La paciencia que agotó el crédito

La desconcertante jornada de ayer se siguió atentamente desde la sede de la plaza Cibeles. Han sido muchos amagos. Hay quien reprocha a Ordóñez tanta benevolencia, e incluso quien cree que ha causado daño dejando alargar en demasía la negociación conociendo la salud financiera de la entidad cordobesa. No hay marcha atrás para una intervención ipso facto al no prosperar el acuerdo de fusión entre ambas. El Banco de la paciencia se queda sin crédito.

Cuando Fitch bajó los enteros a Cajasur en abril de 2009 llegó el primer aviso. El Banco de España pedía un plan de ajuste y enfilaba a la Caja que preside Santiago Gómez a los corrales de las fusiones, El banco central buscaba novios y se decantó por Unicaja. Fue entonces cuando ambas cajas abrieron la negociación adelantada por ABC en julio de 2009 con múltiples desencuentros. Nacieron el protocolo de fusión y los primeros recelos, y Ordóñez tuvo que dar el segundo arreón a la hoja de ruta de la unión de ambas.

En otoño se cruzan las primeras piedras. La modificación de la Ley de Cajas andaluza, la prórroga de los mandatos de Braulio Medel, la singularidad de la Iglesia que se diluye en la futura Unicajasur y los primeros datos económicos caen como una bomba: 1.003 despidos en Cajasur con un horizonte negrísimo de números rojos.

Las posturas se enconan y llega el tercer aviso: o avanza la fusión o el Banco de España interviene. El 1 de diciembre ambos consejos aprueban el plan de negocio e inician la cuesta más empinada: el acuerdo laboral. Y lo que se antojaba una difícil negociación, se convierte en un escollo insalvable que seca el crédito de la paciencia.