La tasa Tobin: para que los mercados paguen impuestos, como todo el mundo
El impuesto «Robin Hood» es apoyada por la mayor parte de los líderes europeos y se discutirá el próximo viernes en la reunión del Ecofin
eva pastrana
En un mundo en el que cualquier transacción económica está gravada con su correspondiente impuesto hay un grupo privilegiado: a los mercados financieros comprar y bonos o acciones les sale absolutamente gratis.
Puede que por eso, las reacciones de los mercados sean a veces injustificadas. ... Por ejemplo, ayer la prima de riesgo española se disparaba tras conocerse el resultado de las elecciones griegas. Nada hacía pensar que incluso con un Gobierno «pro euro» en la vecina Grecia , el riesgo-país español comenzaría a crecer alcanzando los 570 puntos, en lugar de encogerse, como la mayor parte de los analistas habían previsto. Parece que ya nada sacia a lor mercados.
Las organizaciones defensoras del ITF (Impuesto de Transacciones Fniancieras) recogen en un video informativo que la especulación mundial supone 4200 billones de dolares al año y es 70 veces superior al PIB mundial . Además, según los datos recopilados por estas plataformas, de cada 100 transacciones financieras que se producen en el mercado de divisas de Londres, solo 6 tienen que ver con la economía real que crea trabajo y riqueza. El resto es pura especulación. Sólo así se comprende que ningún país pueda resistir los envites de los mercados cuando van a por él.
La solución a esta anarquía pasa por regular de una vez por todas la actuación de los mercados. Los principales líderes europeos llevan meses estudiando una fórmula para poner límites a su comportamiento y a la vez conseguir que devuelvan a los Estados parte de lo que es suyo. Y la respuesta se llama tasa Tobin o ITF (impuesto sobre las transacciones financieras). Así lo aseguraba el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso: «Ha llegado la hora de que el sector financiero devuelva a la sociedad parte de la contribución que ha recibido», afirmó en septiembre del año pasado, cuando se propuso por primera vez la implantación de un impuesto de este tipo.
Sin embargo, la tasa Tobin es mucho más vieja. Debe su nombre a su creador, el Premio Nobel de la Economía James Tobin, que en 1971 estudio la posibilidad de grabar los intercambios financieros.
La propuesta fue ampliamente acogida en los 90 por los movimientos antiglobalización y la extrema izquierda, mientras la derecha lo tachaba de «utópico» e «irreal». «Los aplausos más sonoros vienen del lado equivocado», se quejaba su creador, convencido de que el impuesto era condición «sine qua non» para crear un mercado global y liberalizado.
Buena aceptación
Ahora, 40 años más tarde, la tasa es vista con buenos ojos por la mayoría de los líderes europeos. La canciller alemana, Ángela Merkel , y el ex presidente de Francia, Nicolas Sarkozy dieron su apoyo a la creación de una tasa a las transacciones financieras a principios de este año. También el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy y el actual presidente de Francia, François Holland e, abrazan la idea .
La Comisión (CE) y el propio Parlamento se han mostrado desde hace tiempo como los abanderados de esta tasa.
La resolución para la introducción del impuesto, cuya ponente fue la socialdemócrata griega Anni Podimata, obtuvo 487 votos a favor, 152 en contra y 46 abstenciones en el Parlamento el pasado marzo.
Aunque muchos grupos de izquierda pedían un tipo impositivo mayor, la Eurocámara accedió al nivel propuesto por la CE (0,1 % para acciones y bonos, 0,01 % para derivados).
La Eurocámara consideró asimismo que la medida debe introducirse aun si no hay quórum en los Veintisiete y quedan fuera de la misma los países más reticentes.
Se estima que el gravamen sobre las operaciones financieras llevaría a r ecaudar 60.000 millones de euros a la Unión Europea, que podría ser más independiente de las aportaciones de los países ( España se ahorraría 4.741 millone s de euros, aproximadamente la mitad de los fondos que cede), según los cálculos publicados en marzo por la CE.
Una oportunidad única
La tasa cuenta también con firmes enemigos en Europa. R eino Unido, Dinamarca, Suecia y Holanda Chipre y Malta no están por la labor de introducir el impuesto en su territorio.
También se oponen a la medida empresas, bancos, bancas de inversión, « hedge funds» (fondos buitre) y la mayoría de los inversores.
J ean-Claude Trichet , ex presdiente del BCE, dijo cuando era Gobernador del Banco Central de Francia que la idea «tenía más inconvenientes que ventajas». Su sucesor, Mario Draghi también ha subrayado «los efectos negativos que podría conllevar la introducción del gravamen en cuanto a las inversiones extranjeras en Europa, la política monetaria y la volatilidad y especulación en los mercados».
Quien más se opone a la tasa es el primer ministro británico, David Cameron. Quizás por que el 80% de la actividad financiera de la UE se desarrolla en la City de Londrés. Cameron considera que el impuesto es «una locura» y «agravaría aún más la recesión
No obstante, el índice de aceptación sobre la tasa en Europa es más alto que nunca. La próxima r eunión del Ecofin el 22 de junio junto con la C umbre del Consejo Europeo el 28 , constituyen una oportunidad única para poner sobre la mesa una medida que podría cuanto menos frenar el asedio de los mercados a nuestra diezmada deuda.
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