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Pablo Hernández de Cos, el activista estudiantil que acabó de Gobernador

Rebelde en su adolescencia, el actual responsable del Banco de España es el ejemplo casi perfecto del tipo de alto funcionario que los valores de la Transición querían producir

CARBAJO&ROJO
John Müller

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El 23 de enero de 1987 una gran manifestación estudiantil se despliega desde la confluencia de las calles de Alcalá y Gran Vía hasta Cibeles. Estalla la violencia y un joven mutilado que pasaba por ahí –Jon ‘ El Cojo’ Manteca – destruye con su ... muleta el letrero de la estación Banco de España del Metro y se convierte en icono de la protesta. Si Mariano Rubio, entonces gobernador del banco, se hubiera asomado a la ventana de su despacho, quizá hubiese podido distinguir entre los muchachos que huían de la policía a un joven larguirucho que con 16 años recién cumplidos era uno de los activistas estudiantiles de su colegio, el Filósofo Séneca de Hortaleza. Nadie lo sabe entonces, pero, 34 años y cuatro gobernadores después, ese muchacho que se llama Pablo Hernández de Cos estará sentado en el sillón de Rubio y será considerado uno de los miembros técnicamente mejor preparados y más carismáticos del consejo del Banco Central Europeo (BCE) .

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