Y ahora contra las verdades del Banco de España
A estas alturas, solo falta que salga el sereno a dar la voz de alarma sobre el estado de las cuentas españolas, basadas en unos parámetros ficticios, a imagen y semejanza del Gobierno que propala su buena nueva. Endeudarse hasta el infinito y más allá es el único plan hasta que los números rojos se hagan bola a las autoridades europeas. El organismo de Hernández de Cos se ha convertido en objetivo a batir para callar sus aldabonazos contra la economía-ficción
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Iniciar sesióncuenta la leyenda, que si nos pita el oído derecho es buena señal, porque se supone que alguien está hablando bien de nosotros. Al contrario, si el que nos pita es el izquierdo, algún conocido nos está poniendo finos. Lo mismo por tal razón pudiera ... ser que al gobernador del Banco de España , el oído izquierdo le esté volviendo loco... Y es que Pablo Hernández de Cos , para muchos ya, se está convirtiendo en la bestia negra del sanchismo solo haciendo lo que tiene que hacer y toca: contar la realidad, la verdad verdadera, esa que resulta de analizar cifras de forma rigurosa y tener en el foco el futuro más inmediato, descontando además las vicisitudes de la situación actual. Y con los resultados en la mano, sacar los colores a una economía averiada y un Gobierno alucinado, que «más vale la pena en el rostro que la mancha en el corazón», como diría el gran Cervantes . Y aun así, el inquilino de La Moncloa juega ya todo a la carta de que la deuda pública sea tan apabullante que Europa acepte mutualizarla. Y para eso no necesita voces críticas sino aplaudidores. Ya saben que la ingratitud es hija de la soberbia.
El Gobierno se ha aferrado a la heterodoxa doctrina de Carmen Calvo según la cual «el dinero público no es de nadie». Incluso la ha retorcido un poco más en la factoría de ‘agit/prop’ de ‘Calviño y Asociados’ para concluir que «no es de nadie y es de todos». A la vez. Otro de esos misterios del imaginario sanchista por los que se puede ser una cosa y la contraria sin complejos ni limitaciones. A estas alturas creo que solo falta que salga el sereno a dar la voz de alarma sobre el estado de las cuentas españolas, basadas en unos parámetros ficticios, a imagen y semejanza del Ejecutivo que propala su buena nueva. El plan -escaramuza parece más acertado- consiste en seguirse endeudando hasta el infinito y más allá, hasta que los números rojos se le hagan bola a las autoridades europeas. Pues... 45.000 nuevos funcionarios han anunciado hace unos días. No debía de haber una cifra más normalita, no. ¡Bonito panorama se nos avecina pagando todos esos gastos de más! Todo sea por un puñado de votos más a las puertas del año electoral ¿verdad presidente ? Verán, verán, cuando empiecen los tipos de interés a subir... El caso es que cuando llegue ese momento en el que Europa vea la luz, entonces, esa corriente de pensamiento revolucionario económico distópico conocida como la ‘Escuela de Sánchez’ , pondrá cara de circunstancias, manos abrazadas en la espalda, y les dirá circunspectos que no teman que ese marrón no es de nadie, que es de todos. Seguidamente, y convenientemente arropado por un par de ‘migueleditoriales’ en los medios adictos, propondrá la elocuente solución: mutualizar la deuda (¡y vuelta con la burra al trigo!), que no están los tiempos como para buscar culpables. Por eso mismo ya lo dejó caer el propio presi en Davos , que para estas cosas tonto no es, y se adelanta a los acontecimientos que bien sabe que vendrán, porque advertencias tiene ya a mares. Mejor dejar caer la bomba antes con indirectas -¿indirectas?- y recordar lo sabia que ha sido Europa durante la pandemia, gracias a lo cual nos ha permitido tener ahora la excelente situación económica que tenemos (¡será posible!, increíble): «Las impresionantes y buenas cifras económicas de España se deben, primero, a que la respuesta económica de la Unión durante la pandemia ha sido excelente; y segundo, que la mutualización de la deuda a nivel europeo nos ha permitido tener los instrumentos para modernizar nuestras economías y empresas», dijo. Traducción: gracias a él y a sus compis europeos España ha podido salir «más fuerte», y aquí paz y después gloria. Alucinante.
Y hasta alcanzar ese ansiado camino de liberación, de desnudez vital, Sánchez necesita que no haya voces críticas recordando por ahí que el entramado económico montado en el laboratorio Calviño hace agua, que es más falso que un billete de seis euros y que basta con rascar un poco la madera de las previsiones macro para darse cuenta de que solo están en dar gas hasta gastar el combustible y luego colocarle la moto a los incautos que pregunten. El Gobierno puede aguantar que los organismos internacionales le saquen los colores en un carrusel de enmiendas diarias, entre otras cosas porque tampoco puede evitarlo, pero lo que es superior a sus fuerzas es que sea el Banco de España quien les delate. ¡Pero si España es nuestra!, pensará Sánchez, incapaz de entender semejante atrevimiento de una institución a su servicio, imaginará de igual manera.
Hernández de Cos -algunos pensarán que como antes la ya exdirectora del CNI, Paz Esteban - se ha convertido en un incómodo testigo negativo para la coartada de Sánchez , donde no cabe el análisis empírico sino la fantasía colectiva y la verdad revelada por quienes buscan levantar una ilusión de país entre desvarío de ambiciones fatuas.
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