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La recuperación verde también se edifica con el ladrillo

Los 3.420 millones de los fondos europeos destinados a rehabilitación devuelven a la construcción su papel protagonista como motor económico

María José Pérez-Barco

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A nuestros barrios, edificios y viviendas les ha llegado la hora de descarbonizarse. En los próximo años tendrán que ser más sostenibles y mejorar su eficiencia energética. Eso quiere decir que deberán consumir menos, aislarse más e incluso incorporar fuentes de energía renovables. Pero nuestro parque inmobiliario (25,7 millones de viviendas, de las cuales 19,3 son principales) deberá también tapar muchas de las grietas por donde hace aguas. El Gobierno quiere, además, edificaciones mejor conservadas, más confortables, accesibles, seguras y digitalizadas, como recoge el Plan de rehabilitación y regeneración urbana, que dotado con 6.820 millones de euros es uno de los diez ejes motrices del Plan de Recuperación, Transparencia y Resiliencia enviado a Bruselas. Cabe pensar, por tanto, que el sector de la construcción y el inmobiliario se convertirán en las próximas décadas en dos de los grandes pilares sobre los que se va apuntalar la arquitectura de la reactivación económica que emprenderá nuestro país tras la pandemia. Y eso se traduce en más empleo y negocio para grandes compañías, pymes y trabajadores autónomos. De hecho, según estimaciones del Ejecutivo la rehabilitación de los edificios y viviendas generará 188.000 empleos directos e inyectará 13.500 millones de euros más en el PIB.

La obra es colosal sobre todo teniendo en cuenta la radiografía del parque inmobiliario español, que necesita muchas reformas en otros muchos aspectos aparte del energético. Es un parque antiguo: el 50% de los edificios de uso residencial, es decir 9,7 millones de viviendas, son anteriores al año 1980. Un millón de esos hogares incluso se encuentran en un estado deficiente, malo o ruinoso. El 75% no son accesibles. Es más, alrededor del 40% de las construcciones que tienen cuatro o más plantas no dispone de ascensor. Y desde el punto de vista energético dejan mucho que desear. En una clasificación de A a G, donde A son edificaciones más eficientes (consumen hasta un 40-50% de menos energía que un edificio con clasificación E o G), el 81% se sitúa entre las letras E, F o G. Apenas un 0,2% se alza con la etiqueta energética tipo A. «El parque de viviendas español tiene necesidad acuciante de mejora energética y de otros muchos factores», advierte Lluís Comerón, presidente del Consejo Superior de Arquitectos de España (CSCAE ).

No hay que olvidar que los edificios son responsables del 30% del consumo de energía en nuestro país y del 40% de las emisiones de CO2, responsables del efecto invernadero. Por tanto en una Europa descarbonizada, y a la luz de la situación de nuestro parque inmobiliario, nuestros edificios y viviendas necesitan una profunda transformación.

Los edificios son responsables del 30% del consumo energético en

Para renovar, mejorar y que todo ese parque inmobiliario sea más sostenible, el Plan de rehabilitación y regeneración urbana recoge varias líneas de actuación. El broche de oro es el «Programa de rehabilitación para la recuperación económica y social en entornos residenciales», dotado con 3.420 millones de euros, que irán destinados a la reforma de barrios enteros (976 millones) y edificios completos e incluso viviendas particulares (1.994 millones). Otros 450 millones se dedicarán a cubrir las deducciones fiscales.

El Gobierno ha abierto el campo de actuación, explica Lluís Comerón. «Es consciente de los cambios que requiere nuestro parque de viviendas. Los fondos europeos son para actuaciones energéticas, pero se abre la posibilidad de realizar otras acciones como mejorar la accesibilidad y el estado de conservación, por ejemplo». Porque, como detalla Dolores Huerta, directora general de Green Building Council España (GBCE), el Consejo para la Edificación Verde de España: «No tiene sentido poner placas solares, si hay grietas en la fachada».

El programa recoge ayudas directas y subvenciones para mejorar la envolvente de una edificación (en fachadas y cubiertas); incorporar energías renovables para la calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria; para mejorar la accesibilidad o el sistema de iluminación, digitalizar las construcciones... Por ejemplo, la reforma integral de un edificio podrá recibir una subvención de entre el 35 y 100% de la inversión realizada. Y en este caso incluso habrá ayudas para, en la misma reforma integral, poder cambiar las ventanas de las viviendas y «otros elementos constructivos» a nivel particular. El programa pretende realizar medio millón de actuaciones en los próximos tres años en 300.000 viviendas.

Deducciones fiscales

También se incluyen deducciones fiscales por «obras que contribuyan a la mejora de la eficiencia energética de la vivienda habitual». Por ejemplo, serán del 20% si se reduce un 7% la demanda de calefacción y refrigeración de la vivienda, asimilable a la sustitución de ventanas por una de altas prestaciones. Y también habrá deducciones del 60% para la rehabilitación de edificios de uso residencial.

Claro que todas las ayudas estarán condicionadas al cumplimiento de unos requisitos. De forma general, se obtendrán si la reforma rebaja un 30% como mínimo el consumo de energía o mejora la calificación energética llegando a alcanzar la etiqueta A y B. «Para lograr una subvención hay que hacer una reforma integral que necesita varias intervenciones a la vez. No solo se trata de cambiar las ventanas, también de aislar mejor el edificio, mejorando la envolvente de la fachada y cubiertas, haciendo que las instalaciones gasten menos energía, cambiar a energías menos contaminantes, sobre todo electrificando ya que esa electricidad vendrá de renovables. Cada edificio es un mundo. Hay muchas soluciones tecnológicas, como la calefacción por agua a baja temperatura, suelos radiantes... Hay chalets con parcela donde se han excavado pozos para aprovechar la geotermia, el calor del interior de la tierra. Y se han hecho rehabilitaciones integrales en edificios donde, al sacar dos o tres plantas de garaje, se ha aprovechado para instalar estos sistemas de geotermia. No hay además una solución única. En los barrios se pueden hacer centrales de distrito que den calefacción a toda la zona, solucionar problemas de aparcamiento, mejorar equipamiento... Reformar un barrio entero es más eficiente y además son dinámicas que generan un efecto tractor entre los vecinos», explica Dolores Huerta.

