Popular, tras el conflicto... un botín que el vencedor toma del vencido

Por entonces, ese día, recuerdo que el banquero, haciendo alarde de esa memoria prodigiosa que siempre le ha caracterizado dando cifras y rememorando conversaciones pasadas, se despachó a gusto también en sus explicaciones y culpaba al que fuera uno de los accionistas privados más significativos del banco, el mexicano Antonio del Valle , y contra su sucesor Emilio Saracho , además de contra la Junta Única de Resolución europea (JUR) , de la caída del banco. ¿Son los verdaderos culpables? La justicia decidirá, en base a todos los hechos y las pruebas presentadas. Entre ellas, un nuevo informe pericial publicado estos días...

El caso es que de la noche a la mañana -en concreto en la madrugada del 6 al 7 de junio de 2017- más de 300.000 accionistas de un banco cotizado, nacido en 1926, perdieron todo. ¿Y quién o quiénes son los responsables últimos? Más a sabiendas de que los accionistas eran los únicos dueños de Popular que, por cierto, era una sociedad privada. ¿Debería tener una reparación obligada por derecho fundamental? Lo dicho, dependerá de las pruebas presentadas.

Pues bien, como adelantaba sobre estas líneas, el pasado miércoles amanecíamos con un informe que ha dado un vuelco radical al caso. Un documento pedido por el juez que instruye la causa a peritos del Banco de España . La conclusión que llama más la atención es la que ha estado defendiendo el propio Ron desde que se tomara la decisión de resolver la entidad en junio de hace dos años: Popular era solvente y viable hasta el mismo día de su resolución. Y los números que lo certifican también aparecen en el informe: el día que fue resuelto por la JU R , el Popular poseía un patrimonio de 11.088 millones de euros, tenía una capacidad de generación de beneficios antes de provisiones de unos 1.150 millones, tenía la posibilidad de materializar plusvalías por ventas de negocios que le reportarían capital para seguir adelante, y valía 1.300 millones de euros en Bolsa . Sin embargo, la JUR lo vendió por un euro al Santander de Ana Botín , tras haber estado negociando ambos bancos -como también recogen los peritos- todo el mes de mayo sin llegar a un acuerdo. ¡Si uno se lo puede quedar por un euro para qué seguir con el tira de afloja de rigor en una negociación de compra-venta de un banco con 11.000 millones de patrimonio! Bueno, a priori, cierto es que igual no sabían que acabarían siendo los benefactores de la entidad.

Ahora bien, el «botín» para Botín , ha resultado ser, digamos, una perita en dulce. Aunque el Santande r no recibió ayudas públicas en el rescate y adquisición del Popular , sí se llevó un importante regalo: 4.900 millones en créditos fiscales, que podía utilizar para reducir su factura fiscal en España en el futuro, frente a los 7.000 millones en que tuvo que ampliar capital para absorber la entidad intervenida. Estos ahorros se los habría apuntado Banco Popular en cualquier caso si hubiera podido continuar en solitario, y son consecuencia de la normativa que garantiza estos activos fiscales diferidos ( DTA , por sus siglas en inglés) para la banca. Estos activos no son técnicamente ayudas del Estado, pero la oposición en su momento -el PSOE - afirmó que se trataba de un apoyo con recursos públicos a la operación del Santander.

Pero hay más. El informe se muestra implacable con la gestión de Saracho . Según los inspectores del Banco de España , el banco se habría salvado si se hubiesen vendido activos, que era, por cierto, uno de los objetivos que planeaba Ron con el proyecto Sunrise, pero que nunca vio la luz, ya sea porque el Banco de España no terminaba de creérselo -aunque dio finalmente su OK- tanto como el Ministerio de Economía . ¿Cómo fue posible que Saracho decidiese paralizar el proyecto de traspaso de activos inmobiliarios a la nueva sociedad para después, ya en las tripas del Santander , este tardar «cero coma» en colocar el 51% de los mismos a Blackstone , en la que fue la mayor operación inmobiliaria de la historia de España ?

En cualquier caso los peritos achacan la resolución al deterioro que el Popular sufrió de forma paulatina, pero muy rápida, de una fuga de depósitos entre abril y junio por 16.000 millones de euros que se debió, en parte, a tres momentos clave: el 3 de abril, día en el que Saracho anuncia a la CNMV la necesidad de reformular las cuentas de 2016, que arrastró fuertemente a la baja la acción; el 10 de abril, cuando el mismo Saracho anuncia en su primera junta de accionistas que el Popular solo se salvaría si se fusionaba o hacía otra ampliación de capital (¡en junta de accionistas! Algunos juristas hablan de que quizás después de aquel dicurso el Banco de España tenía que haber intervenido y destituir al presidente para evitar lo que sobrevino después); y, el 12 de mayo, tras la noticia en un medio digital que afirmaba que el banco estaba en venta por riesgo de quiebra. De ahí, hasta el 6 de junio, un drama por las pérdidas de depósitos.

¿Expolio pues? Expoliar: «Desposeer de un bien sin indemnización por ello». Y como dice el diccionario: «Botín que vencedor toma del vencido». Muy distinto a expropiación. Que actúe la justicia.