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Una oportunidad desperdiciada en el fondo de los vertederos

La valorización, la combustión de residuos no reciclables para lograr energía, es una técnica muy extendida en Europa que no ha despegado en España

Planta de valorización energética de residuos de Sant Adrià de Besòs, gestionada por Tersa
María José Pérez-Barco

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Ni todos los residuos urbanos se pueden reciclar, ni tampoco reutilizar. Prendas de ropa y calzado gastados, juguetes deteriorados, trozos de cerámica, colillas, pañales, utensilios de cocina, carcasas de DVD, restos de muebles de madera y cientos de otros tantos desechos (incluidos alimentos, plásticos, ... papeles y cartones imposibles de separar eficientemente) no tienen una segunda vida. Pero sí se pueden utilizar como recurso para generar energía. Es lo que se denomina valorización energética de los residuos. Y una de las formas de hacerlo es someterlos a un proceso de combustión que transforma esa basura inútil en electricidad, vapor o agua caliente para nuestras viviendas e industrias. Desde hace años es una práctica habitual en diversos países europeos como Alemania, Suecia, Suiza y Holanda, entre otros, donde las plantas de valorización energética, encargadas de estos procesos, se han desarrollado a gran escala y conviven entre los ciudadanos como cualquier otro tipo de instalación municipal, es decir como un hospital o un polideportivo. Incluso algunas de esas regiones importan residuos para alimentar esas plantas.

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