Pablo Hernández de Cos, el activista estudiantil que acabó de Gobernador
Rebelde en su adolescencia, el actual responsable del Banco de España es el ejemplo casi perfecto del tipo de alto funcionario que los valores de la Transición querían producir
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Iniciar sesiónEl 23 de enero de 1987 una gran manifestación estudiantil se despliega desde la confluencia de las calles de Alcalá y Gran Vía hasta Cibeles. Estalla la violencia y un joven mutilado que pasaba por ahí –Jon ‘ El Cojo’ Manteca – destruye con su ... muleta el letrero de la estación Banco de España del Metro y se convierte en icono de la protesta. Si Mariano Rubio, entonces gobernador del banco, se hubiera asomado a la ventana de su despacho, quizá hubiese podido distinguir entre los muchachos que huían de la policía a un joven larguirucho que con 16 años recién cumplidos era uno de los activistas estudiantiles de su colegio, el Filósofo Séneca de Hortaleza. Nadie lo sabe entonces, pero, 34 años y cuatro gobernadores después, ese muchacho que se llama Pablo Hernández de Cos estará sentado en el sillón de Rubio y será considerado uno de los miembros técnicamente mejor preparados y más carismáticos del consejo del Banco Central Europeo (BCE) .
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Hernández de Cos nació en Madrid el 20 de enero de 1971. Es el segundo de los dos hijos del matrimonio del funcionario Inocencio Hernández Amores y de Carlota de Cos. El padre procede de la localidad salmantina de Revalvos, en Campo de Alba. Es un hombre humilde que del Ejército pasará a la Policía , pero que se obsesiona con el estudio cuando descubre que éste le permite ascender por el escalafón del Ministerio del Interior. Nunca ejercerá como cargo policial porque en 1978 es destinado a la Moncloa y en su camino se cruza Adolfo Suárez . Inocencio, al que todos conocían como ‘Amores’, se convertirá en el secretario personal de Suárez hasta su muerte. Su madre, que aún vive, procede de Cabuérniga, en Cantabria, donde su abuelo es el que se queda en el pueblo con la pequeña explotación ganadera familiar, aunque tiene tíos por línea materna que son jueces o médicos.
Todavía hoy se estremece cuando recuerda cómo los desalojaban porque traían los cadáveres de alguna de las víctimas de ETA
En el hogar de Hernández de Cos se vive la política de la Transición con intensidad. El padre es un funcionario muy reservado y aunque procura no mezclar los planos, los pequeños se dan cuenta de las cosas que ocurren. La noche del 23-F, Inocencio no llegó a dormir a casa. También quedan marcados por el terrorismo . A los hermanos los solían llevar a unas instalaciones de recreo en el Complejo Policial de Canillas donde practicaban natación y jugaban con amigos. Todavía hoy se estremece cuando recuerda las ocasiones en que los desalojaron porque el complejo debía recibir los cadáveres aún calientes de las víctimas de ETA .
Coqueteos anarquistas
Con 16 años, Pablo coquetea con el anarquismo y exige el fin de la Selectividad y de la Mili. Ni siquiera se imagina que, con el tiempo, se convertiría en un partidario casi obsesivo de la necesidad de evaluarlo todo. En octubre de 2021 le decía al Consejo General de Economistas que le concedió la Gran Cruz al Mérito en el Servicio de la Economía : «Aunque ha habido algún desarrollo reciente prometedor… existen todavía importantes carencias técnicas en gran parte del aparato administrativo español para el diseño de programas públicos que incorporen en ese diseño la eventual evaluación ex ante o, al menos, la evaluación posterior».
Su carrera como líder estu diantil entra en crisis el mismo año 1987. El colegio cita a los padres de los huelguistas. Inocencio descubre la faceta de activista de su hijo . Lo llama aparte y no se lo reprocha. Pero le hace reflexionar sobre la responsabilidad: dos semanas de huelga a un excelente estudiante como él no le suponían merma alguna, pero ¿y los compañeros menos avispados a los que incitaba a la huelga? La contradicción lo devasta. Pablo termina volviendo a clases tras haber llamado a la huelga.
En 1989 entra a estudiar en el Colegio Universitario de Estudios Financieros (Cunef). Quería hacer el prestigioso Icade 3, pero los jesuitas no lo aceptan, así que se lo organiza por su cuenta: en segundo año se matricula en Derecho en la UNED . En 1993 se licencia en Economía y Empresariales y en 1994 en Derecho. En ese momento, Cunef tiene un sesgo muy empresarial y no es el mejor sitio para alguien que quiere ser un economista puro, pero su destino queda sellado por una casualidad. Javier Irastorza dicta el curso de Introducción a la Economía. Tenía fama de suspender al 80% de los alumnos y Hernández de Cos decide que a él no le va a ocurrir y se lee obsesivamente todos los manuales , empezando por el monumental Samuelson. El resultado es que le sale un primer trimestre excepcional.
