Meliá rebaja su presencia en Cuba y Bankia se marcha

La cadena hotelera anunció la semana pasada, a través de su informe financiero anual, que dejaba de gestionar nueve hoteles que rentaba en todo el mundo, tres de ellos en Cuba. Meliá justificó la decisión alegando «sus escasas oportunidades comerciales y los problemas operacionales confrontados a lo largo de los últimos años», lo que le habría llevado en el último trimestre del año a completar «la desafiliación de los hoteles Sol Cayo Guillermo, Meliá Cayo Guillermo y Sol Cayo Largo ». «Se decidió de mutuo acuerdo por las partes dejar de operar como gestores estos establecimientos, hasta que se implementen las reformas necesarias para su adecuación a los estándares de nuestras marcas», indicó un portavoz de la cadena hotelera al medio Radio Televisión Martí.

Según Meliá, estos hoteles eran activos gestionados bajo un régimen de alquiler fijo, un modelo que la marca española quiere ir eliminando poco a poco. Justificó, además, que la contribución monetaria de los mismos a la cuenta de Meliá era muy escasa.

De los 35 hoteles que tenía Meliá en Cuba , con 14.781 habitaciones, pasa a tener ahora 32 establecimientos, con 13.916 habitaciones. La cadena hotelera española sufrió en 2020 una caída de ingresos en Cuba del 84%, lo que supuso una pérdida de casi cuatro millones de euros. Durante el año pasado, el 60% de sus hoteles de la isla permaneció cerrado por la pandemia.

Así mismo, Bankia informó a sus accionistas de la liquidación de su parte en la Corporación Financiera Habana. Sus operaciones comenzaron en Cuba en 1998, convirtiéndose en la primera empresa mixta de carácter financiero, con capital español, que operaba en la isla. Su objetivo era apoyar a los empresarios españoles de Meliá, Iberostar o Barceló, entre otros, que empezaban a invertir millones de euros en la red hotelera cubana.