El pulso entre Escrivá y Díaz amenaza pactos laborales clave
La prórroga de los ERTE, la reforma de las pensiones y ley del teletrabajo enfrenta a los miembros del Gobierno
Díaz y Escrivá, cuando tomaron posesión de sus cargos en enero pasado
El desencuentro entre los ministros de Seguridad Social y de Trabajo, José Luis Escrivá, y Yolanda Díaz, es un secreto a voces. Estaban predestinados a no entenderse desde el mismo momento en el que el presidente del Gobierno decidió partir en dos un ... ministerio con áreas estrechamente relacionadas para cumplir con las exigencias de su socio, pero sin otorgarle demasiado poder. Las políticas laborales y la Seguridad Social están muy entrelazadas y puntos de vista muy diferentes en asuntos compartidos derivaron rápido en posiciones antagónicas sobre el mismo asunto.
En los planes de Pedro Sánchez no estaba que la titular de Trabajo adquiriera el protagonismo que la sobrevenida crisis del Covid-19 le ha dado. Asumió la riendas de un ministerio vaciado de contenido, pero la pandemia ha hecho de su cartera una pieza clave para el devenir del empleo en España. Desde un primer momento tomó la riendas de la nueva política laboral –basta recordar cómo le llovieron críticas cuando el 4 de marzo presentó una guía de actuación frente al coronavirus en las empresas– y la ministra ha ido ganando apoyos, prácticamente al mismo ritmo al que los ha perdido el titular de la Seguridad Social.
El perfil técnico de José Luis Escrivá , expresidente de la Airef, no ha logrado empastar con los tintes más ideológicos de la ministra de Podemos, cuyo talante conciliador es apreciado en la mesas de negociación tanto por sindicatos como por empresarios. En las últimas semanas las discrepancias han subido un peldaño más. Escrivá y Díaz no parecen entenderse sobre el camino que debe seguir la reforma de las pensiones, tampoco han logrado un punto de encuentro sobre cómo debe hacerse la nueva prórroga de los ERTE. Y la futura ley del teletrabajo también les enfrenta. El resultado de este pulso no es menor, dado que compromete pactos laborales clave.
«Díaz y Escrivá no se entienden», aseguran fuentes consultadas por ABC. «La percepción que tenemos —dicen—es que no hay comunicación entre los dos departamentos y esta situación está complicando el día a día». Ponen como ejemplo las trabas cuando solicitan datos de los que no dispone el SEPES y están en manos de la Tesorería o de la Seguridad Social.
Esta falta de sintonía está siendo especialmente patente en las negociaciones para prorrogar los ERTE . Alineada con empresarios y sindicatos, la ministra de Trabajo se enfrenta al ala socialista del Gobierno sobre cómo y en qué circunstancias debe acometerse la prórroga de las regulaciones temporales de empleo por fuerza mayor.
La inminente ley del teletrabajo estaría también generando roces entre los dos departamentos. Desde Trabajo apuntan desde hace semanas que la norma estará lista este mismo mes y, aunque es competencia de la gallega y la participación de Seguridad Social se limitará a algunas aportaciones, en el entorno de Escrivá se asegura que el ministro preferiría un proceso más pausado que el que se está llevando. Pero estos no son los deseos de Díaz. El pasado viernes avanzó que era cuestión «de días» que los reglamentos de igualdad, la ley del trabajo a distancia o la regulación del desempeño en las plataformas de distribución (los conocidos como «riders») «vean la luz».
Reforma laboral
El desmontaje de la legislación del mercado de trabajo es otro de los puntos de conflicto. Mientras la ministra es partidaria de imponer lo que ha venido a llamar «un marco laboral por el trabajo decente», Escrivá es más comedido y apuesta por hacer un análisis más profundo de las causas por las que España cuenta con una tasa de paro estructural tan elevada.
Y el último desencuentro, el más evidente de todos, atañe a la reforma de las pensiones . El Gobierno trabaja con la vista puesta en el Pacto de Toledo, de quien espera obtener un documento consensuado antes del próximo 15 de octubre. Este es el momento en que se debe enviar a Bruselas el plan de reformas y la estrategia pasa por obtener un respaldo previo de la comisión parlamentaria. Sin embargo, las recomendaciones que Escrivá planteó en el Pacto de cara a cuadrar las cuentas del sistema, como incentivar el retraso voluntario de la edad de jubilación, no fueron bienvenidos en el departamento controlado por Podemos. «No es el camino adecuado», dijo Díaz.