El precio del alquiler ahoga al empleo turístico a las puertas del verano

Sobre todo en las Islas Baleares. Lo ilustra así el vicepresidente Ejecutivo de Exceltur, José Luis Zoreda : «Estamos volviendo a una situación que se daba en la década de los 60, cuando hoteleros de Baleares y muchos puntos del mediterráneo acudían a las zonas del interior de España para encontrar empleados a los cuales los empresarios les tenían que proporcionar alojamiento. Ese peregrinaje ha vuelto».

Entonces, relata Zoreda, se habilitaban en los bajos de los hoteles (las zonas menos comerciales del establecimiento) una cifra importante de habitaciones para empleados «con unas condiciones razonables de habitabilidad», porque formaba parte de la compensación a los trabajadores para hacer la temporada turística a Mallorca o Ibiza. Unas habitaciones que años más tarde pasaron a ser acondicionadas para clientes, pero que dada la coyuntura algunos hoteleros han decidido dar marcha atrás décadas después. «Me consta que varias hoteleras ya lo están haciendo para volver a dar acogida a sus empleados de manera que le ofrezcan un sueldo digno y alojamiento que les permita un desahogo económico», explica Zoreda.

Una disposición que además, comenta el directivo, se ha convertido en una ventaja competitiva respecto a otras empresas «que no pueden ofrecer este incentivo para conseguir empleados» en un verano que será clave para el futuro de las compañías del sector.

El turismo ya venía notando en los últimos veranos precovid los efectos de los altos precios y la falta de alquileres. Algo que según Zoreda también ocurre porque muchas de las viviendas que estaban disponibles para arrendamientos de temporada o de larga temporada «ahora se ponen en el alquiler vacacional por días o por horas. Les sacan una rentabilidad más alta y generan unas externalidades negativas al fomentar carencia de alojamiento». Pero entonces no era un fenómeno tan generalizado. En 2019 los problemas se concentraban en el caso de los trabajadores con ofertas en ciudades como Palma de Mallorca o Ibiza. La novedad es que ahora esta situación se ha extendido a otros territorios del litoral español.

¿A qué se debe este fenómeno? Sobre todo, al nuevo tirón vivido en el mercado del alquiler en las últimas semanas. Por ejemplo, en Madrid y Barcelona los precios están volviendo a subir con fuerza, debido en parte al descenso de la oferta, que ha caído un 39% y un 18%, respectivamente. Según los portales inmobiliarios, este bajón del 'stock' disponible se debe sobre todo a la inseguridad jurídica que sufre el mercado.

En el caso de la costa, Anna Puigdevall , directora general de la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios (ANAI) , destaca el impacto que el auge de la segunda residencia. «Está creciendo muchísimo y es realmente este segmento y no el de los pisos turísticos el que más condiciona la oferta de vivienda para los trabajadores», argumenta. Puigdevall reconoce que existen muchas zonas del litoral que están sufriendo esta escasez y avisa que «es muy complejo incrementar el 'stock' en estas localizaciones de forma rápida».

El propio Gobierno ha reconocido esta semana que la escasez de trabajadores en determinadas profesiones está motivada en parte por los precios del alquiler. «No se trata tanto de un problema de ausencia de voluntad para trabajar, sino que las condiciones de trabajo no son lo suficientemente adecuadas y ventajosas para que los trabajadores vivan en localidades, muchas de ellas sometidas a un gran problema de tensión de vivienda y mucha afluencia turística, para que puedan trabajar en condiciones de dignidad», señalaba este lunes tras reunirse con empresarios y sindicatos el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey

Algunas hoteleras, ya reconocen a viva voz el problema y las soluciones que están aportando. Una de ellas, la mayor cadena de hoteles de España y la única que cotiza en el Ibex 35, Meliá. Así lo aseguró su CEO , Gabriel Escarre r la semana pasada. «Estamos disponiendo a nuestros empleados de vivienda o habitaciones dentro de nuestros hoteles debido a las dificultades para encontrar alojamiento que están encontrando algunos trabajadores».

Desde RIU admiten la dificultad para completar plantillas que vienen sufriendo en los últimos años, aunque en su caso aseguran no tener demasiados problemas por los altos precios de los alquileres. Donde más podrían tener, en Formentera, disponen de un edificio con apartamentos para acoger a 200 empleados. En todo caso, denuncian las dificultades que ya sufren para encontrar personal de cocina en algunos hoteles.

Desde la hostelería también denuncian el problema para captar empleados por los altos precios del alquiler, que visualizan en todas las zonas donde hay turismo de temporada, pero especialmente en Baleares, la provincia de Almería o la Costa del Sol . Para el sector, el problema se ha agravado, porque «se ha roto la habitualidad de dos años sin temporada de verano. Muchos pisos compartidos que estaban preparados para empleados temporales se han convertido en apartamentos turísticos», explica el secretario general de Hostelería de España, Emilio Gallego.

El debate llega, además, en plena polémica entre hostelería y Gobierno. El sector hostelero lleva denunciando en el último año las dificultades que está encontrando para conseguir empleados, mientras más de tres millones de españoles están en paro (13,65%). La respuesta del Ministerio de Trabajo esta misma semana ha acabado por incendiar al sector: «Algunas de las vacantes que se están produciendo en algunos territorios y la hostelería tienen que ver con que no se paga lo suficiente, no hay descansos, las jornadas son agotadoras y los trabajadores no pueden conciliar vida personal y laboral», señaló el secretario de Estado de Empleo.

Un argumento del que se defiende con rotundidad la hostelería. «Es una simplificación. Estábamos en una situación muy complicada antes del Covid-19 y ahora se ha agravado. Hay un desajuste de empleabilidad muy importante. Hay perfiles que no están lo suficientemente cualificados; problemas de actitud en algunos parados de larga duración. La coyuntura se debe afrontar con rigor y seriedad», opina Gallego , que calcula una falta de 50.000 trabajadores en el sector para este verano.

En todo caso, el sector ya busca desahogar la carga en sus plantillas por todos los flancos. Incluso pone las miras en los refugiados ucranianos. Un país que puede aportar tarabajadores con cualidades «muy válidas», según explica Zoreda, que recuerda que la nacionalidad ucraniana es una de las más presentes en el segmento de los cruceros a nivel internacional. El problema, cuenta el vicepresidente ejecutivo de Exceltur , se encuentra en la dificultad de conseguir permiso laboral para estos refugiados «con la agilidad y rapidez suficiente como para que se convierta en una fuente alternativa en el mercado laboral». Un mensaje que ya ha trasladado el turismo al Gobierno, afirma Zoreda.