Meliá pierde 595 millones de euros y valora vender hoteles para reducir su deuda de 2.603 millones

Los ingresos durante el pasado año se desplomaron un 70%, hasta los 528 millones de euros, mientras que el ebitda se situó en los -151 millones. Según comenta la compañía en un comunicado, «la tendencia positiva del 2019 se mantuvo durante los dos primeros meses del año, truncándose a partir de marzo ante la mayor crisis sanitaria, económica y social nunca vista en tiempos de paz». En conjunto, la ocupación media registrada en 2020 por Meliá fue del 34,9%, sobre un portfolio medio de hoteles abiertos en el ejercicio del 46%. Además, los ingresos por habitación disponible (Revpar) cayeron un 50% por la baja ocupación, hasta los 34,3 euros. También, debido a los cierres de hoteles, Meliá ha explicado que ha logrado ahorrar 37 millones en conceptos de alquileres al haber llegado a un acuerdo con los arrendadores para la condonación o aplazamiento de los pagos.

En cuanto a la deuda, esta asciende en más de 500 millones de euros, hasta los 2.603 millones. Esta subida provoca que Meliá reconozca que se encuentra analizando otras vías alternativas para obtener liquidez y reducir la deuda. Una de estas vías es la venta de activos «con la posibilidad de mantener el contrato de gestión». Como ya informó ABC, las cadenas hoteleras para hacer frente a la crisis están empezando a vender parte de sus activos para poder subsistir. En el caso de Meliá, cuenta con 43 hoteles en propiedad.

Al cierre del ejercicio, Meliá contaba con una liquidez de 316 millones. Según explica, «la compañía continúa manteniendo como una de sus prioridades tener una posición de liquidez que nos permita afrontar los meses venideros con cierta tranquilidad. Dicho esto, se informa que la mayor parte de los vencimientos previstos para el ejercicio 2021 han sido ya refinanciado».

Meliá confía en que este 2021 sea mejor que el año pasado, aunque para este primer trimestre mantiene su plan de contingencia. Para el segundo trimestre, espera un fuerte impulso en las reservas para los meses de mayo y junio, todo motivado por la apertura de fronteras del Reino Unido. Además, espera un verano de cierta normalidad en países como Méjico y República Dominicana, ante las reservas que se están produciendo en el Caribe durante este primer trimestre.

Por eso, continúa realizando un apuesta por el segmento vacacional, el cual supone el 60% de los hoteles y el 70% del beneficio operativo del grupo. «Apoyado en la demanda contenida de españoles, británicos, alemanes y franceses, el segmento vacacional de “sol y playa” sería el primero en recuperarse para España y otros destinos de corta y media distancia, como parece indicar la respuesta de un mercado como UK ante el anuncio de la próxima apertura de sus fronteras», relatan.

Aun así, fía esta recuperación a los distintos planes de vacunación de los países. «Confío en que lo peor puede haber ya pasado, y que podremos tener una positiva temporada de verano, siempre y cuando los programas de vacunación y tratamientos continúen ampliando su eficacia en el control de la pandemia», comenta Escarrer.