México se une a Argentina y subirá los impuestos a los ricos ante la falta de ingresos

El pensamiento general ante una estampida de grandes fortunas, la corrupción que podría disminuir la visibilidad de lo recaudado, una salud pública mejorable e incluso unas carreteras con grandes deficiencias de asfaltado hacen que el escepticismo impere en la reforma fiscal. La Cámara de Diputados aprobó la creación de un Grupo de Trabajo para la Transición Hacendaria inclusiva con todos los partidos. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y el Banco de México medirán la acumulación de la riqueza. La disminución en las ventas, exportaciones y el precio del petróleo son la triada que ha provocado la consabida reforma, que no se aprobará hasta después de las elecciones, en la que se renovarán los 500 miembros de la Cámara de Diputados.

«Nuestro contexto requiere que todos los segmentos de la sociedad aporten según sus capacidades. Quienes más tienen deben solidarizarse con nuestro país, tal y como está ocurriendo en otras partes del mundo con los millonarios patrióticos », dijo Ramírez Cuellar, en un comunicado. «Necesitamos fortalecer la capacidad de gasto en tiempos de crisis mediante este tipo de aportaciones extraordinarias», explicó. El diputado, además del nuevo impuesto argentino, destacó el impuesto al que recurrió Irlanda como consecuencia de la crisis financiera del 2008 y a Ecuador, que lo implementó tras el seísmo del 2015. Una iniciativa que recuerda al anteproyecto del Gobierno español sobre los Presupuestos Generales del Estado para 2021, en los que subía el impuesto de sociedades, de patrimonio para las grandes fortunas y el IRPF a las rentas más altas y que afectará a 36.194 contribuyentes españoles.

En palabras del diputado, la inspiración parece que tiene como claro protagonista la reciente visita del Alberto Fernández, presidente de Argentina y amigo de AMLO, al país azteca. Como arreglo a la crisis perpetua en la que se encuentra sumida Argentina, el dirigente peronista incrementó el vigor del impuesto a las grandes fortunas, con el que pretende pagar suministros médicos y financiar la ayuda estatal frente al Covid- 19. Naciones Unidas señaló este año a México, Brasil y Argentina como ejemplo del incremento de la desigualdad en superpotencias en periodo pandémico. Según la ONG Ayuda en Acción, ya en el 2019 «53,4 millones de personas en México vivían en condiciones de pobreza y 9,4 lo hacían en situación de pobreza extrema –el 43.6% y el 7.6% de la población total, respectivamente–; pero organizaciones como Acción Ciudadana Frente a la Pobreza cifraron en 95 millones los mexicanos (el 74% del total de la población) que se encontraban en situación de alta vulnerabilidad», de los 126 que conforman la nación.

México cuenta con 4,000 personas entre las más millonarias del planeta, con solamente entre 10 a 16 magnates que cuentan con más de mil millones de dólares en su haber. Andrés Manuel López Obrador confesó, frente a una propuesta de su grupo en septiembre pasado de un nuevo impuesto de sucesiones: «No se deben aumentar los impuestos». El primer paso ya está dado, parece que provocado por la caída del 9% de la economía mexicana en época pandémica y que ya había sufrido un estancamiento previo la crisis sanitaria. José Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), ha sugerido en una reunión el 4 de marzo en la Cámara Española de Comercio en México, una institución con 130 años de historia, que para atraer la inversión al país el Gobierno debe contar con regulaciones estables y predecibles».