Pittsburgh, la revolución local

Pero esa transición no se ha producido de la noche a la mañana. Ha sido en la última década cuando Pittsburgh se ha convertido en el imán para empresas tecnológicas afianzadas y en el laboratorio donde los emprendedores ponen en marcha sus proyectos. Parte de la responsabilidad la tiene su jovencísimo alcalde, Luke Ravenstahl, quien desde que accedió al cargo en 2006 ha buscado revitalizar la ciudad a través de su entramado empresarial, promocionando la colaboración de las empresas con las instituciones académicas locales. En este entorno tan acogedor, emprendedores como Gary Rosensteel han encontrado el lugar ideal para lanzar su compañía. Rosensteel gestiona la «startup» Insituvue, y dirige la consultora NuCoPro y la web Help StartUps, ambas orientadas a ofrecer asesoramiento estratégico para nuevas empresas.

Para Rosensteel el secreto del éxito de Pittsburgh para atraer nuevos proyectos es la presencia de varias universidades y una excelente infraestructura de organizaciones que ayudan a las empresas en su fase germinal. Una de ellas es el Consejo Tecnológico de Pittsburgh, que durante más de 25 años ha monitorizado el crecimiento del sector tecnológico en la ciudad. En su último informe, con datos de 2009, detalla que en la urbe hay más de 8.000 empresas tecnológicas asentadas que emplean al 18,6% de la mano de obra de la zona.