Pedro Moneo (Opinno): «En España falta sentimiento de Estado para definir los temas estratégicos»

¿Vivimos un momento histórico de transformación del modelo económico?

Las crisis son grandes aceleradoras del cambio. Y en esta ocasión se ha sumado un nuevo factor: por primera vez en la historia todos hemos estado recluidos a nivel planetario. Y las infraestructuras de telecomunicaciones han respondido. Ha sido una prueba superada. Y por eso creo que en esta crisis el eje de la transformación va a estar en la digitalización. Hay modelos de negocios y costumbres que nunca volverán a ser como antes . No se pueden poner puertas al campo. Por mucho que intentemos crear recintos donde trabajar para fichar por las mañanas, el mundo no va por ahí.

¿Mutarán entonces las estructuras empresariales?

Las compañías están empezando a ser líquidas. La diferencia entre lo que es un empleado, un subcontratado, un proveedor, un cliente o un usuario se va difuminando. Por ejemplo, ¿un influencer es un proveedor o es un cliente de Instagram? Eso va a imprimir un dinamismo tremendo al mundo y a la innovación. Estamos en la fase más creativa de la historia, un nuevo Renacimiento... Es un movimiento global, ahora mismo cada cerebro empieza a estar conectado a escala planetaria a través de redes digitales y puede colaborar y trabajar en multitud de proyectos, incluso con varias empresas. 

¿Es el fin del trabajo fijo tal y como lo conocíamos?

En Opinno tenemos claro que se ha acabado el modelo de consultoría de estructura piramidal. Tras nuestros proyectos está un director en nómina, pero además tenemos mucha tecnología y una comunidad que nos permite acceder a ese cerebro global. Creo que este modelo se impondrá en todas las compañías. Se mantendrá en nómina una parte pequeña de los empleados, pero deberás abrirte a la colaboración con colaboradores externos de todo el mundo y de distintas disciplinas.

¿El reto será entonces atraer y retener ese talento?

Sí, pero que haya batalla por el talento son buenísimas noticias para todos.

¿La digitalización debe atraer el foco de los fondos europeos?

La innovación que surge ahora es profundamente técnica. Ya no va de startups y de creatividad, es una innovación para la que tenemos que preparar las infraestructuras tecnológicas de nuestras empresas, administraciones e instituciones, y así lograremos que trabajen bien con el entorno digital. Aquí es muy importante hacer una llamada a la urgencia y la responsabilidad. Cada cambio de ciclo económico se usa para construir las infraestructuras de la próxima era. Y las infraestructuras en las que va a correr el siglo XXI son digitales . Empresas y Gobierno deberían aliarse para impulsarlas. Es algo clave, porque la economía se va a ‘plataformizar’. Las compañías están digitalizándose por dentro, pero también hacia fuera, y se van a empezar a conectar unas con otras.

¿Ve a nuestro país preparado para afrontar ese cambio?

Debería ser una prioridad. Pero en España nos falta mucho el sentimiento de Estado, definir cuáles son las cuestiones estratégicas que deben mantenerse aunque cambie el Gobierno. No podemos tener 19 estrategias digitales: una europea, una española y 17 de las comunidades autónomas. Igual que debería suceder con la educación o la salud, España debería fijar una posición de consenso sobre las tecnologías emergentes . Y que tenga continuidad, que exista un pensamiento a largo plazo. Este es un momento de líderes valientes, con las cosas claras sin miedo a acometer una estrategia, aunque sea impopular. Y hay que crear una legislación acorde a la economía digital. No podemos gestionar las relaciones entre empresas y con la administración con herramientas del siglo XIX.

¿Ha cambiado mucho el ecosistema emprendedor español desde que fundó Opinno?

Muchísimo. Los españoles tendemos a ser muy crueles y críticos con nosotros mismos, pero lo que ha pasado en los últimos 20 años es espectacular. El lanzamiento del Iphone en 2007 fue el primer vehículo de globalización de internet. Y desde 2008, hay un montón de liquidez barata que ha posibilitado que el emprendimiento digital eclosione como fenómeno global. Y en España también. Ya hay compañías muy grandes, y tenemos emprendedores de segunda y tercera generación. Y ese es el caldo de cultivo para que se vaya reproduciendo este movimiento, que cada vez es menos aislado. Las startups no van por un lado y el resto de la economía por otro. Si analizas los órganos de gobierno de las compañías grandes y de las administraciones, cada vez se empieza a ver más gente con el ADN digital y emprendedor.

¿Se tambalea el mito de la falta de vocación emprendedora de los españoles?

Lo que nos falta es visión, porque aún somos un país poco diverso. Cuanto más exposición tenemos a compañeros extranjeros, a otros mercados, más rápido se aprende. Aquí, la estructura de los consejos es aún muy arcaica y cerrada. Son siempre los mismos, gente poco diversa. Debes abrirte a otro tipo de pensamiento. Vamos muy lentos en ese sentido.