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Productos «fintech»: los pros y los contras para el ahorrador

Algunos proyectos prometen atractivos retornos al minorista, que contrastan con la sequía de rentabilidad de los depósitos.

Algunos expertos consideran que muchos de los productos «fintech» son arriesgados FOTOLIA

MARÍA GÓMEZ SILVA

El fenómeno «fintech» arrancó con promesas de mayor rentabilidad y ansias de mayor transparencia, justo cuando la opinión pública cargaba contra los bancos por las malas prácticas y los excesos de la crisis. «Ofrece alternativas interesantes a la inversión tradicional y es una buena forma de conseguir mayores retornos con productos que antes no existían», explica Rodrigo García de la Cruz, del IEB. Así, por ejemplo, los robo-advisors dicen arrojar una rentabilidad superior a la de la industria tradicional de fondos por el mero hecho de tener comisiones inferiores. Asimismo, frente a unos depósitos que ofrecen en torno al 0,3% (sin vinculación adicional), inversiones como el crowdfunding inmobiliario de Housers prometen una rentabilidad anual a partir del 3%. Pero, ¿se trata de inversiones seguras?, ¿qué es preciso tener en cuenta antes de dejarse tentar por alguna oferta?

Pau A. Monserrat, economista de iAhorro.com, recuerda que hay que fijarse en tres aspectos a la hora de analizar cualquier producto financiero o de crédito, también en el caso de los «fintech»: la rentabilidad, la liquidez (si puedo recuperar el dinero antes de tiempo y a qué coste) y los riesgos (si puedo perder parte o todo mi dinero). En el caso de los créditos, hay que tener en cuenta el coste financiero, si se puede amortizar capital con antelación y a qué precio, y el riesgo de que nos cobren tipos de interés más altos de lo normal y con condiciones inusuales.

En ese sentido, Monserrat considera que muchos de los productos «fintech» son arriesgados. Por ejemplo, en el caso del crowdfunding (cuando ponemos dinero para financiar un proyecto, a cambio de un interés), este experto explica que se trata de préstamos que no computan en la Cirbe (no se comunican al Banco de España y, por tanto, no pueden consultarse por otras entidades para conocer el nivel de endeudamiento del cliente antes de facilitarle financiación). «Como estos créditos no están supervisados, no figuran y hay un peligro de sobreendeudamiento», alerta Monserrat. Entonces, ¿qué ocurre si se impaga el préstamo? Monserrat advierte de que, en estos casos, no existe un fondo de garantía como sí hay para los depósitos hasta 100.000 euros.

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