El otro profesor clave en su formación es Enrique Fuentes Quintana que le dará clases en cuarto año. Fuentes lo había sido todo, desde vicepresidente del Gobierno hasta eminencia de la economía política. Su ejemplo es el que le hace ver a Pablo que no sólo hay que investigar con rigor, sino que hay que tratar de influir en las decisiones con la ayuda del aparato técnico. Fuentes Quintana era un personaje peculiar. En aquella época se discutía el Tratado de Maastricht y él llegaba con sus apuntes personales, con una letra diminuta, donde resumía los debates más importantes de la construcción económica europea.
Irastorza y Fuentes Quintana firmaron dos de las cartas de recomendación que Hernández de Cos presentó al Banco de España para opositar. En 1997 se convertiría en titulado del Servicio de Estudios . En esos tres años le dio tiempo a hacer unas p rácticas en el Banco Popular y cumplir con la milicia universitaria. Le tocó infantería y tuvo destinos en Alicante, Toledo y Tarragona.
Plaza de la Cibeles, 1997, diez años después de la marcha estudiantil. Pablo lleva tres meses en el Banco. Le piden que critique el trabajo de tres compañeros. Se trata de ‘Empresa pública y empresa privada: titularidad y eficiencia relativa’ que han escrito Isabel Argimón, Concha Artola y José Manuel González-Páramo. El acto de exposición del trabajo se realiza en el salón del Departamento de Estudios. Normalmente acuden 10 o 15 personas. Pero González-Páramo es consejero de la entidad y eso añade interés al acto . Ese día, el salón está a tope. Incluso asiste el respetadísimo José Luis Malo de Molina, encargado del Servicio de Estudios del Banco desde 1992. A Hernández de Cos le cuesta encontrar un asiento, pero al final lo consigue y cuando le toca formular su crítica lo hace con gran seguridad y desparpajo . Los asistentes se dan cuenta de que ese muchacho tiene un talento especial.
González-Páramo: «Me avisaron de que estaba en la sala el número uno de los opositores de ese año. Me llamó mucho la atención su extraordinaria madurez para la juventud que tenía»
El hallazgo de un mentor
«Me habían avisado que estaba en la sala el número uno de los opositores de ese año, que era un joven muy interesante», recuerda González-Páramo. «Me llamó muchísimo la atención su extraordinaria madurez para la juventud que tenía».
«A veces pienso que fui imprudente» , reflexiona Hernández de Cos. «Pero la lección es que hay que decir las cosas que uno piensa ».
Es verdad que tuvo suerte. Pudo tocarle criticar el trabajo de un consejero soberbio que le tomara ojeriza y su carrera habría empezado mal. Pero González-Páramo se convirtió en el mentor de Hernández de Cos . Lo estimuló para que comenzara sus estudios de doctorado y hasta dirigió su tesis, la cual versaría sobre ‘Empresa pública, privatización y eficiencia’. El tema que había criticado y que le había empezado a interesar cuando hacía prácticas en el Popular y le pidieron un análisis de riesgo de Hunosa. Tras mirar el balance y la cuenta de resultados concluyó que el que le había concedido un crédito estaba loco . Pero Hunosa era una empresa pública, tenía el aval del Estado, y eso le hizo comprender que no todas las compañías eran iguales.
Durante esos años de maduración, Pablo realiza investigaciones sobre Finanzas Públicas, Pensiones, Financiación Autonómica (un libro), Productividad, Déficit y Deuda, Envejecimiento poblacional. Empieza a cuajar su imagen de yerno perfecto , no sólo en lo humano sino en lo profesional, el mejor resultado que podían producir los valores de la Transición. En 1998 se casa con Berta , una compañera de estudios de Cunef. Al mismo tiempo, su amistad intelectual con González-Páramo se consolida. Éste le pide ayuda para preparar las audiencias de confirmación como consejero del BCE. Cuando se convierte en el segundo consejero del banco designado por España, le pide que le acompañe a Fráncfort como ‘counselor’, una especie de jefe de gabinete, función que desempeñará entre 2004 y 2007.
González-Páramo empieza a recibir misiones importantes para la construcción del nuevo banco emisor. Algunas son complejísimas, como la creación del llamado ‘Target 2’, la plataforma del Eurosistema para procesar los grandes pagos y que es utilizada por los bancos centrales y comerciales para sus transacciones en euros en tiempo real. Pablo tiene que volcarse en la tarea y en tres años adquiere un conocimiento muy acabado de cómo funciona la organización.
Retorno a Madrid
Fráncfort supone una experiencia de gran crecimiento intelectual para Pablo, pero también para su esposa. Ella había desarrollado una brillante carrera empresarial , pero se cansa de la dirección financiera de un laboratorio. En Alemania, cumplirá la proeza de sacar la carrera de Psicología en dos años y de aprender a hablar perfectamente alemán. La decisión de volver a España se torna difícil, pero al final lo hacen cuando la primera de sus dos hijas ya viene en camino.
