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Los problemas no le dan respiro al ministro

La estiba amenaza con quitarle es sueño, pero la sentencia del ruido en Barajas y las autopistas quebradas de Madrid anticipan tormenta

De la Serna en una de sus últimas reuniones con los estibadores ERNESTO AGUDO
Susana Alcelay

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Íñigo de la Serna (Bilbao, 1971) poco se podía imaginar cuando dejó la alcaldía de Santander y tomó el testigo de Ana Pastor lo que le esperaría en Madrid al frente del Ministerio de Fomento. Este cántabro de adopción, pero bilbaíno de nacimiento, se ha tenido que enfrentar a uno de los golpes más severos que ha recibido en Gobierno en esta legislatura.

A la convocatoria de huelgas y protestas de los estibadores, se sumaba el pasado jueves un varapalo del Congreso al decreto que liberaliza el sector por mandato europeo.

La Cámara baja rechazó la reforma del Ejecutivo después de que Ciudadanos cambiará su voto a última hora, un revés que, además de tener consecuencias económicas , pudo marcar un punto de inflexión que podría llevar incluso a nuevas elecciones .

La estiba amenaza con quitar el sueño a este ingeniero de Caminos, a quien le está tocando lidiar con reclamaciones históricas en toda España, como los desafíos del AVE a Galicia o las reclamaciones catalanas sobre la gestión de los aeropuertos y los peajes. La sentencia sobre el ruido en Barajas y el rescate de las autopistas quebradas en Madrid anticipan también tormenta .

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