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El petróleo cae un 25% en un mes pero los carburantes menos del 5%

Los consumidores creen que las petroleras mantienen el efecto «cohete y pluma»

S. E.

El desplome de la cotización del petróleo en los últimos meses ha vuelto a poner sobre la mesa la habitual discusión sobre si los precios de los carburantes bajan en la misma proporción que lo hace el crudo. Cabe recordar que desde Competencia han acusado a las petroleras de que suben los precios «como un cohete» y los bajan «como plumas» .

En el último mes, el petróleo se ha abaratado un 25%, mientras que la gasolina solo ha bajado un 1% y el gasóleo casi un 5%. En 2015, mientras el crudo cayó un 34%, la gasolina lo hizo en un 1,6% y el gasóleo en un 13%. Una mayoría de consumidores sigue pensando que las petroleras no repercuten en sus precios de venta al público toda la caída del petróleo y que los descensos los trasladan muy lentamente, al contrario que sucede cuando los precios suben.

No obstante hay que matizar que los precios de los carburantes habría que compararlos con las cotizaciones internacionales de esos productos, en vez de hacerlo directamente con el petróleo, ya que en esas cotizaciones, además del crudo, repercuten el tipo de cambio entre el dólar y el euro, así como la oferta y la demanda . El tipo de cambio entre ambas divisas es muy importante, ya que el petróleo se negocia en todo el mundo en dólares y sus productos y derivados se comercializan en Europa en euros.

Las petroleras niegan lógicamente que los carburantes no estén recogiendo el desplome del petróleo. Explican que «la caída de la cotización de los carburantes desde mediados de 2015 se ha trasladado en su totalidad al precio de los combustibles en los surtidores». Y subrayan que «los impuestos y los costes de distribución (transporte, almacenamiento, etc...) minoran el porcentaje de las bajadas, por lo que nunca van a variar en la misma proporción».

El tema de los impuestos es especialmente importante, ya que los carburantes soportan en nuestro país una elevada fiscalidad que hace que más del 50% del precio de venta al público de cada litro de gasolina y gasóleo sean impuestos . Estos carburantes están gravados con el impuesto estatal de Hidrocarburos (0,4 euros por litro de gasolina y 0,3 euros en el gasóleo), el tramo estatal del tipo Especial (una parte del desaparecido «céntimo sanitario» y que es de 2,4 céntimos por litro en ambos combustibles) y el IVA (21%). A estos hay que sumar el tramo autonómico (entre 1,7 y 4,8 céntimos por litro) que aplican casi todos los gobiernos regionales.

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