«Hay trabajo, aunque mal pagado»

Mireya Martín, de 34 años, ha tenido que compaginar más de un trabajo para sobrevivir

«Hay trabajo, aunque mal pagado» ines baucells

j. caballero

Mireya Martín, de 34 años, pertenece a la generación de jóvenes que han tenido que compaginar más de un empleo para sobrevivir. Vive sola, carga con los gastos de alquiler de un piso para ella con lo que le dan de paro.

Trabajó ... como recepcionista de oficina en una importante compañía telefónica y sobrevivió a cuatro EREs, hasta que le surgió una oferta mejor en otra compañía, también de comunicaciones, como teleoperadora. Compaginó ambos trabajos durante un año. Después, pasó cuatro años en esta última empresa, de la que hizo que la echaran, según cuenta, porque sufría acoso por parte de sus compañeras.

«Hay trabajo. Mal pagado, pero hay trabajo»

Me hacían mobing en el trabajo, a mí no me gustaba el despacho y ellas lo notaban» afirma Mireya. En esta ocasión, dice, no quería dejarlo y no poder disfrutar de las ayudas del paro. Lleva 16 meses en el paro y sólo le quedan dos por cobrar. El primer año lo pasó centrada en formarse , no buscó trabajo. «Me apunté a cursillos, como por ejemplo idiomas», cuenta.

Desde hace pocos meses, vuelve a buscar un empleo, y está centrada sobre todo en auxiliar de guardería y en recepcionista, aunque no descarta aceptar otras ofertas. «Ahora mismo es complicado como recepcionista, pues exigen idiomas y mi nivel de inglés hablado no es muy bueno», asegura Mireya. «Como auxiliar de guardería también lo veo complicado, pues prefieren a las que han estudiado para técnicas, que les pueden pagar menos», afirma. Cree, sin embargo, que puede encontrar trabajo en cualquier otro ámbito. «Hay trabajo. Mal pagado, pero hay trabajo», termina.

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