«Algunas mascarillas no funcionaban, me he agobiado, me asfixiaba»
Los pasajeros del avión de Ryanair que aterrizó de emergencia en Barajas denuncian el fuerte olor a queroseno y la falta de información durante el incidente
abc
Ryanair vuelve a fallar. Segundo aterrizaje forzoso de la compañía irlandesa en Barajas. El vuelo FR 2011, Madrid- Gran Canaria , tuvo que volver al punto de despegue, tras una hora en el aire. La despresurización de la cabina hizo saltar las mascarillas ... de oxígeno que, según denuncian algunos pasajeros, no funcionaban.
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Los viajeros del vuelo FR 2011 se reafirman sobre el fuerte olor a queroseno y los movimientos extraños del avión de los que ya se había informado. Una de las pasajeras ha relatado que cuando ya estaban en el aire «el avión empieza a hacer cosas raras, caen las mascarillas, y después de diez o quince minutos con ellas puestas y sin que nadie nos informe de nada , nos dicen que volvemos a Barajas» . Las escenas en el interior de la aeronave han sido muy tensas. « Tenía al lado una persona rezando , otra auxiliando a una que tenía un ataque de pánico», reconoce un joven que ha tenido tiempo para grabar un video del momento .
«Había gente sangrando por la nariz, por la garganta...»
«Había gente sangrando por la nariz, por la garganta...» asegura en los pasillos del aeropuerto una de las desalojadas del avión. Dos pasajeras han sido trasladadas al Hospital Ramón y Cajal por la propia aerolínea y han sido atendidas por el otorrino. A la una de la tarde, les han dado de alta
Cuando se han detectado los problemas técnicos, los pilotos han efectuado los procedimientos habituales en caso de despresurización, han desplegado las mascaras de oxígeno y han iniciado un descenso controlado del avión a la altura correspondiente. En estas condiciones, la aeronave ha regresado «inmediatamente» y ha aterrizado en Barajas.
16 viajeros han tenido que ser atendidos por los servicios médicos de Aena justo al aterrizar en Barajas. «La mascarilla de mi compañero no funcionaba y la tuvimos que compartir», ha relatado Marcos Alemán, un diseñador de 31 años, justo al llegar al aeropuerto de Gran Canaria. Otro de los afectados ha corroborado lo que decían otros de sus compañeros. «Había olor a gasolina sin ninguna explicación».
Una señora que también iba en el avión ha narrado que se sentía mareada y que a los segundos se han abierto los compartimentos de la mascarillas. Otra de las viajeras, entre lágrimas, asegura «he pasado muchos nervios, sobre todo por él –señalando a su hijo menor– que no paraba de llorar ». Los problemas técnicos no han ocurrido solo en el sistema de presurización. «Algunas mascarillas no funcionaban. Me han empezado a doler los oídos, me agobiaba, me asfixiaba. Menos mal que el piloto ha reaccionado bien», ha relatado agobiado un pasajero.
El aterrizaje forzoso de hoy es el segundo incidente de Ryanair en una semana. El primero sucedió el domingo en un vuelo entre Valencia y Santiago de Compostela.
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