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Polémica en Portugal por la venta de seis centrales hidráulicas de EDP por 2.200 millones de euros

Los ministros de Medio Ambiente y de Finanzas, llamados a comparecer en el Parlamento para explicar si conocían la operación del grupo energético anteriormente público

Francisco Chacón

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El negocio se ha cerrado, pero la polémica no ha hecho más que comenzar. La emblemática EDP (Energías de Portugal) ha vendido seis centrales hidráulica s a un consorcio francés encabezado por Engie y por Crédit Agricole por 2.200 millones de euros. Una operación redonda desde el punto de vista empresarial, pero que trae consecuencias político-económicas para el país vecino.

El Bloco de Esquerda va a interpelar a los ministros (socialistas) de Medio Ambiente y de Finanzas en la Asamblea de la República para preguntarles: ¿Existía un plan de EDP para evadir impuestos? ¿Se han activado todos los mecanismos de control? ¿Hasta qué punto el Gobierno sabía de la transacción y no hizo nada para endurecer las condiciones?

Las respuestas no son sencillas y pueden comprometer al Ejecutivo de Antonio Costa, que podría haber permitido condonar 110 millones de euros a la firma en concepto de impuesto de timbre.

Tanto es así que el ministro de Medio Ambiente y Transición Energética, Joao Pedro Matos Fernandes, declaró recientemente en el Parlamento: «A pesar de ser obligación del ministro conocer este proceso de punta a punta, yo no sabía ni de los contratos ». Unas palabras que levantaron ampollas tanto si eran rigurosamente ciertas como si no lo eran.

Más allá de la división de opiniones, el primer ministro está en el punto de mira por si hubiera indicios de que «desprotegió el interés público en favor de EDP».

Diputados de varios partidos exigen transparencia absoluta e incluso que salgan a la luz los contratos firmados entre la energética lusa y el conglomerado francés.

Las seis centrales hidráulicas se encuentran repartidas de forma sucesiva a lo largo de la cuenca del río Duero, es decir, desde la salida de Oporto hasta la frontera con Zamora. Todas se localizan en la región portuguesa de Trás-os-Montes, donde un colectivo integrado por alcaldes de la zona expresó su preocupación por las consecuencias que pueda acarrear el negocio a medio plazo.

Además de Engie y de Crédit Agricole, figura en la parte compradora Mirova-Grupo Natixis como tercer vértice. Hacia ellos se dirigen las quejas Este conjunto de circunstancias ha motivado la intervención del recién surgido Movimiento Cultural de la Tierra de Miranda, que defiende los intereses locales y pide la mediación del presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa . que “use su influencia y garantice un negocio diáfano y que no perjudique a los portugueses”.

EDP es la empresa energética líder en Portugal y se ha expandido a España hasta alcanzar el cuarto lugar en este segmento. En los últimos años se ha focalizado en impulsar la producción de cariz sostenible.

En esta línea, la compañía ha anunciado una inversión de 24.000 millones de euros de aquí a 2025, con el objetivo de olvidarse completamente del carbón ese año. Igualmente, planea obtener un 47% de la energía a partir de la fuente solar.

Nada extraño, por tanto, que su filial denominada EDP Renovables se haya convertido en la ‘joya de la corona’ y un reclamo para las multinacionales estadounidenses y japonesas, como si se tratara de una reedición de ‘La presa’, la obra cumbre del escritor Kenzaburo Oé.

Siguiendo estas pautas, el icono empresarial portugués tomó el relevo de Repsol en un macroproyecto eólico ‘offshore’ que se construye en Escocia, con una inversión global superior a los 2,2 mil millones de euros. Tiene como socio al gigante China Three Gorges (CTG), que protagoniza el mayor volumen de este tipo de negocios en la potencia asiática.

Repsol poseía el 33,3% de las acciones de Moray Offshore Renewable (MOR), pero se desprendió de todo el paquete. Por esta circunstancia, EDP vio la oportunidad de ampliar horizontes a través de unos trabajos que implican poner en pie una central energética en alta mar con una capacidad de 1.116 megavatios.

La redistribución del ‘pastel’ coloca en destacado primer lugar a los chinos, dueños del 70% de MOR, mientras que los portugueses se hacen cargo del restante 30%, de acuerdo con las condiciones reflejadas en el contrato.

Fue la primera operación a gran escala de EDP, después de que se privatizara el grupo anteriormente público. Las estrategias se van encadenando y, precisamente, CTG no dudó en tomar posiciones como su principal accionista gracias a que detenta el 21,35% del capital.

El todopoderoso conglomerado chino tiene actualmente en marcha dos ‘offshores’ similares en su país (Fujian y Hebei), que requieren un montante económico ampliamente superior a los 2.000 millones de euros.

A 22 kilómetros de la costa de Moray Firth, el complejo proyecto escocés debe estar próximo a su conclusión, que se ha visto retrasada por el excepcional contexto actual de la pandemia internacional del coronavirus. En total, implicará una producción anual de electricidad de entre 4 y 5 megavatios por hora y casi un millón de habitantes se beneficiará de esta ambiciosa obra, todo un prodigio de la ingeniería.

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