La Moncloa confía el pago por uso al impulsor de los peajes catalanes

El Consejo de Ministros del pasado martes dio trámite a la autorización preceptiva para permitir a Xavier Flores compatibilizar sus responsabilidades institucionales como secretario general de Infraestructuras dentro del Ministerio de Transportes con la presidencia de la Sociedad Estatal de Infraestructuras de Transporte Terrestre (Seitt).

No es una simple habilitación administrativa. La Seitt, una sociedad mercantil dependiente del Ministerio de Transportes que coqueteaba con su desaparición del inventario de entidades del sector público empresarial hasta que el rescate de las autopistas de peaje quebradas obligó al Gobierno a reactivarla para asumir su gestión, se perfila como una de las piezas clave del futuro modelo de pago por uso que el gabinete de Pedro Sánchez pretende implantar en las vías de la red estatal de carreteras. No termina de estar claro si en todas o solo en las de gran capacidad: autopistas y autovías.

El plan del Ejecutivo pasa por reconfigurar el marco jurídico y el perímetro competencial de Seitt para convertir a la sociedad en un auténtico gestor de las infraestructuras de transporte terrestre del mismo modo que Adif lo es de las infraestructuras de transporte ferroviario o Aena lo es de las infraestructuras aeroportuarias, lo que exige un nivel de autonomía de actuación muy superior al que dispone en la actualidad que restringe su actividad a los encargos recibidos del ministerio.

El nombramiento del secretario general de Infraestructuras como presidente de Seitt pone en manos de Xavier Flores no solo el diseño legislativo del pago por uso, en el que ya trabaja el ministerio con el horizonte de presentar una primera propuesta el próximo mes de febrero, sino también toda la dimensión operativa que está previsto que recaiga en Seitt.

Xavier Flores no es nuevo en estas lides. De hecho, desde su cargo en el Gobierno catalán lideró la ofensiva fallida de la Generalitat para intentar implantar la llamada ‘euroviñeta’ para los vehículos de mercancías en el eje transversal catalán, una de las carreteras de más tránsito del tráfico de mercancías en Cataluña. Entonces defendió la iniciativa con argumentos similares a los que ahora emplea el Gobierno. La necesidad de financiar una infraestructura que sin este apoyo tardaría 30 años en financiarse.

El Gobierno no tiene definida todavía su propuesta, y asegura ahora que todavía quedan meses hasta que la concrete, pese a que abrirá el melón con la llegada de la ley de movilidad el próximo 1 de febrero al Consejo de Ministros.

Tal y como ha publicado este periódico, a corto plazo el Gobierno ve con buenos ojos la viñeta, una fórmula muy extendida en la Unión Europea y que consiste en una pegatina que se pega en el coche y permite a los conductores circular libremente por vías tarificadas. Normalmente el precio de esta pegatina varía en función del tipo de vehículo y del periodo que permite circular por estas carreteras.

A medio plazo, sin embargo, la opción preferida es el pago por kilómetro. Un pago que, en todo caso, sería simbólico y rondaría, según detalló en un principio el Gobierno, un céntimo por kilómetro . Todas estas opciones, sin embargo, están sujetas a los acuerdos que alcance Transportes y a posibles cambios en el seno del departamento dirigido por Raquel Sánchez.