El plan de choque de Calviño contiene la subida de la energía pero no logra atajar el descontrol de los precios
La política de bonificaciones y rebajas fiscales en las que el Gobierno lleva invertidos más de 6.500 millones consigue atenuar el precio de la luz y el carburante en abril, pero no consigue hacer bajar el IPC que se queda en el 8,3%
El Gobierno ha tenido que emplear 6.500 millones de euros del presupuesto público para que la inflación empiece a mostrar, aunque sea de forma tenue, las primeras señales de moderación. Tras el zarpazo de marzo, en el que los precios se dispararon ... hasta el 9,8% al calor de las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania, el IPC moderó su subida en abril hasta el 8,3% .
¿Buenas noticias? En parte. La bonificación de 20 céntimos por litro al carburante aprobada por el Gobierno –cuyo coste se estima en 1.423 millones en solo tres meses– ha contribuido a rebajar un 12,5% el precio medio de la gasolina y un 9,6% el del diésel respecto a marzo, pero ni siquiera ha logrado enjugar la mitad de la subida de precios que los carburantes han experimentado desde principios de año.
El precio de la electricidad bajó un 26,9% en el mes sin necesidad de activar la 'excepción ibérica' pero después de unos 5.000 millones en rebajas fiscales al recibo de la luz, y ya está por debajo del que se registraba en diciembre , al menos según los registros del IPC. No obstante, aún está un 35% más cara de lo que estaba hace un año.
Los avances logrados en la contención de los precios energéticos, en parte por la menor tensión en los mercados y en parte también por las medidas fiscales del Gobierno –sin ellas, según Estadística, el IPC estaría en el 9,3% y los precios energéticos estarían un 54% más caros que hace un año–, no han conseguido frenar sin embargo una espiral inflacionista que cada vez afecta a más partes del mercado.
En abril fueron los precios de los alimentos frescos , los de la moda y los del sector turístico los que experimentaron un crecimiento más fuerte y los que empujaron la inflación subyacente –la que refleja la evolución del núcleo duro de la cesta de la compra y la que los analistas observan con mayor interés para determinar cuando un país tiene un problema con su nivel de precios– hasta el 4,4%, su nivel más alto desde diciembre de 1995 .
El encarecimiento de determinados componentes que se utilizan en la agricultura y los estrangulamientos en las cadenas de suministro han generado subidas mensuales muy fuertes en el aceite de oliva (10,9%), los huevos (9,9%) o la carne de ave (6,7%). Los paquetes turísticos nacionales e internacionales se encarecieron por encima del 10% al calor de las favorables expectativas de la próxima temporada turística y la noche de hotel subió casi un 20%, condicionada por la Semana Santa.
El fin de las rebajas también ha provocado el encarecimiento de las prendas de vestir (12,3%), el calzado (6,9%) y los complementos (6,2%).
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