Las pensiones suben un 2,5% y el retiro se retrasa a 66 años y dos meses
Los trabajadores con 65 años que hayan cotizado más de 37 años y seis meses tendrán derecho a cobrar el 100% de pensión
El que siga trabajando más allá de la edad legal recibirá una prima de hasta 12.000 euros por cada año de retardo
Este ejercicio será clave para las pensiones. Después de pactar una reforma 'light' que tendrá como medida estrella ligar las jubilaciones al IPC, el ministro Escrivá debe completar el recorte de 30.000 millones comprometido con Bruselas para asegurar la sostenibilidad del ... sistema a las puertas del desembarco de los 'boomers' , una generación nacida entre finales de 1950 y mediados de 1970 que deberá elegir entre cobrar menos o «trabajar algo más» , según el propio ministro, que pactó con los sindicatos un alza de cotizaciones de 0,6% desde 2023 para hacer frente a este coste.
Este año, por tanto, convivirán los cambios introducidos en la norma de 2013 y los comprometidos con Europa para recibir los fondos. Así, la llegada de 2022 traerá un nuevo endurecimiento en los requisitos para acceder a la jubilación y premios al atraso voluntario del retiro en un contexto de fuertes presiones inflacionistas, con los precios ya rozando el 7%. Las nóminas crecerán un 2,5% y se compensará a los jubilados con una paga equivalente al 1,6% del sueldo por la desviación de los precios.
Quienes quieran jubilarse a lo largo de este año con el 100% de la pensión que les pudiera corresponder deberán tener ya cumplidos los 66 años y dos meses en cumplimiento de la norma aprobada por el PP, que de forma progresiva comenzó a aplicar el retraso del retiro hasta los 67 años aprobado por el Gobierno de Zapatero .
¿Qué ventajas tiene para el sistema público retrasar la edad de jubilación? Por un lado, permite disponer de más población activa que financie las pensiones. Por otro retrasa el cobro de la jubilación. Es decir, si un trabajador sigue activo hasta los 67 años, son dos años más que aporta a la caja común, pero no consumiendo pensión.
El retraso del retiro, que se aprueba con carácter general, tiene sus excepciones. Los trabajadores que acumulan una larga vida laboral podrán retirarse con su pensión íntegra a los 65 años siempre y cuando tengan cotizados más de 37 años y seis meses. Por cada ejercicio se aumenta ese periodo en tres meses hasta llegar a 2027, cuando quien desee retirarse a los 65 años deberá contar con una cotización de, al menos, 38 años y seis meses .
La generación que se está jubilando ahora comenzó a trabajar muy joven y, por tanto, acumula muchos años de aportaciones al sistema. Más problemas para saltar este listón tendrán los jóvenes actuales, que han empezado más tarde a cotizar a la Seguridad Social y con sueldos más bajos. Lo mismo ocurre con las mujeres con lagunas de cotización, que obedecen, por regla general, a la dedicación a los hijos.
En 2022 también cambiarán los años que se tienen en cuenta para calcular la pensión y quedarán fijados en 25 años. ¿Será este cómputo el definitivo? La Moncloa lanzó el globo sonda de que estos años pasarían a 35 con la reforma de pensiones , una medida que recortaría en torno al 10% la pensión y que por este motivo provocó un agrio debate en la coalición y quedó en el cajón. Habrá que ver si se incluye en los cambios de la segunda ronda de la reforma.
Jubilación por despido: 64 años y dos meses
Con el nuevo ejercicio también llegan modificaciones en la jubilación anticipada. La norma retrasa hasta los 64 años y dos meses la edad para acceder al retiro anticipado voluntario, en paralelo a la legal por realizarse dos años antes también hasta 2027, cuando quedará establecida en el mínimo de 65 años. Además, para acceder a esta modalidad son necesarios al menos 35 años de cotización, y por cada trimestre de adelanto respecto a la edad oficial de jubilación la pensión sufrirá una penalización progresiva que irá desde el 2% de la base reguladora por trimestre, si se han cotizado menos de 38,5 años, hasta el 1,625% si se superan los 44,5 años cotizados.
