Las medidas para paliar el síndrome posvacacional

Algunos de los síntomas más comunes por los que se puede identificar si nosotros mismos, efectivamente, lo padecemos. La apatía, el cansancio, la falta de energía y la dificultad para concentrarse son algunos de los indicadores de un síndrome moderado. Algunos más fuertes pueden ser t rastornos de sueño, nerviosismo, estrés e, incluso, tristeza. No hay una duración exacta para estos síndromes y puede variar según la persona y sus circustancias entre 2 días y varias semanas. En algunos casos puede durar meses, pero no es lo habitual.

Ante esta situación, no hay que quedarse paralizado y sufrir en silencio. Según Adecco , existen ciertos hábitos que nos pueden ayudar a paliar el síndrome vacacional y hacer un poco más llevadera la transición de las vacaciones a la rutina de nuevo. En primer lugar, hacer que el cambio sea lo más paulatino posible ayuda en gran medida. Para esto debemos recuperar nuestros hábitos de sueño y comidas poco a poco en los días previos a la entrada al trabajo, madrugar el primer día después de levantarse tarde durante semanas puede agudizar los síntomas. No regresar a la vivienda habitual el día de antes, sino que es conveniente pasar un periodo antes en casa. Y por último, adoptar una actitud lo más positiva posible , no pensando que el trabajo es una carga y no adquirir grandes responsabilidades desde el primer día, es recomendable introducirse en la actividad laboral poco a poco.

No todas las personas sufren el síndrome posvacacional y aquellas que lo sufren no lo hacen de la misma manera. No existe un perfil marcado sin embargo hay algunos factores que lo agravan o suelen ser habituales en las personas que lo padecen. En primer lugar las personas que tienen periodos largos de vacaciones. En España no somos un país con muchas vacaciones en comparación con otros vecinos de la Unión Europea, sin embargo tendemos a aglutinarlos en un mismo periodo; esto hace que la depresión posvacacional sea más propensa. Las personas que tienen un perfil con baja tolerancia a la frustración y aquellas con cierta dificultad para tolerar los cambios suelen tener también este tipo de problemas. Existe, además, un factor determinante a la hora de sufrir estos malestares y está relacionado con el ambiente laboral : problemas con los compañeros, jefes poco motivadores y tareas repetitivas hacen que la vuelta al trabajo sea aún más dura.