Las renovables iluminan un gran filón empresarial en Iberoamérica

La rápida reactivación de la inversión tras el Covid y la creciente apuesta por la energía solar y eólica en la Región despiertan el apetito de las firmas españolas

No es una moda condenada al olvido, sino un paso necesario para combatir el cambio climático. La transición hacia un modelo energético menos dependiente de los combustibles fósiles se ha convertido en un objetivo irrenunciable para las economías de todo el planeta, con ... 2050 como la fecha marcada en rojo para lograr las cero emisiones netas de dióxido de carbono . Pocos dudan hoy de que en esa imperiosa evolución hacia otro modelo, las renovables son un gran aliado que ayudará a cumplir las metas marcadas en los distintos pactos y compromisos mundiales.

Si bien es cierto que ninguna zona del globo da la espalda a esta transformación, no todas marchan a la misma velocidad y, hasta la fecha, es América del Sur la que está en primera línea. Del total de su producción en 2019, el 71,4% fue renovable , muy por encima del promedio mundial del 26%. Y la proporción de energía renovable en su capacidad eléctrica alcanzó en 2020 el 67,8% frente al 36,5% del resto del mundo, según los últimos datos de la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena). El sector no ha sido ajeno a la crisis del coronavirus, aunque ha sorteado su impacto con bastante entereza : las inversiones en la industria energética renovable en Latinoamérica cayeron un 60% en el primer semestre de 2020 y se recuperaron en el segundo para cerrar el año en los 16.400 millones de dólares , tan solo un 17% menos que en 2019, cuando se registró el nivel récord de 19.700 millones, tal y como recoge Bloomberg.

Superado el periodo más crítico de la pandemia, la previsión de los expertos es que las renovables se mantengan como uno de los sectores con mayor interés de la región. « Va a captar mucha inversión extranjera en este área porque tiene pendiente avanzar en la transición energética y para ello necesitará fondos de los que no dispone. La inversión extranjera, por tanto, va a ser clave», asegura Juan Carlos Martínez Lázaro , profesor de Economía de IE University. «El 2020 lo cambió todo, pero los gobiernos saben que deben continuar en esa senda no solo por la descarbonización de la economía y el Acuerdo de París, sino como una forma de garantizar el empleo y reducir la dependencia de los combustibles fósiles», continúa. Sus abundantes recursos naturales y el margen de crecimiento que todavía tiene por delante han hecho del subcontinente una meca a la que peregrinan las energéticas para acometer la expansión de su negocio de renovables . «Hay posibilidades prácticamente infinitas para desarrollar proyectos», ahonda.

Que la región es un terreno fértil en el ámbito renovable lo confirman las propias empresas allí instaladas. « Actualmente, es una de las regiones más atractivas del mundo para la inversión en energías renovables . El gran interés que ha despertado en los diferentes estamentos el modelo de gestión ASG (criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo), aunado al impacto que ha tenido la pandemia, ha abierto nuevas oportunidades para continuar avanzando en la transición energética y la acción contra el cambio climático», señala José Antonio Hurtado de Mendoza , consejero delegado de Cox Energy América, filial de la española Cox Energy , que cotiza en la bolsa mexicana desde el año pasado.

A pesar del bajón inversor que se produjo en 2020, en este ejercicio « la inversión en capacidad de energía renovable en Latinoamérica ha crecido de manera sostenible , existiendo oportunidades en todos los mercados de forma generalizada», indica el directivo de la compañía solar fotovoltaica, que cuenta con proyectos en diferentes fases de desarrollo en Chile, Panamá, Colombia, México, Centroamérica y Caribe.

Hasta ahora la tecnología por excelencia en la región ha sido la hidroeléctrica. «Es una renovable de alta calidad porque combina la capacidad de producir energía libre de CO2 con la de compensar la variabilidad eólica y fotovoltaica», detalla Luis Atienza , presidente de Argo Capital. Sin embargo, opciones como la solar y la eólica se postulan candidatas para tomar el relevo en el mix energético . «Son las que están resultando ganadoras en la batalla de la competitividad y están llamadas a marcar la oferta de energía de las próximas dos o tres décadas», dice.

No es de extrañar que las empresas españolas, líderes en energía renovable por su amplia experiencia y conocimiento tecnológico, hayan mirado al otro lado del Atlántico. El grupo empresarial alavés Zigor , especializado en el diseño, fabricación, implantación y mantenimiento de soluciones para la gestión integral de la energía eléctrica, es uno de las que cruzó el charco con la apertura en 2004 de su filial en México . «Después llegó la recesión de 2007, hubo un cambio en las políticas energéticas españolas con respecto a las renovables y se produjo una pequeña crisis en el sector. Salimos al exterior para continuar con la apuesta que habíamos realizado en este ámbito, abriendo delegaciones en Chile, Argentina y Colombia», rememora Iñigo Segura , CEO de esta pyme.

