La movilidad geográfica se asienta en el mercado laboral

Según una encuesta de Infoempleo y la consultora Adecco, el 23% de los españoles han cambiado de residencia por motivos familiares, bien a otra provincia –14,9%–, bien a otro país –8,5%–. Pero los motivos económicos son los que más pesan a la hora de hacer el equipaje con destino a un país extranjero. Así, un 43,2% lo hace para mejorar el salario y un 38,9 en busca de subir su nivel de vida. Los países preferidos por los españoles como destino laboral son Estados Unidos –24,5%– y Gran Bretaña –18%–. Si se trata de ciudades, Londres –59,4%–, Nueva York –47,8%– y París –40%–.

Según el estudio del portal de empleo de referencia y de la consultora de Recursos Humanos, crecen un 6,3% las ofertas de trabajo publicadas en España para trabajar en el extranjero. Incremento que se atribuye a la todavía elevada tasa de desempleo en nuestro país. De todo ello se desprende que rompemos, poco a poco, el hábito del sedentarismo y buscamos nuevas oportunidades en el exterior. «A los españoles, por razones culturales, de forma de vida, nos cuesta mucho más movernos. También por motivos familiares, hipotecas pendientes...», comenta Gonzalo Villarig, associate director de grandes cuentas de PageGroup. «Sí es cierto que durante los años más duros de la crisis, salir fuera pasó de ser visto como una barrera a ser considerado incluso algo atractivo –añade–. Sin embargo, ahora que el mercado laboral ha mejorado, sí que volvemos a percibir que al español le cuesta más salir». Pero algo se mueve, admite Villarig. «Hay muchas personas, con perfiles más juniors, que están mucho más abiertas a tener una experiencia internacional, aprender idiomas...».

«España tiene poca tradición, pero la crisis ha empujado mucho», coincide Jorge Guelbenzu, director general de Infoempleo. «La necesidad sigue existiendo. España tiene una tasa de paro bastante alta con lo cual, sobre todo la gente menos cualificada, tiene que buscar fuera. En el caso de los cualificados, también se ve movilidad internacional porque están mejor retribuidos en otros países». En resumen, «la movilidad es una opción cada vez mayor. Antes en España había mucho arraigo, pero esa costumbre se está superando poco a poco». Por fuerzas mayores y porque se está instalando una nueva cultura. «Llevamos ya muchos años con programas como Erasmus y los jóvenes cualificados están cada vez más dispuestos a aceptar proyectos en el extranjero», sostiene Jorge Guelbenzu. «Hemos logrado crear entre ellos un hábito que les inclina a irse fuera».

«Estamos rompiendo con esa cultura, se ven brotes verdes, aunque todavía es pronto. Pero la gente se va animando a salir fuera porque cada vez hay más ejemplos de compañeros, familiares que han tenido una buena experiencia en el extranjero», explica por su parte Mariana Spata, national business manager de Hays. Según la «Guía» correspondiente a 2017 elaborada por esta consultora, basada en una encuesta en la que participan españoles que trabajan en el extranjero, el 70% de las personas que han emigrado este año lo han hecho de forma voluntaria. «Un dato importantísimo», en su opinión, por el elevado número de quienes hacen las maletas sin verse obligados ante la falta de empleo. Las razones: mejora salarial, trabajar en el área en el que son expertos. «Tienen trabajo en España pero no el que les gustaría ejercer». Y resulta que, de acuerdo con esa encuesta, el 88% de los españoles en el extranjero ha encontrado trabajo relacionado con su formación académica».

¿Qué ven en los españoles? ¿Talento o mano de obra más barata? «Talento en el mercado español hay mucho», asegura Gonzalo Villarig. «Eso anima a las empresas extranjeras a contar con nuestros profesionales que, además, al tener salarios mucho más bajos, son más accesibles». «El mercado español tiene mucho talento y está muy bien valorado», coincide Spata. «El 70% de las ofertas hechas desde el extranjero para España se dirigen a universitarios, lo que confirma que buscan personas competentes», concluye, por su parte, Guelbenzu.

«No nos preocupa, porque el 90% de los que se van quieren volver, aunque el 29% lo haría si la situación económica mejora», dice Mariana Spata. Volver «con un inglés muy alto, capacidad de adaptación, visión global», cualidades que suponen «un valor añadido». La fuga de cerebros tampoco inquieta a Villarig: «Durante la crisis, quienes estaban muy preocupados por su desarrollo profesional sí miraban al extranjero como una vía para continuar. Pero el mercado español vuelve a ofrecer buenos puestos para los profesionales más cualificados». Más cauto se muestra Guelbenzu. «En su tiempo pasó con los investigadores y se pedía invertir más en I+D. Ahora lo vemos con otros profesionales cualificados, que se dirigen a destinos donde creen que se les va a valorar mejor. Las empresas españolas tienen el reto de retener ese talento, evitar su fuga».