Es el gobernador Miguel Ángel Fernández Ordóñez el que le convence para regresar y lo designa jefe de la división de Análisis de Políticas Económicas en el Servicio de Estudios, el feudo del poderoso Malo de Molina, cuya veteranía en el cargo ha dejado de ser un activo y es vista como un pasivo. En el banco se dan cuenta de que lo han colocado en la línea directa para sucederle.
25 de marzo de 2014. El féretro de Adolfo Suárez avanza por el Paseo del Prado en su último viaje hacia Cebreros, su tierra mortal. Desde su despacho, en la entreplanta del Banco de España, Pablo ve pasar el cortejo y no puede dejar de acordarse de su propio padre, fallecido en 2011, y de la enorme devoción y lealtad que sintió hacia el hombre que va en ese ataúd . Recuerda que su padre no se explicaba algunas conductas de Suárez que no eran más que los primeros síntomas de su enfermedad. Cuando supo el diagnóstico se sintió culpable .
El Banco vive épocas turbulentas . Se le critica por no haber advertido de la burbuja inmobiliaria. Hubo un documento avisando de la sobrevaloración de activos, pero tras las protestas de Rodrigo Rato, entonces vicepresidente del gobierno, no se insistió en el asunto. El estallido del caso Bankia, en mayo de 2012, coincide con la salida de Ordóñez y la designación de Luis María Linde, respaldado por el ministro de Economía, Luis de Guindos. Pero el caso Bankia también desata una lucha interna sobre el fracaso de la supervisión que acaba exponiendo las vergüenzas de la entidad en los tribunales.
En 2015, Linde, que deseaba relevar a Malo de Molina desde su llegada en 2012, consigue que el ‘cerebro’ del Banco dé un paso al lado y dimita. En su lugar sitúa a Hernández de Cos como director general de Economía y Estadística. Desde ese momento pasa a ser uno de los candidatos más firmes para ocupar el puesto de gobernador . Juegan a su favor tres factores: su perfil técnico, alejado de la supervisión, lo que descarta cualquier posible contaminación con el mundo financiero; su gran conocimiento del BCE, donde su nombramiento complace a la estructura, y, por último, el mensaje meritocrático para el Banco de España, desmoralizado y dañado por la crisis financiera.
Designado gobernador por el Ejecutivo de Mariano Rajoy , que ya se encontraba bajo la amenaza de la moción de censura, Hernández de Cos tomará posesión con el gobierno de Pedro Sánchez. Se convierte así en el segundo gobernador más joven de la historia de la entidad y su perfil técnico, reconocido incluso por Podemos, facilitará las cosas.
Constructores europeos
El gobernador no es apolítico . Como advierte González-Páramo, «es un economista que sabe leer muy bien la situación y entiende muy bien a los políticos que te plantean demandas y afectan tus actuaciones», pero nunca habla desde una posición política, sino técnica. Y cuando lo hace desde la política, n o lo hace desde una posición partisana, sino con ecos suaristas . Como cuando en lo peor de la pandemia fue al Congreso, en mayo de 2020, para pedirle a los partidos «un acuerdo político» que se mantuviera «durante varias legislaturas» para enfrentar la crisis.
«Los economistas tenemos diagnósticos sobre casi todos los problemas, pero no podemos poner en práctica las soluciones, porque la clave de éstas reside en la acción política transformadora y, hasta ahora, los economistas hemos despreciado el proceso político», reflexiona Hernández de Cos, reconociendo el perímetro de lo factible y lo que no lo es. Mientras, él se afana en situar talento español en Fráncfort, estimulando a sus colaboradores a opositar. Primero a Jesús Saurina, director general de Resolución y Regulación, que se ha ido a la Junta Única de Resolución que preside Elke König. Después, Óscar Arce, quien le sucedió en el cargo de director de Economía y Estadística y que ha sido elegido en el mismo cargo, pero en el BCE. Una nueva generación de españoles que no sólo se sienten europeos, sino que construyen y dirigen Europa .
El mandato de Hernández de Cos en el Banco de España termina en 2024 . Tendrá entonces 53 años. Demasiado joven para jubilar , pero demasiado experimentado para devolverlo a un cargo de menor cuantía. Salvo algún imponderable, no hay cambios previstos en torno a esas fechas en el consejo del BCE que sería un destino natural. El periodo del gobernador del Banco de España –seis años no renovables– es el más breve de todos los bancos centrales del euro . En el Bundesbank, los periodos son de ocho años renovables por una sola vez. Los expertos consideran que la no renovación puede ser una restricción valiosa, pero seis años es un periodo demasiado corto. ¿Dejará España escapar el talento del joven gobernador cuando deje de serlo?
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