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El sector de la bodas intenta dar el «sí quiero» a la recuperación

Miles de enlaces se han aplazado para otoño e invierno, lo que podría ser un balón de oxígeno para la industria nupcial

María José Pérez-Barco

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El Covid y la desescalada han cogido a la industria de las bodas en el inicio de su temporada más alta. De abril a octubre es cuando más enlaces de este tipo tienen lugar en España (el año pasado fueron unas 170.000, según el Instituto Nacional de Estadística). Y el parón ha sido absoluto. Sin embargo, la mayor parte de estos eventos no se han cancelado sino pospuesto para meses venideros por miedo al contagio, a que los invitados de otras provincias no pudieran asistir y en espera de que la «nueva normalidad» permita que estas celebraciones se realicen de la forma en que estamos acostumbrados. Desde luego, las parejas españolas tienen claro que no quieren perder la oportunidad de tener este gran día y celebrarlo por todo lo alto.

Algo que da esperanza a un s ector que mueve 3.500 millones de euros, que da empleo directo a 350.000 personas y a otras 900.000 de forma indirecta, como refleja un estudio realizado por Bodas.net, en colaboración con Esade y Google. Una variopinta industria en la que tienen cabida miles de negocios. De hecho, las parejas españolas suelen contratar al menos diez proveedores para celebrar este gran día de sus vidas en el que se gastan una media de 20.500 euros. Desde el espacio de boda, el catering, la agencia de viajes y los trajes de los novios hasta fotógrafos, músicos, DJ, joyería, floristería, peluquería, animación, imprenta de invitaciones, alquiler de coche o autobús...

«Muchas son pequeñas empresas y autónomos que no tienen un gran pulmón financiero. Parar el negocio dos meses les puede suponer tener que cerrar. Esta situación está perjudicando más a aquellos que se dedican exclusivamente a las bodas. No es lo mismo un restaurante que puede abrir y tener clientes de menú en la terraza que un espacio de banquetes, ya que la boda debe agendarse con un tiempo de anticipación, avisar a los invitados y cerrar toda la logística. Ahora que entramos en la nueva normalidad esperamos ver la recuperación», indica Nina Pérez, CEO de Bodas.net.

Habrá enlaces este año

Pérez destaca el esfuerzo que están realizando muchos de estos negocios por salir adelante. Aunque el 92% de ellos hayan tenido que acogerse a algún tipo de ayuda para sobrevivir (Erte, una línea de financiación o incluso el aplazamiento de pagos), hay datos que invitan al optimismo: el 42% de las bodas de marzo a septiembre se mantienen para este año (unas 42.000) y algo más de la mitad se han pospuesto para 2021. «Tenemos la esperanza de que el sector vea una rápida recuperación en los próximos meses», estima Nina Pérez. De hecho, «ya hemos empezado a ver y a publicar las primeras bodas que, aunque contenidas, por fases y con restricciones» se han podido celebrar. Parejas de Canarias, Cataluña, País Vasco y Baleares han sido las afortunadas.

Este sector tiene una facturación de 3.500 millones de euros y da empleo directo a 350.000 personas

«Aún quedan bastantes bodas en 2020, y el sector está totalmente volcado en estos eventos y en las parejas», asegura Isaac Amselem, presidente de Asociación Profesionales Bodas de España (APBE), una organización recientemente constituida precisamente para que esta industria afronte una nueva era.

Otra de las ramas de actividad del sector nupcial, la moda, también apuesta por el arranque en los próximos meses. España es el segundo productor de trajes de novia del mundo: fabrica más de 700.000 vestidos al año. Y hay empresas que ni en pleno confinamiento han estado paradas. Además de poner sus talleres a fabricar mascarillas y colaborar en todo lo posible, organizaciones como Pronovias Group incluso lanzó el primer «showroom» digital de la industria de las bodas, exclusivo para sus clientes, donde expuso las nuevas colecciones para todas las marcas del grupo: Pronovias, StPatrick, Nicole, White One y Lady Bird.

«Con las crisis también surgen muchas oportunidades para reinventarse e innovar. En un acontecimiento tan especial, hemos mantenido el contacto con nuestras clientas para darles seguridad y confianza. La cercanía a las novias se ha incrementado enormemente a través de las redes sociales», comenta Amandine Ohayon, CEOde Pronovias Group. Su visión también es optimista para meses venideros. «Las bodas no se han cancelado sino que se han aplazado y esa es la diferencia que tenemos con otras industrias. El 60% de estos enlaces se han aplazado para 2021. Ahora hemos podido reabrir las tiendas y con cita previa y un riguroso protocolo de seguridad atendemos a muchas novias que se quieren casar en otoño e invierno», cuenta.

Sin abrazos, sin besos

Pero no todos ven el arranque del sector con tanto optimismo y tampoco tienen muy claro que la «nueva normalidad» dibuje un panorama para celebrar este tipo de enlaces como estamos habituados. Se tendrá que mantener la distancia de 1,5 metro de seguridad, llevar mascarilla, lavarse las manos... Establecer los protocolos de desinfección y limpieza puede traer otra consecuencia: «Que suba el coste de estos enlaces y los que se casan este año ya lo contrataron todo el año pasado», cuenta Emy Teruel, directora de la exclusiva Agencia de Wedding Planners Exclusive Weddings, una empresa que se encarga de organizar estos eventos.

Con restricciones ya se han podido ver las primeras bodas en Canarias, País Vasco, Cataluña y Baleares

Todavía quedan flecos por resolver para celebrar los enlaces: «Está por definir si habrá o no aforo limitado y esto lo puede decidir cada Comunidad Autónoma, tampoco se ha aprobado una normativa para los catering, ni protocolos para los materiales que se alquilan para adaptar y adecuar espacios vacíos a este tipo de celebraciones», se queja Teruel.

Vivir así el día más feliz de la vida no hace gracia a muchas parejas. «Con mascarillas, sin besos, ni abrazos, ni bailes, tomando el aperitivo a dos metros de distancia... No se puede hacer ni la foto de grupo de familia. Así muchos novios no quieren casarse, quieren hacerlo como siempre. Y sobre todo no quieren que sus bodas sean un foco de contagio para sus familias y amigos. Y estos eventos no se pueden hacer de forma híbrida», explica Teruel. «Ahora las bodas son una incertidumbre», asevera.

Otras cerca de 4.500 empresas de hostelería se dedican al mundo de las bodas, banquetes y comuniones. «Son organizaciones que mantienen empleos estables pero con plantillas no muy elevadas, unas estructuras fijas y que contratan miles de trabajadores para los fines de semana especialmente en temporada alta», cuenta José Luis Yzuel, presidente de Hostelería de España. Facturan en torno a 1.500 millones de euros y acumulan unos 40.000 empleos. «Han aguantado con una total incertidumbre. Esperamos que en julio se empiecen a celebrar bodas, pero va a tardar mucho en normalizarse estas celebraciones. Y esto tendrá otro efecto: un descenso en el número de invitados», advierte. A pesar de todo, Yzuel cree que estos negocios resistirán: «Calculamos –dice– que los cierres no superarán el 3% y serán aquellos que antes del Covid ya tenían una mala salud económica». Por tanto, todo apunta que en los meses venideros la industria nupcial podrá tener un balón de oxígeno para su recuperación.

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