Stella Raventós: «La subida de impuestos puede aumentar aún más la economía sumergida»

–¿Van a estar presentes en el próximo grupo de expertos para la reforma fiscal?

–Escribimos a la Ministra de Hacienda que nos comunicó que lo trasladaba a la Secretaría de Estado de Hacienda. No ha habido más noticias. No tenemos ni idea de cuál va a ser la composición del grupo. En otros países de nuestro entorno, con una tradición de mayor transparencia, se conocen los miembros y se invita a los colectivos más importantes de expertos a participar en estas discusiones. Aquí nos estamos acostumbrando a no saber cómo se hacen las cosas, ni por qué se hacen de una determinada manera. Hay unos foros, de tributaristas, de grandes contribuyentes, pero sirven para asuntos de poca relevancia. Nosotros echamos de menos una verdadera relación colaborativa, no solo de nombre, sino de fondo. Se tiene que abordar una reforma tributaria global y de futuro porque los tiempos cambian, y sería un error hacerlo de una forma ideologizada, sin un amplio consenso y pensando solo en el momento. Uno de los factores que pesan a la hora de las inversiones es la estabilidad jurídica. Por ejemplo, en materia del Impuesto sobre Sucesiones se anuncia constantemente una armonización, por llamarla de alguna manera, que choca con la autonomía de las comunidades, eso se debe resolver: no se puede acusar a una región de hacer dumping fiscal cuando ejerce un derecho que recoge la Ley. Bien, pues reformen la ley si es necesario, pero que se haga bien.

–¿Qué le parecen los Presupuestos?

–No son unos Presupuestos adecuados para España. La subida de impuestos puede generar incluso más economía sumergida, es pan para hoy y hambre para mañana. Pero lo cierto es que, en este momento, cuando empresas y autónomos sufren para salir adelante, parece muy poco sensato subir impuestos, mientras en Europa se están dando facilidades fiscales para ayudar a superar la crisis. Sobra demagogia, por ejemplo, en el Impuesto sobre Sociedades cuando se dice que hay empresas que pagan un 4 o un 5%, sin tener en cuenta que buena parte de los beneficios de esas empresas han tributado previamente en los países donde operan mediante filiales o sucursales. Con todas estas reformas nos jugamos mucho. La Asociación Española de Asesores Fiscales ha escrito con nuestras propuestas en numerosas ocasiones a todos los partidos, sin excepción. Nos han contestado solo tres: echamos de menos a los dos más grandes.

–¿Cómo puede perjudicar a la gran empresa la subida de Sociedades en plena crisis?

–Las empresas son las que crean la riqueza, el Estado tan solo la distribuye. Y actualmente, muchas de ellas y también los empresarios autónomos están luchando, no ya por ganar, sino por sobrevivir. No es el momento de aumentar la presión. Ya podrá hacerse cuando la situación se normalice. Por otra parte, no es verdad que la subida fiscal no la vaya a pagar el ciudadano medio: con el impuesto al diésel, lo va a soportar el contribuyente de a pie. El impuesto de transacciones financieras también afectará a fondos de inversión y planes de pensiones. En general, las subidas afectan a un porcentaje importante de la población.

–¿Es cierto, como dice Hacienda que no se puede bajar el IVA a las mascarillas «por reglamento comunitario?

–A nivel comunitario, la materia impositiva se rige por directivas, no por reglamentos, eso lo primero y no es del todo cierto que la Directiva del IVA no lo permita. La propia Comisión Europea ha anunciado que respetará a los estados que han establecido un tipo cero o reducido, así que esa justificación cae por su propio peso. El problema es que a veces no se escucha al sentido común: la mascarilla ahora es un bien de primera necesidad, ¡si es obligatorio llevarla! No hay ningún país al que la Comisión le haya dicho que no.

–¿Qué les parece el nuevo proyecto de ley contra el fraude?

–Estamos ultimando una serie de enmiendas para mejorar el proyecto de ley. Nuestras sugerencias provienen, en parte, de las opciones que da la propia legislación comunitaria. Creemos que hay que rebajar determinados umbrales y alargar plazos. También en la regulación del «exit tax» (cuando se transfieren activos o empresas fuera de España) pedimos una mayor concreción de las circunstancias que hagan necesarias la aportación de garantías.

–Hace un par de años señalaron que el límite a la exención de dividendos y plusvalías de filiales podía ser inconstitucional

–Claro, estudiaremos la inconstitucionalidad. Si hay una cadena de empresas y filiales y en cada instancia, al repartir beneficios, se reduce un 5% la exención...¿cómo queda la doble imposición? Va a haber muchas reestructuraciones y empresas que aceleren operaciones y reparto de dividendos para evitar la subida. En otros países europeos este tipo de medidas se discuten más. El problema es que ciertas normas finalmente son anuladas por los tribunales, como la sentencia de los pagos fraccionados que era contraria al principio de capacidad económica, pero eso lleva tiempo. Y mientras tanto, los bolsillos de los contribuyentes sufren.

–¿Hacienda les ha dado la espalda en las medidas que han aprobado con la pandemia?

–No han aceptado ninguna de nuestras sugerencias. España destaca, como ya hemos dicho, por ser uno de los países que menos facilidades fiscales ha aprobado, tan solo el aplazamiento del IVA de un trimestre a las pymes. No tiene comparación con lo que han hecho los países de nuestro entorno. En materia de Sociedades, por ejemplo, el Registro Mercantil ha sido mucho más realista, permitiendo que las juntas de accionistas se celebraran unos meses más tarde. Por ello, la Administración permite corregir, para adecuarlo a las cuentas anuales, la declaración del Impuesto sobre Sociedades, pero ¡cuidado!, con un trato muy diferente de los intereses en función de si son a favor del contribuyente o de la Hacienda Pública. Han sido de una avaricia tan grande que nos cuesta entender.