La UE pone en marcha la maquinaria para hacerse con el control de la banca
Chipre es el siguiente país en la lista de los que llaman a la puerta del fondo de rescate europeo
La UE pone en marcha la maquinaria para hacerse con el control de la banca
Igual que en los casos anteriores de Grecia, Portugal e Irlanda, la información interesada de la agencia Reuters, que ayer por la mañana anunciaba la posible convocatoria de un eurogrupo telefónico sobre el rescate para el sector financiero español, fue la primera vuelta el torniquete ... de la presión sobre las autoridades españolas. Tanto el Gobierno de Rajoy y la Comisión Europea como el propio eurogrupo respondieron oficialmente negando que se hubiera tramitado ninguna solicitud de un rescate, como exige el procedimiento. Sin embargo, a renglón seguido, todos reconocían que el dispositivo necesario «está preparado para empezar a ser utilizado en cualquier momento».
Solamente Holanda planteaba reticencias ante un rescate parcial y muy específico, en el que si no aparece el FMI el gobierno dimisionario de Mark Rutte teme que los electores le penalicen aún más en las elecciones de septiembre próximo, contrariados porque piensen que los bancos españoles serán rescatados con su dinero. En realidad, es cierto que se trata de un modelo «a medida para España», pero está lejos de ser exclusivo: según fuentes de la Comisión, se puede aplicar a todos los países y «España no es el único que tiene problemas en su sector financiero».
Aplacar turbulencias
Chipre, por ejemplo, es el único que ha admitido abiertamente desde hace diez días que probablemente necesitará también un salvavidas para sus bancos, con la diferencia de que para esta isla el problema se llama Grecia y su destino se sellará en las elecciones del fin de semana que viene.
Alemania, Francia e Italia están de acuerdo con que se ayude a España al rescate de sus bancos, aunque cada cual por razones diferentes. Lo mismo le sucede a Gran Bretaña, la quinta economía «grande» de la UE, a pesar de que no está en el euro. Todos esperan que la operación sobre el sistema financiero español servirá para aplacar las turbulencias en los mercados, al menos durante un tiempo.
Los mecanismos de ayuda que se pondrán en marcha para España aprovechan la reforma de los instrumentos del Fondo Europeo de Estabilización Financiera (EFSF), aprobados hace ahora un año en el Consejo Europeo, para permitir que parte de los 440.000 millones de euros de ese fondo puedan ser utilizados para «la recapitalización del sistema financiero de países que no se encuentran sometidos a programa». Esta negociación, llevada a cabo cuando Zapatero era el presidente del Gobierno, se entendió como un traje a medida para España.
Desde entonces, ya se sabía que, a pesar de todos los indicadores negativos, la deuda pública no es el principal problema de la economía española, por lo que se descartó que para ayudar a los bancos a tapar los boquetes en sus balances fuera necesario que el país se sometiese a un programa de ajuste como el que se ha forzado a aceptar a Grecia, Irlanda y Portugal. «Si se hubiera querido obligar a España a aceptar un rescate global, no se habría redactado este acuerdo», admiten altos funcionarios de la Comisión, que recuerdan que también se aprobó «porque hay otros países que podrían aprovecharse de este sistema».
La cuestión para Bruselas es evidente: tanto la Comisión como el Eurogrupo solo pueden tratar con España, no con bancos privados, de manera que «lo primero que va a producirse es una negociación» en la que se discutirán cantidades y modalidades de desembolso, pero, sobre todo, las condiciones que se impondrán a los bancos que las reciban y que serán supervisadas directamente desde la UE.
A escala de los bancos
Es decir, se adaptará un programa de ajuste como el que están sufriendo los griegos, a escala de los bancos que tengan que ser rescatados. Recortes, ahorros, redimensiones, venta de activos, reducción de salarios y despidos. El principio de todo rescate es que los ingresos han de servir preferentemente para devolver el dinero que se ha recibido. De algún modo la UE se hará con el control de una parte muy importante de la banca española.
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