. En junio, las cifras del Consejo General del Notariado sitúan en 16.141 unidades las ventas de viviendas unifamiliares, rozando el 25% del total de adquisiciones en ese mes, donde según los notarios se realizaron cerca de 65.000 operaciones.
Estos datos ponen de manifiesto que los gustos y las tendencias han cambiado a raíz de la pandemia. «Los cambios en las preferencias de los compradores han provocado un incremento de viviendas nuevas, de mayor tamaño y dotadas con una serie de características (como terrazas o jardines) que eran menos tenidos en cuenta antes de la irrupción de la pandemia frente a parámetros como la ubicación o el precio, que antes eran prioritarios» señalan desde Gesvalt. Además, desde la consultora inmobiliaria recuerdan que, en la misma línea, comparando datos del primer semestre de 2021 frente a los del mismo periodo de 2020, el incremento de vivienda nueva ha sido de un 13,5%, hasta alcanzar las 55.777 operaciones.
Para que las familias hayan podido escapar de los núcleos urbanos, el gran aliado ha sido el teletrabajo. Una modalidad de empleo apenas explotada antes de la pandemia , pero que con la crisis sanitaria se extendió hasta normalizarse. Ahora, con la vacunación avanzada y la relajación de las restricciones las oficinas volverán a llenarse, pero el trabajo en remoto seguirá reteniendo una cuota importante de empleados.
Desde Coapi abundan en el fuerte incremento de la demanda que se ha dado gracias al teletrabajo en zonas de interior. «Inmuebles que no tenían salida en el ámbito rural ahora están puestos en venta. Hay una cuota importante de clientes que demanda esos inmuebles ya que el teletrabajo ha facilitado la escapada a estos entornos».
Y no solo hacia el interior, también con rumbo a la costa. Porque el trabajo en remoto también ha sido el germen del ‘boom’ de las segundas residencias, como ya adelantó este periódico. De hecho, según el portal inmobiliario Fotocasa, la demanda de segunda residencia ha roto con una tendencia bajista presente desde 2017 y supone ya el 11% sobre el total de este año, dos puntos más que el año pasado. «Gente que antes alquilaba, ahora se plantea comprar porque las circunstancias laborales le permiten desplazarse a esas zonas donde antes solo podían ir en vacaciones», señala Alcover, que también destaca el número de operaciones por parte de los compradores extranjeros. Estos han aprovechado las oportunidades que les ha brindado la pandemia para instalarse en el litoral español.
Pese a esta tendencia, la ausencia del comprador foráneo sigue siendo la gran cuenta a recuperar por el sector. Lo nota sobre todo el segmento inmobiliario de lujo, que tiene en el inversor internacional a su gran cliente. «El año pasado las circunstancias hicieron que las compraventas de extranjeros tuvieran muchos altibajos. La gente aprovechaba para venir y comprar en los momentos en que las restricciones sanitarias se lo permitían. Pero en el primer semestre de 2021 ya hemos triplicado las ventas del año pasado», relata Eduardo Crisenti, socio director de la sede madrileña de Barnes, la inmobiliaria dedicada al lujo.
Sobre la recuperación total del comprador foráneo, Crisenti no tiene dudas y asegura que el inversor latinoamericano ya está de vuelta. Es este el que más importancia tiene en el mercado del superlujo (viviendas de más de tres millones de euros). «Vienen con mucho apetito y quieren vivir en las mejores casas y zonas de Madrid», apostilla el experto inmobiliario.
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