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El sector público dilapida el esfuerzo ahorrador de familias y empresas

El sector privado ha ahorrado 576.000 millones de euros en cinco años, mientras las administraciones públicas se han endeudado en 414.000

Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda, en el Congreso de los Diputados JAIME GARCÍA

ROBERTO PÉREZ

El sector público sigue siendo en España un gran agujero financiero que lastra el esfuerzo ahorrador de los particulares. En el último quinquenio, la cuenta es contundente: el 72% de lo que hogares y empresas han conseguido ahorrar se ha malogrado por el déficit del sector público, que acaba convertido en deuda colectiva añadida. Según datos oficiales del Banco de España, entre los años 2012 y 2016, hogares y empresas ahorraron 576.337 millones de euros ; sin embargo, a la par las administraciones públicas acumularon un agujero de 414.053 millones de euros.

En síntesis, el saldo financiero es el resultado de restar al dinero que se tiene el dinero que se debe. Desde que afloró la crisis económica, los particulares se apretaron el cinturón de forma rotunda; pero las administraciones públicas han seguido gastando muy por encima de sus posibilidades. Hogares y empresas, con el dinero que les deja el Estado tras los mordiscos impositivos, han conseguido sanear sus finanzas año tras año, de forma ininterrumpida desde hace más de ocho años: pese a la crisis económica, al descenso de la actividad y al paro creciente que provocó la recesión, la receta de austeridad aplicada por hogares y empresas consiguió reducir su deuda financiera (préstamos) y, además, aumentar el dinero ahorrado en diversos productos financieros -depósitos bancarios, acciones, fondos, planes de inversión...-.

Los hogares, protagonistas

Las empresas han avanzado sustancialmente en la senda del saneamiento, pero el gran mérito del esfuerzo ahorrador ha recaído en los particulares: en el año 2009, los hogares españoles debían más de 900.000 millones de euros en préstamos, frente a los alrededor de 700.000 que acumulan en la actualidad . En los últimos siete años, por tanto, las familias se han descargado de préstamos por valor de casi 200.000 millones de euros y, además, han conseguido incrementar su «hucha» en más de 300.000 millones. Así que, entre lo que se han quitado de préstamos y lo que han sumado de dinero guardado, los hogares han ahorrado en siete años más de medio billón de euros.

Las familias, ahora, tienen ahorrado casi el triple de lo que deben, todo lo contrario del panorama financiero del sector público español, que debe más del doble del dinero que tiene guardado. Y hay que tener en cuenta que, de ese «guardado», una gran parte responde a activos que ni es dinero líquido ni se puede convertir en líquido de forma rápida ni sencilla: son, por ejemplo, préstamos concedidos a entidades públicas, o acciones de empresas públicas o semipúblicas, valores que si se quisieran liquidar resultaría en muchos casos altamente complicado y de resultado económicamente incierto.

Escasos depósitos públicos

Si se cuenta estrictamente el dinero líquido que atesoran entre todas las administraciones públicas en efectivo y depósitos, la cifra apenas alcanza los 80.000 millones de euros. Sin embargo, el sector público español en su conjunto acumula una deuda de billón y medio, entre préstamos, títulos de deuda pública y otros tipos de obligaciones financieras pendientes de pago.

Al contrario de lo que han hecho los particulares, las administraciones públicas han reducido drásticamente su liquidez monetaria: en el año 2009 tenían 119.700 millones de euros en efectivo y depósitos , mientras que el año pasado lo terminaron con apenas 79.300 millones de euros. Eso sí, a cambio han incrementado otros activos financieros, otros tipos de «ahorro». Pero el ritmo al que han crecido los activos financieros del sector público ha sido muchísimo menor que el galope al que han avanzado sus deudas. Así, en el último quinquenio los activos financieros totales del sector público español han crecido en 46.000 millones de euros, pero sus pasivos totales (deudas) se han agravado en 361.000 millones.

Evolución reciente

En la evolución que se ha producido durante los últimos años, durante la crisis y tras la recesión, se ha producido una circunstancia añadida: el endeudamiento público ha galopado pese a las raquíticas cifras de inversión de las distintas administraciones, que llevan años marcando mínimos de récord. En las empresas privadas, sin embargo, la dinámica ha sido distinta . Pese a las dificultades, el saneamiento financiero ha ido acompañado de un esfuerzo en elevar los rendimientos , lo que ha permitido crear empleo y mejorar la competitividad.

Aunque los abultados números rojos del sector público se han moderado en los dos últimos años, la situación es todavía delicada. El agujero financiero anual se redujo de forma considerable el año pasado respecto a las enormes cifras que se daban en ejercicios precedentes. Pero, aún así, en 2016 ese agujero -en términos de activos financieros netos- se anotó un desahorro añadido de 52.350 millones de euros. Eso sí, en 2014 esos números rojos aumentaron en prácticamente 134.000 millones, en algo más de 101.000 millones se incrementaron en 2013, y -otro ejemplo- el desahorro financiero del sector público español en 2012 rozó los 100.000 millones de euros.

Curiosamente, justo los años en los que las administraciones más han empeorado su situación financiera, han sido también los años en los que mejores resultados ha dado el esfuerzo ahorrador de los particulares: en el bienio 2013-2014, hogares y empresas mejoraron su posición financiera de conjunto en casi 300.000 millones.

Desde 2013, sin embargo, se está observando que las familias han relajado la austeridad en la que se instalaron -forzadas por las circunstancias- para capear la crisis económica. La mejora del empleo, los nuevos horizontes de crecimiento económico que se vislumbran desde hace unos años, y la mayor confianza a corto y medio plazo, unido al fuerte descenso de la deuda privada, han hecho incrementar el consumo y relajar el esfuerzo ahorrador. Por ejemplo, los activos financieros netos de las familias -el dinero que tienen menos el que deben- aumentaron el año pasado en unos 35.000 millones de euros, frente a los 95.500 millones que sumaron en 2014, o los más de 85.000 millones que aumentaron en 2014. El récord de saneamiento financiero de los hogares españoles se produjo en 2013, cuando incrementaron sus activos financieros netos en 203.691 millones de euros.

Por su parte, el sector empresarial privado se mantiene -aunque con altibajos puntuales- en la senda del saneamiento financiero. Desde el año 2010, solo en dos ejercicios -en 2013 y en 2015- registró desahorros, pero ocurrió en una coyuntura de reactivación económica, de nuevo relanzamiento inversor y de generación de empleo. En cualquier caso, durante el último quinquenio el tejido empresarial español ha mejorado su situación financiara en más de 120.000 millones.

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