En el caso de jubilación forzosa (por despido) podrá realizarse hasta cuatro años antes de la edad legal de retiro, con lo que la sitúa en 62 años y dos meses en 2022. Serán necesarios 33 años de cotización como mínimo y la penalización irá desde el 1,875% por trimestre adelantado para menos de 38,5 años cotizados, hasta el 1,5% para más de 44,5 años cotizados.
La norma aprobada por Escrivá también incluye un endurecimiento de estos castigos, aunque su aplicación se retrasa hasta 2023, cuando comienza el retiro de los 'boomers' y su aplicación durante un periodo de diez años. El diseño de los coeficientes reductores se endurece para los que se jubilen 24 o 23 meses antes del límite legal y alcanzará el 21% (ahora es el 16%) y a partir de ahí el castigo cae en algunos casos. Por ejemplo, quien deje el mercado laboral 22 meses antes de su edad legal de jubilación verá que su pensión mengua en un 14,67% y no en el 16%. El cambio en las penalizaciones comenzará a aplicarse cada mes en lugar de cada trimestre.
Cláusulas en los convenios: se prohíbe para menores de 68 años
La norma que examina Bruselas prohíbe cláusulas de jubilación forzosa para empleados de menos de 68 años y se aplicará a los convenios firmados a partir de la entrada en vigor de la reforma, el 29 de diciembre. En los suscritos con anterioridad, estas cláusulas podrán ser aplicadas hasta tres años después de la finalización de la vigencia inicial pactada para el convenio. Además, si se establecen estas cláusulas, las empresas tendrán que contratar como mínimo a tiempo completo y de manera fija a un trabajador por cada jubilado forzoso. Hay una excepción: las empresas no podrán jubilar a menores de 68 años salvo en sectores en los que las mujeres representen menos del 15% de los empleados.
Más trabajo: un 4% más de pensión como incentivo
Este año comienzan a aplicarse nuevos incentivos monetarios para quien siga trabajando más allá de la edad legal de jubilación. Recibirán una prima que se abonará de una sola vez de hasta casi 11.000 euros (en el caso de 37.567 euros de pensión) por cada año de retraso. Si el trabajador ha cotizado al menos 44,5 años o más, este incentivo alcanzaría los 12.060 euros por cada año de aplazamiento . Se dará opción al trabajador de elegir esta fórmula o también optar por un aumento del 4% de la base reguladora de su pensión por cada uno de estos años que retrase su retiro. Podrán mezclar las dos posibilidades, una parte en pago único y otra como alza de la pensión vitalicia.
Desviación de los precios: una paguilla media de casi 300 euros
Un ejercicio de novedades y de subidas. Desde este mes las pensiones suben un 2,5% , la inflación registrada entre diciembre de 2020 y noviembre de 2021, tal y como recoge la nueva ley de pensiones. La desviación de los precios implicará también un desembolso adicional del 1,6% en una paga para compensar a los jubilados con un coste extra en pensiones, pero solo en parte ya que los precios han crecido ya hasta el 6,7%.
Con el incremento del 2,5%, la pensión media de jubilación, que está situada en 1.195 euros, aumentará en unos 30 euros al mes (420 al año) y en este caso la 'paguilla' que recibirá el jubilado en un pago único a principios del ejercicio para compensar la desviación de los precios será de 268 euros. La pensión máxima del sistema se revalorizará hasta los 2.775,17 euros mensuales , mientras que las pensiones mínimas se incrementarán en un 3%, igual que el Ingreso Mínimo Vital.
Tras estas revalorizaciones España vuelve a la costosa fórmula para la economía de ligar rentas y precios, un 'modus operandi' que se aplicó en los años noventa y que la reforma de 2013 sustituyó por el indice de revalorización, que hasta 2018 ligó la subidas a la salud de la Seguridad Social con alzas del 0,25%.