La pérdida de solvencia del Reino de España contamina al sistema financiero
Fitch rebaja la calificación de CAM, Bancaja, Banco de Valencia y Banco Sabadell. S&P da un toque de atención a Caja Madrid y pone en revisión su nota
La rebaja de «rating» hecha por Fitch el pasado viernes a la deuda pública española sólo destapó la caja de los truenos. Si el lunes pasó factura a los mercados y al euro, ayer el miedo impulsó la prima de riesgo de nuestro país hasta ... su máximo desde la entrada en el euro y, por si fuese poco, el castigo alcanzó al sistema financiero. Fitch revisó a la baja la calificación de la deuda de Banco Sabadell, Bancaja, Banco de Valencia y Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM). Además, Standard & Poor´s lanzó un serio aviso a Caja Madrid en la misma dirección.
El «rating» de la entidad madrileña, segunda caja de ahorros de España, ha sido puesto por S&P bajo perspectiva negativa por la presión que sufrirá su rentabilidad tanto este año como en 2011. Según la agencia, la caja obtendrá en ese tiempo unos beneficios «modestos» que la dejarán con «escasa capacidad de maniobra» ante futuras crisis.
Así, S&P no descarta recortar, en los próximos meses, las notas a largo y corto plazo actuales («A/A-1») de la entidad que preside Rodrigo Rato.
Pero para otras cuatro entidades españolas ya no habrá más advertencias. Ayer Fitch Ratings revisó sus calificaciones sobre la deuda a largo plazo de Banco Sabadell (de «A+» a «A»), Bancaja (de «BBB+» a «BBB»), Banco de Valencia (de «BBB+» a «BBB») y la CAM (de «A-» a «BBB+»). En su decisión, y para los cuatro casos, la agencia usó los mismos argumentos. Por un lado, la debilidad de la economía española y sus previsiones de crecimiento a la baja; por otro, la fuerte exposición de los balances de estas entidades al sector inmobiliario y de la construcción.
La deuda contraída por promotores y constructores con las entidades financieras en la actual coyuntura de crisis ha supuesto un serio revés para las cuentas de bancos y cajas de ahorro. Y no tiene visos de mejorar dada las previsiones para el mercado inmobiliario. S&P estima que el precio de la vivienda en España, a pesar de caer a un ritmo más lento, podría retroceder un 12% más antes de que se recupere.
Además, la morosidad, generalizada y no sólo procedente del mercado inmobiliario, seguirá aumentando en 2010 de la mano de la destrucción de empleo. Aunque su avance se desacelera, los expertos aseguran que la tasa de impagos llegará en agosto, en el caso de los bancos, al 6%. En el de las cajas, al 5,93%. Traducido en cantidades de dinero, el sector tendrá que soportar impagos por valor de 100.000 millones en el tercer trimestre del año.
Menos créditos
Este volumen de activos tóxicos en el balance de la banca española es ya un tema de máxima preocupación en la UE. Ayer, en un artículo en Financial Times, el economista Nouriel Roubini recalcaba que los bancos españoles y europeos «están repletos de deudas incobrables». En este sentido, este profesor de la Universidad de Nueva York pedía acelerar una reforma «radical» del sector y calificaba de «insuficientes e irrelevantes» las medidas adoptadas hasta ahora en los diferentes países de la Unión Europea.
Quien también reclamó ayer un reforma urgente del sistema financiero fue el ex secretario de Estado de Economía Luis de Guindos. Guindos pidó al Gobierno que la acometa y apostó por «cajas saneadas» que permitan dar créditos a las personas y las familias.
Porque esa, la ausencia de créditos, es una de las consecuencias más devastadoras de la falta de solvencia de las entidades financieras. De hecho, según los últimos datos de Gesif Axesor, en los próximos meses el volumen de crédito concedido por bancos y cajas a sus clientes seguirá descendiendo a tasas cercanas al 3%. Los bancos concedieron el pasado marzo 744.000 millones en créditos, un 3,2% menos que en 2008; las cajas, 814.200 millones un 2,4% menos.
Si el sector financiero se vio arrastrado ayer por la mala imagen de España, para el Tesoro público y el Estado la cosa no fue mucho mejor. Los mercados primero y las agencias después volvieron a dar la espalda al sector público.
El riesgo país, al alza
La prima de riesgo de España se acostó el pasado lunes al alza, alcanzando su máximo histórico, y amaneció, ayer, todavía peor, tocando su techo desde la puesta en circulación del euro. El diferencial entre el bono español y el alemán a diez años llegó a unos preocupantes 175 puntos básicos. Además, y para culminar este efecto dominó, la agencia Fitch retiró la máxima calificación («AAA») a la deuda a largo plazo de la SEPI y a la emisión de 3.000 millones del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que ahora pasan a tener la nota «AA+».
Consecuencias: la credibilidad de España en los mercados sigue cayendo y ahora se traslada ya al sector privado. Ayer le tocó al financiero.
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