Portugal atrae el talento más innovador y España se queda a medio camino

Así, los niveles de estudios no se han desplomado en los últimos años en Portugal y la facilidad de los jóvenes para hablar inglés correctamente amplifica la capacidad para atraer talento y trabajadores cualificados… hasta el punto de que los parques tecnológicos (sobre todo, en la zona norte, pegando a Galicia) proliferan en la franja que va de Braga y Guimaraes a Viana do Castelo y Oporto.

Tal vez por esta razón, el país luso ocupa el puesto número 26 en la lista de captación de nuevos valores con una formación actualizada, mientras que España permanece en el 32.

«Portugal se encuentra mejor posicionado que España y las razones tienen que ver con factores que ambos países pueden cambiar, también por las políticas públicas», explica a ABC Antonio Nogueira Leite, catedrático de Estrategia Empresarial de la Nova School of Business and Economics, en Carcavelos. Y prosigue: «Ambos tienen condiciones naturales para atraer talento, con buenas infraestructuras, seguridad (mayor en Portugal) y un clima y estilo de vida bien apreciados por los extranjeros».

«Portugal añade, además, condiciones fiscales ventajosas para quienes proceden de países de la Unión Europea», recuerda el profesor Nogueira Leite antes de puntualizar: « España está penalizada por una cultura empresarial más inmovilista y por una legislación laboral percibida internacionalmente como poco amiga del desarrollo y del riesgo individual». No obstante, señala este prestigioso catedrático, existen actualmente «riesgos de tomas de posición equivocadas en lo que se refiere a políticas públicas que puedan impulsar el crecimiento en los dos lados de la frontera».

Es un contexto en el que influye sobremanera la consolidación de la Web Summit, que dejó atrás su emplazamiento en Dublín para instalarse en Lisboa. La cumbre tecnológica más importante del mundo, dirigida por el irlandés Paddy Cosgrave , lleva desde 2016 promoviendo los encuentros empresariales y dinamizando los negocios con base cibernética.

Así, se han ido inaugurando los llamados ‘hubs’ creativos, es decir, laboratorios de tendencias e ideas en rincones que se apoyan en ellos para darle una vuelta a su perfil y reactivar sus perímetros urbanos, como los barrios de Marvila o Beato, antes depauperados.

Desde que la Web Summit se asentó en el Parque das Naçoes de la capital portuguesa, la batalla tecnológica sopla con el viento a favor en Portugal, que le ha birlado ya cuantiosos negocios a España con su nuevo y atractivo perfil para las grandes empresas internacionales. Incluso el sector del automóvil de alta gama se ha sumado a través de la inauguración de sendos centros innovadores de Mercedes Benz y de BMW a orillas del Océano Atlántico.

El primero de ellos es un espacio con más de 2.000 metros cuadrados, junto a otros 8.000 más , explotados por otras empresas. Varias décadas atrás, se trataba de un área con almacenes y arsenales militares. Unos 130 empleados trabajan en el ahora denominado Digital Delivery Hub, que había anticipado la jugada en Second Home, todo un revulsivo de nuevas tendencias en Cais do Sodré.

Otra multinacional alemana, BMW, ha redoblado su apuesta por Lisboa , pues ya tenía un edificio de estas características y abrió además un centro de excelencia tecnológica denominado Critical TechWorks y que responde a su alianza con el grupo portugués de ingeniería Critical Software, surgido de la Universidad de Coimbra.

Cierto que el mapa europeo de la innovación está cambiando a gran velocidad y Lisboa lo que ha hecho es posicionarse. Hasta permanecía atenta la ciudad al descontento de los organizadores del Mobile World Congress de Barcelona, dispuesta a pegar un zarpazo y sacar partido de las turbulencias catalanas.

El desarrollo de productos de alta tecnología se despliega así en todo su esplendor en la cuna del fado , reciclada para no sucumbir a la autocomplacencia y, lo que resulta impensable en España, beneficiándose del mismo impulso sea el gobierno conservador o socialista.

El vicepresidente del área electrónica de BMW, Christoph Grote, declaró alrededor de toda esta explosión tecnológica al otro lado de la frontera: «Encontramos en Portugal a personas competentes y perfeccionistas, con talento, mentalidad, personalidad y perseverencia».

De paso, la sinergia ha permitido a Critical Software c recer un 40 por ciento en tiempos recientes, según certifica su director gerente, Gonçalo Quadros: «Llevamos 20 años afrontando los desafíos tecnológicos más exigentes. Ahora, en Lisboa, nuestro equipo c desarrollando soluciones innovadoras que ayudarán a definir industrias en todo el mundo».

Este centro de Entrecampos va a mejorar la ingeniería de software de BMW: movilidad, conducción autónoma, electrificación, análisis de datos, tecnología para vehículos conectados, producción y logística.

Es otra consecuencia (positiva) de la onda expansiva de la Web Summit, cuyos tentáculos lo invaden todo en este renovado tejido tecnológico que se extiende a lo largo del país vecino. Sí, porque primero está el impacto inmediato de 300 millones de euros que genera para Lisboa el mes de noviembre de cada año y después se añaden los negocios que se concretan con posterioridad.

Amazon, Google, Renault, Uber, Facebook, Tinder, Mercedes-Benz, IKEA, Nintendo, AirBNB, Siemens, KPMG, Airbus, EDP, Booking, Microsoft, Ryanair, IBM o Volkswagen son solo algunas de las firmas estrella que suelen darse cita en el Altice Arena frente a los 65.000 asistentes que siempre llenan el recinto y garantizan el éxito de la convocatoria internacional. Es un escaparate acorde con los nuevos tiempos.

Como refuerzo y telón de fondo, los datos educativos refrendan el papel de las nuevas generaciones en Portugal. Por ejemplo, el abandono escolar en edad universitaria pasó del 34 por ciento en 2008 al 11 por ciento en 2018. Y fue todo un éxito la eficaz reválida externa a los alumnos y la adecuación de los profesores a unos objetivos predeterminados. Unas medidas decretadas por el Ejecutivo conservador que comandaba Pedro Passos Coelho antes de que lo derribase una moción de censura del actual primer ministro, Antonio Costa, en diciembre de 2015.

El entonces titular de Educación, Nuno Crato, se ganó la enemistad de los sindicatos y del Bloco de Esquerda (partido próximo a Unidos Podemos) por incrementar las horas lectivas de Matemáticas y, sobre todo, por disparar el grado de exigencia tanto a los alumnos como a los profesores. Todo lo contrario de lo que acontece en España.

El experto portugués en Psicología de la Educación Jorge de Sousa reconoció a ABC: «Lo que resulta indudable es que Portugal ya no puede considerarse aquel país del furgón de cola educativo. Afortunadamente, unos y otros gobiernos se han puesto las pilas y el sistema ha ganado en eficacia y en pragmatismo, que hacía mucha falta».