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Opinión

En el relevo empresarial... «amores reñidos»

El exministro Josep Piqué pudiera haber lanzado un órdago a la grande a su presidente en OHL, Juan Miguel Villar Mir, en el tema de la sucesión. El heredero natural, su hijo Juan Villar Mir de Fuentes, se prepara para coger el testigo

María Jesús Pérez

Resistencia a delegar el mando, o incluso descargarse de trabajo en favor del segundo de abordo, suele ser una acción que cuesta asumir. Ejemplos, a millones. Pero, es más, cuando se trata de pasar definitivamente el testigo, la obligación de tener que hacerlo sí o ... sí posterga en el tiempo la ineludible decisión. Sobre todo, en los grupos familiares. Una reflexión que, por cierto, se incluye incluso en los temarios de las mejores escuelas de negocios o es trasladada, en modo «consejo», de consultores a empresarios. ¿Por qué jubilarme si la gestión va bien? La empresa es mía, ¿por qué tengo que retirarme? Si me voy, ¿condeno a «mi» empresa al fracaso? Y, si me jubilo, ¿qué voy a hacer? El caso es que es un hecho inevitable y, absolutamente en todas las empresas, se debe tener preparado un plan de sucesión. Por tanto, la obligación de todo presidente ejemplar es, no sólo crear riqueza y valor al accionista, sino también preparar un sucesor.

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