Sin rastro de los 40.000 millones extra para inversión que Sánchez aprobó hace dos meses

A finales de junio el runrún de nuevas medidas era constante. Y se materializó el día 3 en La Moncloa en un Consejo de Ministros extraordinario, tal como adelantó ABC. Pedro Sánchez sacó adelante nuevas ayudas por 50.000 millones de euros : 10.000 millones en un fondo para rescatar a empresas en apuros y 40.000 millones para más avales del Instituto de Crédito Oficial (ICO).

Sin embargo, de esta última partida todavía no hay ni rastro dos meses después. Sigue en el cajón pese a estar ya aprobada la medida y también las condiciones de las garantías públicas.

Tal como anunció el Ejecutivo, esta cuantía estaría destinada a garantizar créditos que tuvieran por objetivo la inversión empresarial . Nuevos proyectos del tejido productivo español pensando en una teórica recuperación económica temprana y que estuvieran dedicados principalmente a los ámbitos de la digitalización y la sostenibilidad . Estos dos ámbitos serían clave en la España de futuro que habría de alumbrarse tras la crisis económica a causa del coronavirus, pero sin fondos para acometer inversiones poco puede materializarse; más aún cuando los rebrotes de la pandemia vuelven a suponer un problema de país que amenaza el rebote económico.

En marzo, el Gobierno se apresuró a aprobar una batería de medidas para hacer frente al golpe. Entre ellas, estuvieron los famosos 100.000 millones en avales para que las empresas y autónomos pudieran obtener créditos y hacer frente a sus problemas de liquidez . Entonces, la urgencia estaba en evitar los impagos empresariales y las mayores quiebras posibles; faltaba liquidez ante el confinamiento. El ICO cubriría entre el 60% y el 80% de los préstamos.

El 3 de julio se alumbraron otros 40.000 millones , pero para inversión; las condiciones y estructura, muy similares a las de marzo: 80% de cobertura para pymes y autónomos y 70% para el resto. Sin embargo, tal como confirman desde la Vicepresidencia de Asuntos Económicos, esas ayudas no se han puesto aún en marcha. Y eso que a finales de julio se «vendió», y así quedó recogido en Consejo de Ministros, que se activaba ya el primer tramo de 8.000 millones de euros.

La demora está próxima a alcanzar los dos meses. Pero en Economía defienden que esta línea de avales entrará en funcionamiento, sí o sí, a principios de septiembre. Para ello será necesario que el Gobierno firme con los bancos el contrato de los avales. La Vicepresidencia de Nadia Calviño apunta a que la banca dispone de los contratos desde finales de julio; en cambio, fuentes financieras explican que esos documentos no llegaron hasta la primera quincena de agosto, hace quince días.

La intención del Ejecutivo es que en septiembre ya se firme el contrato con algunas entidades , escudándose en que agosto ha sido un mes de escasa actividad y demanda. Ahora, la puesta en marcha sería casi inminente, sin esperar muchas semanas más. Fuentes financieras, en cambio, relatan que la firma más o menos generalizada se dará a mediados de septiembre. Quince días más de espera para que las empresas puedan solicitar créditos avalados por el Estado para realizar inversiones productivas.

Por lo pronto, los bancos han ido avanzando estos meses en la puesta a punto de sus sistemas para que cuando se dé el «OK» a estos avales puedan ofrecerse ya al día siguiente. La gran banca, en general, se encuentra ya preparada para hacer frente a estos créditos destinados a inversión . Otras entidades de menor tamaño todavía están adecuando sus procesos y mecanismos de contratación para cuando esos 40.000 millones se liberen. Relativa calma entre la banca , a la espera de que el Gobierno y el sector firmen los contratos para su puesta a disposición de los clientes.

Hasta la fecha, los 100.000 millones para liquidez de marzo han ido dando sus frutos y todavía no están ni siquiera agotados. Según cifras de Economía, hasta el 24 de agosto se habían aprobado 786.519 operaciones , la gran mayoría para pymes y autónomos. Se han utilizado 74.784 millones en avales, que han facilitado una financiación bancaria de 98.411 millones.

Así las cosas, lo cierto es que la tensión entre los bancos y el Gobierno ha pasado por diferentes fases a lo largo de estos meses. Cuando Sánchez dio luz verde a los 100.000 millones del ICO, todas las partes se apresuraron a darle viabilidad. Pero la relación se truncó cuando el propio presidente del Gobierno dijo a las entidades públicamente que aceleraran la concesión de crédito. En otras palabras, el líder socialista culpaba al sector de que el capital no llegara a empresas y autónomos . Las entidades no dudaron en responder que los retrasos no se debían a su operativa sino a que el ICO revisaba cada operación y eso retrasaba la firma de los contratos con los clientes.

Cuando el Ejecutivo liberó el quinto y último tramo de los 100.000 millones anunciados , la banca ya empezaba a pedir nuevos impulsos en forma de avales. Y llegaron con estos 40.000 millones, que de momento solo están sobre el papel.