El programa del Gobierno recoge deducciones fiscales para rehabilitar viviendas

Pero hasta ahora la rehabilitación de edificios y barrios completos no ha sido precisamente nuestro punto fuerte. Y eso que «siempre es más eficiente arreglar un edificio existente que hacer uno nuevo, porque deja menos huella de carbono», comenta Artur García, consultor en Sostenibilidad de Zero Consulting. Pero nuestros valores de rehabilitación son muy bajos. Según datos de CSCAE, la tasa de gran rehabilitación oscila entre 0,2 y 0,4% cada año, mientras en países europeos se sitúa entre 1,5 y 2% (es decir, se renuevan en profundidad entre uno y dos edificios de cada cien). «Las reformas integrales dejan el edificio preparado para que no se tenga que actuar en 50 años», comenta Comerón.

Ante este panorama, el sector de la construcción, y más específicamente la rehabilitación, tienen un gran desarrollo por delante. «Hay trabajo para 40 años. En las grandes y medianas ciudades hay mucho que rehabilitar. Tenemos que habituarnos más a la rehabilitación integral o el cambio de usos y no derribar edificios que van al vertedero y levantar otros nuevos que generan emisiones de C02 para su construcción», recomienda Dolores Huerta. «Se va a construir un nuevo sector de la rehabilitación que dará el salto a la modernización», augura Comerón.

El sector de la rehabilitación acapara el 2,2% de los trabajadores

El programa del Gobierno estima que la población ocupada en el sector de la rehabilitación representa actualmente en España el 2,2% del mercado de trabajo, una de las cifras más bajas de los países europeos. Vecinos, como Italia, Alemania y Francia, tienen ese porcentaje más elevado: alrededor del 4%. Si se alcanzara el nivel de actividad de rehabilitación de esos países, el Ejecutivo calcula que el sector podría generar 400.000 nuevos empleos.

Mano de obra

«La construcción tiene capacidad de absorber muchos trabajadores y recuperar los que lleguen de la hostelería. Pero necesitamos mano de obra cualificada. El sector de la construcción en un país moderno no es el del ladrillo, carretilla y arena, sino que es una actividad que utiliza las nuevas tecnologías, nueva maquinaria, nuevas formas de construir, nuevos métodos de reciclaje... Ahora tenemos la oportunidad de cambiar la cultura, de cambiar el barrio, el edificio y la vivienda. Para desarrollarlo hay grandes empresas que serán tractoras, pero la última milla va a ser para pymes y trabajadores autónomos. Además el sector de la construcción y el de la vivienda tienen un enorme efecto tractor sobre otras actividades económicas», indica Pedro Fernández, presidente de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC).

Cualificación

«Conseguir un edificio más eficiente es más complicado. Se requieren más conocimientos y especialización para llevar a cabo los proyectos. Requiere la utilización de nuevos materiales, sistemas de cerramiento más especiales, más atención al detalle y a cómo se hacen los acabados. Se necesita mano de obra cualificada, y hacer que este sector sea atractivo para generar empleo de calidad», sostiene Artur García.

De hecho, en el programa de rehabilitación residencial, el Gobierno recoge que se abordará «teniendo en cuenta el planteamiento renovador de la formación en el sector de la rehabilitación, que tendrá como objetivos esenciales la capacitación y la estabilización de la mano de obra especializada, que evite el carácter cíclico que la ha caracterizado» en las últimas décadas.

Viviendas del futuro

Los planes para la rehabilitación de edificios y viviendas, que se dotarán con fondos europeos de recuperación, son sólo el primer paso. «Los fondos Next Generation son un catalizador, pero después hay que seguir rehabilitando sin fondos europeos. Por eso, es importante impulsar la actividad privada», considera Lluís Comerón. Porque además hay mucho por hacer. «La sociedad ha cambiado —continua—. Y las viviendas en las que estamos no están hechas para las personas que somos nosotros. Necesitamos viviendas pensadas para personas mayores, con espacios para teletrabajar, con dormitorios para hijos que no solo duermen en ellos sino que hacen su vida en ellos, necesitamos terrazas, galerías, más confort... Necesitamos viviendas más saludables, con ventilación suficiente que mejore la calidad del aire, con pinturas que puedan absorber el CO2, con mayor aislamiento acústico... Necesitamos viviendas que sigan siendo útiles en el medio plazo».

Comunidad de vecinos

El programa para rehabilitación de edificios y viviendas ha acelerado otras iniciativas del Gobierno que están encaminadas a hacer reformas en las edificaciones para que sean eficientes energéticamente. Una de ellas es la Estrategia a largo plazo para la Rehabilitación Energética en el sector de la Edificación. Y otra es el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima. Este último plan del Gobierno propone cambiar la Ley de propiedad horizontal para dotar de personalidad jurídica a las comunidades de propietarios. Así podrán acceder a créditos bancarios con mayor facilidad. Hasta ahora los bancos eran reacios a conceder estos créditos ya que si un vecino no pagaba tenían que actuar contra ese propietario. Al dotar a las comunidades de vecinos de personalidad jurídica serán estas las que tengar que exgir el pago al propietario moroso.

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