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«No habrá Navidad en familia»

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Cerca de 1.000 pasajeros de las 7.000 víctimas del cierre de Air Comet pusieron fin ayer a casi dos días de pesadilla. A las 14.30 horas uno de los jóvenes argentinos, ataviado con la camiseta del Estudiantes de La Plata, anunciaba a gritos que se iban a comenzan a repartir en sala Turmalina de la terminal las tarjetas de embarque del vuelo de Iberia 2820 con rumbo a Buenos Aires.

La noticia ya era conocida.El martes por la noche los empleados de Aena se reunieron con los pasajeros -la mayoría de nacionalidad ecuatoriana, peruana, argentina, colombiana y cubana- para informarles de la decisión del Ministerio de Fomento de fletar al día siguiente -por ayer- los primeros vuelos con destino a Lima, Bogotá y la capital argentina.

Sin embargo, la «buena nueva» no logró apaciguar los ánimos de todos los afectados. Antes del embarque, más de 40 pasajeros amenazaron con iniciar una huelga de hambre si el Ejecutivo español no les proporcionaba «una solución satisfactoria». Un sencillo cartel, en el que se podía leer «huelga de hambre» escrito con bolígrafo,aparecía colgado cerca del mostrador de información de la aerolínea, cerrado desde el pasado lunes. Adriana, una de las organizadoras de la protesta, explicó a Ep que se encontraba dispuesta a «llegar hasta el final», ya que Fomento estaba obligando a los viajeros a «renunciar al billete de regreso».

Las organizaciones de inmigrantes Aesco, Codein, Fedap y Fenadee se apresuraron a apoyar «a los afectados en su huelga de hambre» en un comunicado conjunto. Pero, al mediodía, ninguno de los pasajeros consultados era capaz de identificar quién se encontraba en huelga.

«Nos han dicho que el 25 de diciembre comenzarán a salir los primeros vuelos a Ecuador; yo esperaba pasar estos días con mi familia, pero parece que va a ser imposible», señala con resignación Fausto Ruiz, que había comprado un billete a Guayaquil. Junto a su hijo pasó la noche, como otras 300 personas, en uno de los hoteles que Fomento puso a disposición de los afectados.

Hasta la fecha, según datos oficiales, se han recogido 1.718 reclamaciones (784 en las oficinas habilitadas en la calle Ribera del Loira, en las que los afectados aseguran haber soportado colas de más de tres horas). «Nadie coge el teléfono en el Ministerio, siempre sale comunicando», denuncia uno de los viajeros ecuatorianos cerca de la cinta de facturación 221, donde la embajada de su país desplazó a parte de su personal.

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