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Repsol desarma los argumentos del Gobierno sobre el nuevo fondo eléctrico

«No se puede expropiar parte de su renta a los consumidores de hidrocarburos arguyendo razones medioambientales cuando las principales son otras. Se trata, simple y llanamente, de beneficiar a unos pocos y que otros muchos les paguen la factura», afirma Brufau

Antonio Brufau EFE
Javier González Navarro

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El presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha criticado con dureza el Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico que quiere poner en marcha el Gobierno «que quiebra el principio de equidad y de neutralidad tecnológica pretendiendo alcanzar la neutralidad climática».

Con ese nuevo fondo, el Ejecutivo quiere que los 7.000 millones de euros que pagamos anualmente todos los consumidores en el recibo de la luz por las primas a las energías renovables sean asumidos progresivamente por todas las compañías energéticas en España.

Brufau ha dicho, durante su discurso en la junta de accionistas que se ha celebrado hoy de forma telemática en la sede de la compañía, que este fondo «es contrario al proceso de transición energética porque de nuevo confunde erróneamente electrificación con descarbonización, y pretende que todos los sectores energéticos financiemos los extra-costes de los proyectos de electricidad renovable, casi todos fallidos, de principios de este siglo. Esto poco tiene que ver con la sostenibilidad futura del sistema eléctrico».

Ha añadido que «hemos oído con frecuencia voces interesadas o desinformadas que reclamaban nuevas cargas fiscales para los combustibles invocando el principio de "quien contamina paga", cuando con la carga fiscal los consumidores están pagando ya 200 euros por cada tonelada de CO2 emitida , a través del impuesto Especial de Hidrocarburos».

Centrales de carbón

Brufau la lanzado varias preguntas: «¿No es cierto que casi la mitad del CO2 que hay hoy en la atmósfera, y que permanecerá en ella durante cientos de años, procede de la producción de energía eléctrica principalmente en centrales de carbón? ¿Por qué no se reclama al sector eléctrico que haga frente a sus responsabilidades pasadas? ¿Cuándo han pagado las centrales de carbón un precio por sus emisiones de CO2 comparable a lo que están pagando todos y cada uno de los consumidores de combustibles? ¿Se imaginan la cantidad de actuaciones de mitigación de emisiones que hubieran podido llevarse a cabo con los más de 11.000 millones de euros recaudados anualmente en España con tal finalidad a través del impuesto de Hidrocarburos?».

Ha insistido en que «no se puede expropiar parte de su renta a los consumidores de hidrocarburos, arguyendo razones medioambientales cuando las principales» son otras. Se trata, simple y llanamente, de beneficiar a unos pocos y que otros muchos les paguen la factura».

Y añadió que «además de un grave perjuicio a los consumidores, el fondo supone una importante y arbitraria barrera para la competitividad y el futuro de la industria. No es casualidad que la mayoría de los sectores industriales hayamos alzado la voz contra él. Se ha llegado a decir que el Fondo del Sistema Eléctrico es un clavo en el ataúd de la industria».

«Demonización de los combustibles fósiles»

Durante su intervención, el presidente de Repsol ha cargado también conra el Gobierno por «la demonización de los combustibles fósiles». Ha explicado que «parece que se trata de seducir a los ciudadanos -cada vez más preocupados por los efectos del cambio climático-, con declaraciones vistosas que generan buenos titulares, pero que no conducen necesariamente a buenas políticas. Se trata de una narrativa fácil que crea la falsa impresión de una solución, en lugar de proporcionar marcos estables que permitan una lucha eficaz contra el cambio climático sin perjudicar la competitividad de la industria, intensiva, en muchos casos, en consumo energético.

«Digamos claramente que sin combustibles líquidos los aviones no podrán volar , y que la descarbonización de algunos sectores muy intensivos en energía como el cemento y el acero, que supone el 31% de las emisiones globales, o de la agricultura y ganadería, con el 19% de las emisiones, requiere soluciones tecnológicas y estrategias complementarias a la electrificación. Ignorar asimismo el criterio de las instituciones internacionales de referencia de que la captura y el almacenamiento de CO2 tiene que ser necesariamente parte de la solución es sencillamente hacernos trampas en el solitario ».

Confundir descarbonización con electrificación no es inocuo . Es un error, muchas veces interesado, que da las señales erróneas y nos puede condenar al fracaso.

Brufau ha destacado que «el actual texto de la ley prioriza, sin razón ambiental alguna, la electricidad sobre otras alternativas renovables. Así, pretende prohibir todos los vehículos que emitan cualquier molécula desde el tubo de escape, independientemente de que tenga o no origen renovable. Imponer a los vehículos el principio de emisiones directas cero, sin atender además a las emisiones que se hayan deslocalizado a lo largo de su proceso de fabricación y en la propia generación eléctrica, es un grave error, un torpedo en la línea de flotación de la esencia misma de la economía circular y de la ambición de tener en Europa, mediante políticas de largo plazo, una industria del refino con estándares de mejores prácticas de sostenibilidad a nivel mundial».

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