Colosos empresariales de nuestro país también se han desplegado allí. Repsol, por ejemplo, ha elegido Chile para desembarcar en el negocio de las renovables en aquel continente; Iberdrola mantiene una fuerte presencia en México; Acciona apuesta por el país azteca, Chile y Costa Rica… « Hay grandes jugadores de marca española y que se han adaptado fenomenal a un sector que, por motivos regulatorios o tecnológicos, cambia de forma muy rápida», expone Juan Carlos Badillo , Managing Partner de AtZ Financial Advisors, boutique de asesoría financiera especializada en proyectos de energías renovables en España y América Latina.

En una región tan grande y heterogénea, esa capacidad de adaptación a los cambios debe acompañarse de un conocimiento profundo de cada mercado y regulación. «Disponer de plataformas en todos los países y regiones y, además, contar con profesionales de reconocido prestigio, nos permite plantear la solución o esquema de negocio más adecuado para cada entorno», comenta el consejero delegado de Cox Energy América. Las condiciones varían de un país a otro… y no todos despiertan el mismo interés.

Mercados atractivos

«En el campo de las energías renovables Brasil , junto con Chile , son los países donde más proyectos se han desarrollado y donde probablemente habrá más necesidad de seguir invirtiendo por la apuesta decidida de sus gobiernos en este sentido», cuenta el profesor Martínez Lázaro. El primero atrajo una inversión récord de 9.000 millones de dólares en 2020 , mientras que el país presidido por Sebastián Piñera recibió 4.500 millones de dólares, la segunda cantidad más alta de su historia, según Bloomberg.

Detrás de estos gigantes, los expertos sitúan a Uruguay como destino a seguir. «Se distingue sobre todo por la energía eólica. Tiene una regulación y unas innovaciones que hacen atractivas las inversiones y se ha convertido en un país de liderazgo dentro de la región», dice Ramón Casilda Béjar , profesor del Instituto Universitario de Investigación en Estudios Latinoamericanos (Ielat) de la Universidad de Alcalá de Henares e investigador en el Instituto de Estudios Económicos. En cambio, países como Colombia, Perú, Ecuador o Bolivia se han quedado algo rezagados.

En una circunstancia distinta se encuentran Argentina y México , mercados relevantes en el pasado y que ahora viven horas bajas. «Aparte del interés de Argentina por la producción petrolera y gasística, sus condiciones macroeconómicas, la cuestión política y regulatoria generan más dudas con el gobierno peronista», subraya Martínez Lázaro. En México, Andrés Manuel López Obrador pretende aprobar una reforma constitucional para establecer que la empresa estatal Comisión Federal de Electricidad tenga el 54% del mercado de generación en el país, regular contratos con empresas privadas y suprimir los reguladores autónomos. Una propuesta que siembra preocupación. « Las turbulencias e inestabilidades político-económicas hacen que los proyectos sean valorados con más detenimiento », dice Ramón Casilda Béjar. Descarta, en cualquier caso, una oleada de desinversiones: «Son activos fijos y deshacer posiciones es complicado, pero sí habrá un replanteamiento de las inversiones».

Desde Cox Energy América piensan que el país azteca es un mercado lleno de oportunidades, pero reconocen que «la saturación y restricciones que tiene la infraestructura de transmisión», así como la falta de seguridad jurídica y regulatoria del gobierno actual para la transición hacia las renovables ha supuesto un «potencial retroceso en la evolución de la industria en dicho país», lo cual les ha obligado a replantearse la estrategia en México. « Estamos convencidos de que, en el medio plazo, nuestra operación en dicho país continuará », expone su consejero delegado.

La prudencia reina en el sector. «México siempre ha sido un mercado interesante. Nuestra esperanza es que despierte en dos o tres años, la gente está esperando a un cambio de ciclo», apunta Juan Carlos Badillo. Lo ocurrido en el país da una idea de la importancia de la estabilidad . «Las inversiones renovables son a largo plazo, por lo tanto, las modificaciones legislativas o normativas con carácter retroactivo, que es como se está planteando en México, son nefastas y generan incertidumbre», lamenta Iñigo Segura, de Zigor.

Más allá de los problemas concretos de cada país, el principal riesgo que planea en el horizonte, en opinión del profesor Mártinez Lázaro, es el margen fiscal de los gobiernos : «Para cambiar el mix energético hay que avanzar en la descarbonización reduciendo subvenciones a los combustibles fósiles y disponiendo de recursos para que los estados acompañen a la inversión extranjera, algo que no es fácil en épocas de escasez de recursos como la actual». Los empresarios lo tienen claro. « Solo con financiación pública, no se cumplirán los objetivos fijados , por lo tanto, hay que habilitar que la iniciativa privada participe. Si el marco de inversión no es estable a medio-largo plazo, esa financiación no llegará», advierte Segura.

Hay más desafíos que preocupan. José Antonio Hurtado de Mendoza, de Cox Energy América, incide en el necesario desarrollo de infraestructuras , en especial de transporte, y en medidas que promuevan un marco jurídico y regulatorio estable para garantizar el correcto desarrollo del sector renovable. Las empresas con presencia en la región buscan certezas en un sector, el de las renovables, que no tiene marcha atrás.

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