«No se puede diseñar la administración del siglo XXI solo con la urgencia del recorte»

Un cambio que es especialmente urgente según el sector. Los datos presentados por la Asociación de Empresas de Consultoria (AEC), demuestran que España ha perdido 14 puest os en el ranking de desarrollo de la administración electrónica entre 2010 y 2012.

Además, el coste realizar de un trámite en persona es 75 veces superior al de hacerlo a través de Internet, de acuerdo con los datos presentados por Pimentel.

La administración pública debe «imitar» al sector privado. Según el presidente de las consultoras, España debe incorporar prácticas propias de las empresas «cuanto antes».

Las fórmulas pueden ser distintas: la colaboración a través de la creación de «centros de servicios compartidos» , la profesionalización del sector «potenciando la figura del director público profesional» , un nuevo modelo de «gestión del talento» y una apuesta por la innovación a través de las nuevas tecnologías.

La administración debe conseguir objetivos que aunque a primera vista parezcan incompatibles, no lo son. Según las estadísticas recogidas por la patronal, «hay una relación directa entre los países que han contenido su gasto en la administración pública y cuyo PIB ha crecido. En otras palabras, reducir gastos y aumentar la calidad es posible, según los consultores. El índice de satisfacción de los ciudadanos en estos países (Reino Unido, Corea del Sur, Dinamarca...) es 70 veces superior al de los españoles.

Una eficiencia que se consigue no solo reduciendo costes, sino también e vit ando las duplicidades propias de la descentralización: «si España se pusiera al nivel de la UE en volumen de cargas administrativas, se ahorraría 15 mil millones de euros al año». Según las cifras recogidas por las consultoras, el peso de las cargas administrativas en España es del 4,5 % , mientras la media de la UE solo alcanza el 3,6%.

Un objetivo que según Manuel Pimentel solo se conseguirá cuando «la administración deje de ser solo un fin en sí misma» y se ponga « al servicio de los ciudadanos , tal y como las empresas se ponen al servicio de los clientes».