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Los supermercados españoles mantienen los precios al consumidor durante la crisis del coronavirus

Se incrementan los costes de fabricación y distribución de bienes esenciales y alimentos por las dificultades derivadas del estado de alarma, según un análisis realizado por la consultora Oliver Wyman

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Colas antes de la apertura de un supermercado durante el estado de alarma IGNACIO GIL
Teresa Sánchez Vicente

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A pesar del incremento de los costes de fabricación y distribución por la crisis del coronavirus, los supermercados están manteniendo los precios de sus productos de cara al consumidor con la consiguiente reducción de márgenes. El estado de alarma conlleva un incremento de gastos para las cadenas por las dificultades logísticas, las ausencias del personal en cuarentena y los elevados importes que se están destinando a comprar mascarillas, guantes y otros elementos de protección a los empleados. Estas conclusiones se extraen de un análisis realizado por la consultora Oliver Wyman sobre el cambio de hábitos de compra en el sector del gran consumo en China durante y después de la epidemia del coronavirus. En el informe de la consultora también se arrojan los primeros datos del cambio que se está fraguando en España.

«En otros países hemos visto que las cadenas más pequeñas de alimentación han subido precios, pero los más grandes los han mantenido a pesar de que los costes de fabricación suben, pero en España se están manteniendo los precios al consumidor. Es un compromiso de las marcas con los clientes», explica María Miralles, responsable del área de retail y gran consumo de Oliver Wyman en la región EMEA, en una rueda de prensa telemática.

Eso sí, del análisis de la consultora también se extrae que las promociones están prácticamente desapareciendo de los lineales. Esto se explica en base a que las ofertas complican las operaciones en la tienda al ejercer presión en la cadena de suministro por provocar escasez en los 600-700 productos esenciales que no deben faltar en las estanterías. En este sentido, Miralles recuerda que en China se prohibieron las ofertas durante el confinamiento por la epidemia. «No sabemos si la desaparición de las promociones será algo coyuntural o permanecerá a largo plazo», puntualiza Miralles.

Más marca blanca y compra online

El estado de alarma también está motivando un cambio drástico en las costumbres de los consumidores . Los españoles están adquiriendo más productos de marca blanca o de distribución al igual que ocurrió durante la crisis originada en 2008. Estamos inmersos en «un consumo de guerra» en el que miramos más el precio y a la vez, desciende la compra de productos de lujo y de bienes superficiales, tal y como concluyen desde la consultora. También ha caído la demanda de productos especiales como los bio o sin lactosa y se prima la compra del producto básico, sin florituras, a la vez que ha aumento el interés por los productos frescos.

La fidelidad del consumidor hacia las cadenas de siempre también está cayendo. En ese sentido, el director de Retail y Consumo de Oliver Wyman, Luis Baena, interpreta que se están descubriendo -sobre todos los jóvenes- nuevas plataformas web que eligen en base al atractivo de la página y al surtido que encuentran en ellas.

Empujón al comercio online

Las compras a través de internet también han crecido de forma exponencial por las cuarentenas y el cierre de muchos comercios físicos. En China, el 62% de los encuestados admitieron que habían comprado más a través del comercio electrónico en el último mes y el 56% había comprado a través de plataformas en los que no había adquirido nada con anterioridad.

En España, hasta ahora, el consumo electrónico de alimentación suponía apenas un 2% y en tiempos de coronavirus -e incluso después- se podría incrementar hasta un 20%. Sin embargo, la infraestructura del canal online en el sector del gran consumo no está preparada todavía para afrontar este cambio de tendencia por las dificultades logísticas y de almacenaje y por el aumento de los costes operativos que conlleva el reparto a domicilio.

Mientras tanto, las tiendas físicas están siendo las grandes perdedoras de los cambios producidos por la pandemia del Covid-19. En China, el 60% y el 70% de ellos han comprado menos en hipermercados, supermercados, tiendas de conveniencia y mercados tradicionales a pie de calle. Sin embargo, tras superar la crisis, «los comercios han reabierto en China, pero no se ha vuelto a la normalidad en cuanto a la presencia de ciudadanos en las tiendas ya que hay miedo a un rebrote», añade Miralles.

Para ganarse al consumidor de cara al futuro, evitar que se pase a la competencia y reorientar el negocio una vez pase la crisis del coronavirus, las grandes cadenas han montado equipos de crisis que ayuden a gestionar mejor estas circunstancias. «Según avanza la crisis, estimamos que la demanda irá cayendo. Por ello, los 'retailers' tienen que empezar a focalizar sus esfuerzos también en los aspectos más básicos de su negocio: gestión de costes en el corto plazo, optimización de la oferta y fijación de precios», advierten desde Oliver Wyman.

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